jueves, 23 de diciembre de 2010

DXCV: No mueran los jazmines

No mueran los jazmines,
no mueran todavía.

Donde el Sol no los alumbra
y los amores se eternizan,
se cocinan vastas guerras,
se hacen grito los sentires
que enarbolan las historias,
entre pares producidas,
guionadas, compartidas.

Alcen su vista al cielo,
o hacia el techo que los acoge,
los esconde del prejuicio,
los protege del hostil andar del mundo.

Crezcan sanos, vigorosos,
que el amor les sea escuela;
que las risas, navidades.
Los abrazos, de eternidad
dulces anhelos. Los amores,
nómades y encantados.

Padres.

Madres.

Padres y madres de tristes jazmines,
que se secan en la oscuridad,
o se elevan a la inmortalidad.

lunes, 20 de diciembre de 2010

DXCIV: Calma Pueblo | feat. Calle 13



Nací mirando para arriba el 23 de febrero
Después de estudiar tanto terminé siendo rapero
Mi familia es grande en mi casa somos ocho
Y la clase media baja no recibe plan ocho

Es normal que mi comportamiento no les cuadre
Y más cuando el gobernador desempleó a mi madre
Me desahogo cuando escribo mi letra es franca
Pa' no terminar explotando en la Casa Blanca

Mis rimas te ponen tenso y te dan calambre
Yo soy el que hago que coman sin que tengan hambre
Mezclo lo que veo con lo melodico
Yo estoy aquí para contarte lo que no cuentan los periódicos

Es el momento de la música independiente
Mi disquera no es Sony, mi disquera es la gente
Las personas que me siguen y escuchan el mensaje
Por eso me defienden a los puños y sin vendaje

Calma pueblo que aquí estoy yo
Lo que no dicen lo digo yo
Lo que sientes tú lo siento yo
Porque yo soy como tú, tú eres como yo

A tí te ofende lo que escribo
A mí me ofende tu playback, que estes doblando en vivo
A mí me ofende cuando tú sobornas a la radio
Con plata con dinero pa' que te suenen a diario

Ni siquiera los Beatles tenían cuatro canciones
Sonando el mismo tiempo en las radio estaciones
Esto lo puede ver hasta un bizco
Tú vendes porque tú mismo te compras tus propios discos

No me digas que no si a mi me han ofrecido hacer eso
La mitad de los artistas deberían estar presos
A mi no me ofende que por hablar mucho me llames loco
Tu dices poco porque sabes poco

Calma pueblo que aquí estoy yo
Lo que no dicen lo digo yo
Lo que sientes tú lo siento yo
Porque yo soy como tú, ¡duro!

Yo uso al enemigo a mi nadie me controla
Le tiro duro a los gringos y me auspicia Coca Cola
De la canasta de frutas soy la única podrida
Adidas no me usa, yo estoy usando adidas

Mientras bregue diferente, por la salida entro
Me infiltro en el sistema y exploto desde adentro
Todo lo que les digo es como el Aikido
Uso a mi favor la fuerza del enemigo

Ahora quítate el traje falda y camiseta
Despójate de prendas, marcas, etiquetas
Pa' cambiar el mundo desnuda tu coraje
La honestidad no tiene ropa ni maquillaje

No me hablen de carteles ni de los sopranos
La mafia mas grande vive en el Vaticano
Con el truco de la fé se cogen a la gente
Se cogen a cualquiera que piense diferente

A mi no me cogen yo creo en lo que quiera
Creo en la gente, creo en mi bandera
Creo que los que me señalan con el dedo
Me tienen miedo porque yo no tengo miedo

Calma pueblo que aquí estoy yo
Lo que no dicen lo digo yo
Lo que sientes tú lo siento yo
Porque yo soy como tú, tú eres como yo

miércoles, 8 de diciembre de 2010

DXCIII: Wikileaks: dura apariencia de la nada

Al respecto del escándalo que generaron los 250.000 cables diplomáticos que liberó Wikileaks, al momento sólo quiero citar un fragmento de Hitler ganó la guerra, de Walter Graziano, que terminé de leer ayer:

"Hegel creía que la realidad se modificaba perpetuamente a través de un infinito proceso de tesis y antítesis que derivaba en una síntesis, una especie de fusión de elementos tanto de la tesis como de la antítesis, en forma superadora. Debemos aquí citar que el dispositivo dialéctico le podía facilitar a la elite un mecanismo de dominio. Si tan sólo pensamos que tanto el marxismo comunista como el nazismo hitleriano fueron influidos, en buena medida, por la dialéctica y el idealismo de Hegel, queda claro que, en términos de dominio, hay una metodología en común entre ambis sistemas, que excede sus diferencias. La elite habría razonado que, si se necesitan cambios sociales para ejercer un poder global, y si sólo pueden ser realizados por un conflicto entre dos facciones antagónicas, opuestas entre sí en un proceso dialéctico de tipo hegeliano, ¿qué mejor entonces que controlar el conflicto? Dicho de otra manera, si se puede influir de manera muy importante en los dos bandos de un mismo conflicto y se puede tener cierta influencia low profile en su desarrollo, la elite bien podría entonces predecir, si bien no con exactitud, al menos con bastante precisión el resultado del mismo, y manejar lo más posible la realidad de acuerdo con sus propios intereses. [...]

[...] El eslogan vendría a ser: 'Un conflicto controlado produce el resultado deseado'. En un mundo con sólo la apariencia de libertad individual, si un reducido grupo de gente muy poderosa maneja desde las sombras al Estado, puede intentar inducir el curso de la historia y lograrlo por un período prolongado."


Si tiene o no que ver, lo dejo a su criterio.

viernes, 3 de diciembre de 2010

DXCII: Opuestos complementarios

Me debato eternamente entre el fundamentalismo de lo igualmente opuesto. No, no es un oxímoron barato ni tampoco un banal recurso lingüístico. Los extremos, cuanto más opuestos están, más se parecen. Son tan paladines de la justicia social, como asesinos indefendibles. El Vigilar y Castigar de Foucault y una reforma del Servicio Penitenciario Federal. La libertad absoluta y la regulación de las salidas transitorias. La convivencia social y la tangente escapista. El vasto orgullo vernáculo y la revolución latinoamericana, el internacionalismo anti-globalización. El zeppelin magno de los cielos, y el globo pinchado del cumpleaños pasado. Allá va el ego, yo mismo congratulándome y mis condolencias personalísimas. Me cansé de escribir; muchas ganas antes, nada ahora. Como de costumbre.

jueves, 2 de diciembre de 2010

DXCI: Korda, el asesino del hombre


La foto la saqué de acá.


La historia es muy injusta con los hombres. Más allá de su escribiente, inmutablemente vencedor, o su verdugo de ojos fijos e indelebles, el futuro jamás los recordará. Sí a los símbolos que ese hombre, activa o pasivamente, haya sabido encarnizar en la opinión pública. Una masa que distorsiona, que compra sin preguntar, y secularmente da una especie de ‘retweet’ cultural a los dogmas que le sean impuestos.

Culpables sobran en la cadena de ajusticiamiento, desde el usuario de esa triste remera que enarbola un esténcil desgastado por el tiempo, hasta el minucioso documentalista que recopila toda una vida de proeza y sinsabor, en la urdimbre del héroe que la plebe clama a gritos. Pero el puñal, ese que se clava inmediatamente en su humano corazón, suena a obturador fotográfico, al ‘digan whisky’ en el momento justo, a la mirada perfecta. Así, con la imagen perfecta, se aniquila todo vestigio de realismo romántico para una llana simplificación del personaje mítico que seguramente cumpla un rol social de mayor trascendencia, pero olvide lo que realmente fue.

El mate mañanero, las cartas de amor, las lágrimas vertidas. Las inconsistencias e indecisiones, los pasos en falso y los temblores. El sexo por amor y cada gota de transpiración que la historia no reproduzca y se eternice en sus amantes. Todo eso se omite, porque no existe trascendencia alguna, más allá de la idea. El éter del hombre, un aura de pontificación que las letras demandan para su reproducción en serie.

Así son tantos los que, permeables, se dejan inspirar por símbolos vacuos, abducidos de sentires verdaderos, sin siquiera contemplar la posibilidad de esta parcialidad. Se forjan rebeldes o amantes de la curda que al final termine la función corriéndole el telón al corazón, y sus vidas, chorreantes, perecen en el tender de incomprensión y la soledad.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

DXC: Ella también

Cuesta dejarte atrás. Abandonar tu inyección, dar un paso adelante y volver a cero. El ojo desnudo, la pupila midriática saludándose de lejos con el refulgir crónico de tus palabras. Pero todo pasa, leí alguna vez. Pasan las horas, se quiebran amores, despojan rencores, se alquila la habitación nupcial del corazón completo. Al partir los barcos y los botes, el oleaje asusta, y desde el abrazador calor de este Sol de finales, tu ser me ilumina. Me acompaña.

jueves, 25 de noviembre de 2010

DLXXXIX: Luz del horizonte

Es el elíxir sublime del horizonte donde descansa, azul, un destello de anhelos sensatos e imperecederos. Sentires de añares y centurias, de rayos y centellas y llamas inextinguibles lamiendo de fuego los muros de tus castillos constitutivos. Erosión ardiente del ladrillo pulverizado bajo tu vuelo. Encarnizamos la luz estelar de un mañana alcanzable y posible, efigies mutantes y vivas de los amores eternizados en un dueto infalible y certero. Aves de alto vuelo, gaviotas por momentos. Rasantes cada tanto, danzando el vals del viento entre las nubes y los dioses pasados. Quetzalcóatl sonríe, se realiza. Se hace estrellas y se funde con la nada y nuestros cuerpos. Y en el excelso devenir de las almas comulgadas, somos luz y vida eterna.

martes, 23 de noviembre de 2010

DLXXXVIII: Elecciones exitosas

"Hay dos formas de hacer las cosas: bien o mal. No hay término medio. Me parece que si uno se levanta para pintar con alegría y pone la carga emocional en la obra no está garantizado el éxito económico. Sí está garantizado el éxito en la elección de vida que uno toma. Yo me levanto y soy una persona feliz porque trabajo en algo que me gusta."

Milo Lockett

jueves, 18 de noviembre de 2010

DLXXXVII: Felicidad

Ablandar cada nervio, suspirar en exceso. Retazar las historias de un futuro incipiente, la algarabía de soñarse comulgados de pasión. Abrazar ese cuerpo hasta sentirle el alma que siempre escapa, vuela alto y te embaraza de ilusión. Besarse con ternura bajo el umbral de la felicidad. Acariciar esas yemas con las mismas yemas de tus dedos, emparentarse. Agradecerse hasta un suspiro inherente al amor, imantado al deseo de sentirse indivisiblemente acorazados. Alunizar travesías demenciales, exponenciadas en cada verso recitado y en la tristeza de nuestros ojos que se hace una y se siente vencida; se aleja, nos abandona. Amando el momento amado. Aletargando un adiós que jamás llegará, porque soñar no cuesta nada y porque el final es, por tal, principio. Sintiendo emoción y pertenencia de una entidad imaginada. De la bendición de los santos conspicuos que detentan por sobre nuestras voluntades el destino inmediato del momento presente. Caminando hacia nuestro Norte. Besando tu alma eterna hasta el inasible sosiego del placer compartido.

DLXXXVI: El derecho de soñar

"La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse bien pegaditas, espalda contra espalda. En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria. La Iglesia también dictará un décimo mandamiento que se le había olvidado al Señor: amarás a la Naturaleza de la que formas parte. Todos los penitentes serán celebrantes, y no habrá noche que no sea vivida como si fuera la última, ni día que no sea vivido como si fuera el primero."

Eduardo Galeano

martes, 16 de noviembre de 2010

DLXXXV: La vaca

La vaca muge y anda, ignorante e inconciente de su certero y fatídico destino. O quizás lo sepa, igual que todos nosotros, y su ignorancia -sacra eterna inocencia- pase más bien por confiar y querer a aquel que, incesantemente, la alimenta con rigurosidad y en cuantía. Sentires ajenos al raciocinio y el conocimiento empírico de un futuro zigzagueante y sin sendero delimitado. Como ha de ser, sin saber; tristes gotas de vida efímera, exiguos transeúntes del peregrinar constante de la sangre planetaria.

DLXXXIV: Poder, Algún Rayo

jueves, 11 de noviembre de 2010

DLXXXIII: Sin título

"Quiero tener un jardín de lápices lleno de chicos solidarios. No quiero más estos baldíos de abandonos y soledades absurdas. Un jardín todo lleno de vida; como los pibes que paran escuelas; un palacio donde la voluntad se acurruque en el alma de una fe que ya no tengo y sin embargo conservo la esperanza de que algún día vuelva."


José María Rodríguez
Hecho en Bs As - Nov '10

lunes, 8 de noviembre de 2010

DLXXXI: El monstruo que crece

El sendero se angosta al acercarte al precipicio. Barranco vacuo, sólo conformado por los sinsabores pasados en el incesante repiquetear de las metrallas a mansalva. De las sombras, las certezas. Del hastío aquella lágrima. Par al cuadrado de hilvanadas soledades, encontrándose una a una en los espacios que el destino les depare. Las garras del ser que mastica carne ajena crecen desde las tinieblas, y en su estela va dejando los cariños de un Estocolmo hipocondríaco. Marfiles sangrantes e insaciables, se aparecen recurrentes ante el espejo, retornando indemne al desafío inesperado. El virus de su entraña se disipa infectando de tiniebla el inframundo paralelo. Pasos perdidos tras su huella, pisando sin quererlo los talones esquivados. ¿Y por qué tanto hastío? ¿Por qué no volver a cagármele de risa en la cara al tirano hostil que marchita la primavera; al Rey Momo que con su ojo panóptico licúa las sonrisas de nuestro carnaval? Porque asquea, irrita, insiste. No dejar de serme fiel, ni por el monstruo que crece, ni por las rosas que quiera regar en mi jardín o las crisálidas que, acongojadas pero expectantes, devienen en bellas mariposas.

jueves, 28 de octubre de 2010

DLXXX: Huella imborrable

La esquina que llega, la muerte que ahí viene. Retazos ahogados por el desdén del olvido, si la semilla del ad eternum nunca hubiere sido sembrada. Relámpagos en la noche, pasiones del supramundo que reverberan en nuestras vidas, cada vez más cortas, como la nana que de pequeños cantó la abuela a la cabecera del sofá. Huellas tan invisibles como imborrables, se impregnan por acto inerte en el pavimento de lo que fue, relativizando con extrema incerteza el andar de próximos vagabundos. Caminos llenos de huellas, baches y lineas rectas. Hastíos entre las lágrimas de esos recuerdos que son de siempre y que son de todos. Sentires desencarnados que embanderan con militancia, la sangre ya derramada. Y la muerte, esa puta muerte, acongoja hasta al más estóico. Acongoja aunque el ideal, no muera ni en balaceras.

viernes, 17 de septiembre de 2010

DLXXIX: Nos. Otros.

Lo prescindible del ajeno, la propiedad adquirida. Un pacto de voluntades desarraigadas de la mera presencia del individuo prójimo que lo ignora o lo reemplaza. Los caminos paralelos, sin rotondas ni cruzadas. Las barreras que seducen, la otra cara, su mirada. Las visiones del alcohol que se entremezclan con un alba redundante en luminarias, siempre vasto en lapidarias. Lapidaria de ser uno, siempre el otro y tan lejano. De uno mismo y del espejo, nuevos ritmos que se emplazan. Fundación del sinsabor, de amalgamar un anagrama, que entorpece las certezas de mirarte y ver tu cara (de mirarla y ver su cara). Despedidas de un final que nunca acaba por su fama, que eterniza y encarniza las victorias de la nada; y en un llanto devenido en tierno abrazo, estoy en casa.

domingo, 29 de agosto de 2010

DLXXVIII: Flasheadito



ya no tengo dios alguno
que pueda cambiarme el rumbo
voy directo al fin de todo y yo flasheadito,
lo recibo con tanto amor...

lunes, 23 de agosto de 2010

DLXXVII: Carrera al sol

Recuerdo aquellos tiempos de libros prestados y desafíos tan inconducentes como jugarle esa carrera al sol que se filtraba por la rendija de mi ventana, ya con ojos orientalizados, con el fin último e impostergable de leerte de corrido. Renglón tras renglón, descubrirte se hacía insoportablemente cruel. Cruel por la lejanía, por esa física distancia ante semejante cercanía. Esa misma que, tanto como el amor, desgarra el pecho sin hacerlo veramente, sin bendecirnos con la extremaunción, librándonos así a toda una vida de incertidumbre, soñándote conmigo y sabiéndote aún ajena. El desafío no era al sol, el desafío era a tu abrigo, a tus brazos como tenazas enalteciéndome -y anidándonos- en un amor inclaudicable. Te leo repetida y me enloquezco por sentirte. Por apretar esos dedos una vez más, por rozar bajo la frazada del invierno nuestros cuerpos con tan poco miedo, con tan pocos límites. Quiero jugarle una carrera al sol, y ganarle por añares. Ser la liebre que, sin pausa, cierra el libro y sigue leyendo. Ahora otra historia, una cierta. Una con vos.

sábado, 21 de agosto de 2010

DLXXV

me tiraría en la playa a mirar el horizonte
tomaría mates lavados que duren toda la mañana, y otros iguales, toda la tarde
pondría tango bien temprano
dormiría bajo las estrellas
si me da frío, me metería en la carpa y me envolvería en la bolsa de dormir con mil frazadas
estarías ahí abrazándome para que me pase el frío
nos miraríamos todo el tiempo
nos dejaríamos llevar
me aburriría y querría cambiar el mundo
dejaría la calma para aventurarme a otros horizontes (distintos al del fondo del mar)
daría la vida por aquello por la que otros la pierden (no estoy ofreciéndola ya a su meced, acaso?)
haría canciones más lindas que las que hago
leería mucho
escribiría más
no me frustraría por pertenecer a algo que no termino de comprar
extrañaría tantas cosas de ese algo que no termino de comprar
sonreiría cuando me mires
moriría cuando te vayas
dejaría de planificar cosas
las haría y punto (y.)
visitaría amores cada tanto
esperaría visitas más seguido
no tendría
sería
aprendería a volver a sentir
lloraría a cada rato
no lloraría de angustia, lloraría de felicidad y de tristeza
no sabría nada
quedaría afuera
conocería mis adentros
me independizaría de proyecciones, cargas, juicios y expectativas
no existiría la victoria ni el fracaso
haría deporte para ganar o perder
no querría ganar la vida, querría vivirla
querría que me acompañes siempre
querría que nos entierren juntos
querría haber dejado de sentir en potencial, y haber hecho más temprano

DLXXIV: Ismael Serrano, No Reconozco



No reconozco a ese tipo que mira asustado
desde el espejo de las escaleras mecánicas.
Allá donde todos miran buscando, qué sé yo,
tal vez una sumergida Atlántida
o un mechón rebelde,
algo perdido entre los recuerdos o los dientes.
Será simplemente que no estás a mi lado.

Salgo a la calle después de comprar viejos discos
que me recuerden, como no, a ti.
La distancia y el amor tienen esa costumbre
de mezclar el placer con las ganas de sufrir.
Salgo a la calle y enciendo un cigarro
-no pude dejarlo, ya sabes-
pensando que tal vez el humo se ha de llevar
mis plegarias hasta ti.

Ya ves que la vida tiene el mal gusto
de seguir su curso sin contar conmigo.
Todo parece un decorado triste y obsceno
porque no estás tú.
Ya ves que el mundo no tiene la delicadeza
de pedir perdón por echarnos a un lado
de malas maneras para seguir su camino.
Todo parece un teatro mal interpretado,
amarillo, cuarteado,
porque no estás tú,
porque no están todas las noches de marzo
que yo te he robado nadando en tu ropa,
todos lo demonios buenos,
todos los deseos naciendo en tu boca.

Luchando con las arañas grises del olvido,
como el hombre menguante en un inmenso Madrid,
busco mi coche perdido. Lo encuentro hundiéndose
como el vapor que abandonó Lord Jim.
Y por casualidad paso por la calle que te vio llorar.
Trampas tiene la ciudad y ¿quién quiere escapar?

Llego a mi casa cansado, vencido y Penélope –es lista–
esta vez tampoco me esperó.
Pongo la tele; pongo la colada y nada
me hace escapar de tu recuerdo, del dolor.
Siento que muero y fuera en la calle ni París ni aguaceros.
Será el invierno, la gripe, el momento
o que no estás a mi lado.

Pero, aunque la vida tenga el mal gusto
de seguir su curso sin contar conmigo,
yo sé que un día será soleado y tranquilo
porque estarás tú.
Aunque el planeta no tenga la delicadeza
de pedir perdón por echarnos a un lado
de malas maneras para seguir su camino,
yo sé que un día todo será diferente,
feliz simplemente,
porque estarás tú,
porque estarán todas las noches de marzo
que yo te he robado frente a tu portal,
todas las nuevas promesas
que escriben la senda a Nunca Jamás,
todos los sueños y el tacto
leve de tus manos buscando en mi ropa,
todos los demonios buenos,
todos los deseos naciendo en tu boca.

DLXXIII: La cama

La cama es un buen lugar para morirse. Lentamente, eximido de vanos heroísmos y de pasiones inconclusas. De sentires excelsos y movimientos imprudentes, impertinentes. Los fantasmas de la cama revolotean las callejuelas empedradas del despojo, en la angustia de no tener nadie a quién asustar más que otros tristes muertos, menos blancos, tan diáfanos. Tumba del recalcitrante soñador de realidades, en posición horizontal. La horizontalidad, férrea manifestación póstuma de los cuerpos, muertos sobre un colchón y tantos cojines de pluma blanca. La cama no es un buen lugar para morirse. Es el único o, al menos, el mejor. Para morirse de pena, de tristeza. Para morirse de amor y matarse de enamoramiento. Desfallecer en la caricia dulce que se mece sobre tu espina. Fundirse en ese abrazo. Despedirse mutuamente o en soledad. Exhalar todo el tiempo, deseando que la última sea la mejor. ¿Quién te enseña a morir? ¿Quién estará sentado a los pies de la cama para cerrarte los ojos? ¿Reincidirá ella acariciando mi pelo cuando pretenda revivir? 

lunes, 16 de agosto de 2010

DLXXII: Encrucijada en el diluvio

Te parás bajo el farol. Suspirás y abrís los ojos en dirección al universo. Reconocés todo aquello que no vive más que en vos y sentís la lluvia cayendo y empapándolo todo, lavando profundas heridas, corroyendo arraigos imponderablemente inútiles. Cae la gota aventurada en tu frente y se desliza lasciva por el dulce perfil de tu rostro que tan acostumbrado me tiene, acariciando tus mejillas en el paréntesis que dibuja tu sonrisa, al son de un ignoto humedecimiento. 

Allí me pierdo, me amalgamo con la lluvia y tu sonrisa, entre las gotas del diluvio universal y tu cáliz de vida eterna que sueño y ansío. Dejás caer una lágrima que es aguja en el pajar de la tormenta, se lanza impertinente al mar de las dudas de un empedrado erosionado de historias y ajenas sales. Pero sabe que sólo la tuya podrá escribir la verdadera historia, la historia sin final de la pesadumbre enamorada, que deambula sola en una calle de Palermo en otras líneas temporales, tan lejanas al cucú de la casa de la abuela, o la pulsera dorada que esos hombres tan concupiscentemente anhelan. 

Vos ahí, bajo el farol y la lluvia, haciendo tiempo a que mis pasos te alcancen. Los sabés reiterados, casi tuyos. Casi tanto como conozco yo ese sordo repiquetear de tu válvula sanguínea. Los silencios y distancias. Los veranos. 

Serán tiempos de urdimbres carnívoras y asesinatos majestuosos, cuando nuestros caminos se crucen en esa esquina, en ese farol. Cuando el diluvio caiga impiadoso, más el agua no apague el fuego y regalen tus alas el viento que lo avive. 

domingo, 15 de agosto de 2010

DLXXI: Semillas de primavera

No tengo necesidad de escribir, me invento. Me invento necesidades y momentos porque prefiero inventar a tener, y soñar a cumplir. Elijo escribir porque antes -sin saber desde cuándo, como en un sueño-, te elegí a vos. Y sentí reciprocidad en el encuentro, en las miradas. Tras los áureos crujidos que regaló este otoño, fue llegando la gelidez del miedo. Ese distante, encubierto y malicioso, que alejaba el invento de toda realidad. Y ahora te escribo, porque te siento. Pero no así aquel momento, siempre detesté forzarme. Encuentros simétricos, lugares comunes que se tornan trillados y a la vez, perfectos. La dulzura de tu compañía en cada encuentro, aunque con dos lágrimas de fernet para no aventurarnos a cruzar el umbral; y morir más allá del espejismo, sin llegar a penetrar otra realidad posible. Sin sembrar en ella, o en mí siquiera, esa primavera que florece de a dos, al menos una vez al año. Sin amalgamarnos en la rosa que crece vertiginosa, sin aventarnos de clavado a un futuro distinto al que imaginamos.

viernes, 13 de agosto de 2010

DLXX: Piedra, piedra

Dos veces no. Claro. Esa del pasado, que quedó circunscripta a la jurisdicción de otros tiempos, se replica, como haciendo sapito entre las líneas temporales y apareciéndose en el hoy. En este que se imanta con mi presente. La misma y distinta piedra filosofal, preciosa. Y toda la magia que la circunda, mal llamadas blanca y negra. La adoro, en todas sus formas. Pero dos veces... Piedra, piedra. Pum, piso! 

DLXIX: Elecciones indivisibles

"Mirarte en la frecuencia donde alcance que tiembles mi deseo sin que se devaste tu camino. Imposibilidades varias, la mía siempre es anterior. Renunciar para aparcarte el espacio en el que no renuncies, y mientras tanto aminorarme. ¿Dónde me traiciono más? Apropincuándome al respeto a que te sigas o silenciando lo que no quiero pedir. Pedir siempre se me hizo agua de exigencia, y eso no corre cuando tratamos sentidos, cuando lo que se da debe pasar o morir. Y en la mayoría de mis casos resulta que muero para no pasar así como un fantasma conformista y predador, que asume el riesgo de coartar una luz, una elección. Pero es que a veces –las más veces- acabo eligiendo no elegirte o no elegirlos, si asoma la posibilidad de que no puedas o no puedan hacerlo por sí mismos. Cómo si de mí dependiera fomentar sus ansias –las tuyas-, haciendo claroscuro de las propias. Debería seguirse conmigo en el camino, como si la opción de mi ausencia no existiera, no porque de hecho no exista sino porque sus vísceras gritan que no desean transitar sin mis sombras y mis colores."

Vos sabrás de dónde es...

sábado, 7 de agosto de 2010

DLXVIII: El Reino de las Soledades Andantes

Frágil, la memoria del caleidoscopio amalgama soledades en un idéntico plano temporal. Aquí y allá, hilvanados en el cronos de lo inalterable, recordándonos extintos pero aún vivos. Nuestro árbol bajo una intensa lluvia de verano, torbellinos de mi hojarasca en las primeras horas de tu septiembre. Reflejos solitarios del otro lado del espejo, verdades derrumbadas junto a los disparos de la memoria y el jazmín de tu paraíso. Despertares de una plaza, cómodos y congelados, que arremeten con vehemencia ante las dudas del zorzal. Cantan en lenguas extrañas, los dominios de las soledades andantes.

martes, 3 de agosto de 2010

DLXVII: Viento

No queda más que viento, y una hojita que lo acaricia desde el cielo. Una bolsa que danza para la cámara, la hojarasca alborotada, haciendo su entrada triunfal a Macondo con las penas ajenas que lo circundaron eternamente. El gorrión y su aleteo, que se auna con el viento y transmuta en una misma cosa, se entrelazan y trascienden por la fuerza alquimista de una empatía que derriba formas, las diluye. Como la brisa circular que envuelve al mundo, desafía la fuerza gravitatoria del peso y de la masa, juega un juego romántico e inapelable que carece de toda regla, y te invita a jugar con él.

domingo, 1 de agosto de 2010

DLXVI: El espejismo



Vivíamos el cándido espejismo.
Ingenuos, devorábamos sumisos
ilusiones
creadas para nuestras inventadas
y justas necesidades.

Y entre anuncios que nos recordaban
que éramos felices, un disparo
de realidad
hablaba de explosiones, de tormentas,
de la guerra y del hambre.

Pero era un eco tenue, muy lejano, algo difuso.
La realidad termina donde acaba el espejismo.
Contentos con el miedo y endeudados, nos dormimos
mientras otros trazaban el futuro.

Pero a veces
sueño con romper el muro, el espejismo.
El mundo duele menos si te miro.
A veces dudo de estar cuerdo, más aún,
de estar vivo.
Intuyo que más allá del espejismo,
más allá de este único camino,
existen nuevos paisajes,
futuro escondido,
tantas cosas por nombrar,
tantas por hacer,
todas contigo.


Un día despertamos entre gritos.
Se derrumbaron muros, diferencias
y mercados.
Vimos resquebrajarse la fachada
sólida del espejismo.

Y todo aquello que un día fue un eco lejano
se instaló en nuestro barrio. Y la serpiente
de la realidad
descubrió la mentira y nos echó
de aquel falso paraíso.

Supimos de la lucha y de la tragedia ajena,
de la vergüenza no televisada.
Miramos a los ojos a la historia, el fin del mundo
sólo empieza cuando llega a casa.

Y ahora que
por fin se ha roto el muro, el espejismo,
el mundo duele menos si te miro.
Ya no dudo: no estoy cuerdo, más aún, estoy vivo.
Ahora sé que más allá del espejismo,
más allá de este único camino,
existen nuevos paisajes,
futuro escondido,
tantas cosas por nombrar,
tantas cosas por hacer,
todas contigo.

Tras la tormenta queda reinventar el mundo,
aunque haya quien hoy quiera levantar otro espejismo.
La realidad termina donde acaban nuestros sueños,
pues vivimos.

sábado, 31 de julio de 2010

DLXV: Dos años de mí mismo

Dos años de constancia, de palabras nuevas y repetidas. En estos dos años me encontré un poco más conmigo mismo, en ámbitos impensados, haciendo un poco más público algún que otro sentimiento, buscando empatía en el mundo de lo desconocido. En dos años, muchas son las historias que se escribieron en estas páginas. Amores, olvidos, nacimientos, muertes, planes y sorpresas, letargo y revolución. Una lectura de punta a punta, no sería otra cosa más que la evidencia práctica bajo el tamiz de la letra, que reafirma que todo pasa. Que todo empieza y termina, y vuelve a empezar. Y la historia es esférica y constante, circular y eterna como un mundo, nuestro mundo. Las letras pueden cambiar, los puntos y las comas, extinguirse. Pero la historia seguirá escribiéndose eternamente, siempre que abramos nuevos cuadernos, nos aventuremos a vencer el síndrome de la hoja en blanco sin que nos tiemble el pulso, y tracemos con firmeza su letra capital.

viernes, 30 de julio de 2010

DLXIV: El Admirador

Ramiro admiraba todo aquello que su falta de voluntad no le permitía hacer propio. Miraba al mundo con un tenue dejo de ilusión, mientras hurgaba en sus bolsillos la pelusa del tiempo y el desuso. Vivía anclado a un pasado que el corazón y sus cicatrices, se empeñaban en recordarle. El gris retrovisor lo deleznaba constantemente a la extinción de toda epifanía, de algún nuevo paraíso perdido. Recordaba con persistencia el perfume de sus cabellos, uno a uno, sus abrazos, extasiándose en la dulce canción de sus suspiros junto a la almohada, las pestañas enredándose bajo el haz de un televisor en tercer plano. Siempre un extra en el film del mundo, y el rodaje indetenible. Pero claro, fiel testigo. Admirador.

jueves, 29 de julio de 2010

DLXIII: El Día de la Hostia

Sin perfección en el camino, sin victorias ni derrotas, despertamos cada día viendo el sol reposar en el horizonte de nuestras horas, y soñando que permanecerá ad eternum sobre nuestras cabezas. Rodeados de equis e íes, insignificados más que insignificantes, inyectando a cada latido una cuota de subjetividad, de carga simbólica que resignifica el mundo. Y hay días, que esa carga depositada en cada variable de nuestra ecuación vital, resulta positiva, entera. Pero creo que, más allá de nuestra ilusoria felicidad por sucesos preciosos, se sucede un irrefrenable natalicio de variables vírgenes, nuevas. Ver la rueda en movimiento, sin parar, vertiginosa, poniendo ante nuestros ojos nuevas sensaciones todo el tiempo, esperando a ser descubiertas. Esa chance de abrir otras puertas, de emprender nuevos caminos; ese, es mi día de la hostia.

miércoles, 28 de julio de 2010

DLXII: Error vital

Pido disculpas de antemano, un perdón anticipado por los miedos que en tantas madrugadas me han asesinado bajo la caricia de la blanca luna, impregnando mañanas sobre el invierno hostil del ríspido empedrado porteño. Exclamo misericordia por los errores constantes, obsoletos o inmaculados, por todo aquello que siento fuera del mundo, tu mundo, y creo entender a mi favor. Te susurro sosiego y compasión al oído, si mi mano se le anima a tus piernas; si mis labios abrigan tu garganta hasta el crepúsculo. Rezo clemencia ante tu mirada escrutadora, tan cercana y certera, que reafirma mis ganas de volver a equivocarme. Me refugio en tus palabras que abrazan fuerte tristes párpados, en el verso diáfano e inconfundible de la compañía. De antemano me disculpo, del error de no extinguirme.

martes, 27 de julio de 2010

DLXI: Insomnio agonizante

El sueño quebrantable, se diluye junto al tiempo y su constancia, rígida y tirana. Pasos huecos reverberan sobre un nido de aves de rapiña, inundando el mundo, nuestro mundo, de limosna y baratija. La mirada en la incesante y roja aguja, rompe el tiempo y esas formas, se imanta al espejismo del mañana que, vencido, no pretende despertar. Ya ilusoria es la respuesta que se da su propia calma, de ambular imperturbable hacia el abrazo de utopía y horizonte, que excomulga viejas almas del letargo. Oxímoron de aquel mañana, de esos mismos y distintos pasos, caminando hacia los ojos que me encuentren reflejado, sin saber pero sabiendo, y sin creer pero aún creyendo, que entre besos y amaneceres, la historia puede ser, otra y distinta. No duerme el segundero, por temor a despertar. Sólo el hombre tropieza dos veces con la misma piedra, y allí voy. A encontrarme mañana contigo, a enarbolar historias inenarrables de lo que aún no ha sucedido, y a escribir nuevos presentes que eternicen un instante. El instante de estar vivos.

lunes, 26 de julio de 2010

DLX: Rosario siempre estuvo cerca

Rosario es más que una linda ciudad, una capital cultural, una cuna de próceres. O menos que eso. Es menos que un país soberano, la capital del fútbol, o incluso, menos que el hogar de las mujeres más lindas del mundo. O tal vez, más que eso. No encaja, no es. Ni una cosa ni la otra. Es única. Es bohemia, refinada, hermosa, oscura, imponente, sencilla... La duda es quién soy yo cuando la visito, no quién es ella en realidad. Me enamoro, voy y vengo, me relajo. No existo y empiezo a existir, alumbrado por las tres luces celestes del semáforo invisible, Sabina Bar, y la añoranza; o los comienzos. Los sueños y las pesadillas repetidas. Sentimientos, al fin. Más que mucho. Loca ella y loco yo.

martes, 20 de julio de 2010

DLIX: Milonga de bulo y berretín

Lágrima y bandoneón, inundando el corazón; un Piazzolla de prisé, irrumpe el bulo que extinguió aquel berretín, de purrete soñador. Pibe rana que en las sombras musitó, el sueño de aquella Les Paul, curva oscura y al zanjón, franeleando en la catrera sin las minas que perdió. La luz baja del adiós, una curda y sin sabor, añorando las funciones de otros tangos, qué se yo. Y esa biaba que la vida le pegó, poca cosa, otra pavada que pasó. Y hoy fichando alrededor, manya el pibe que lo ciega en su esplendor, aquel viejo berretín que tanto abril lo enamoró.

jueves, 15 de julio de 2010

DLVII: Resolución de carácter reactivo s/inducción previa.

El autor lamenta informar que no cede a presiones de persona alguna, sea la misma física o jurídica.

Asimismo, se comunica mediante la presente, que se redacta inesquivamente en forma extraordinaria, ya que, hasta el corriente comunicado, se desconoce la articulación de tiempos perentorios para la capacidad sensorial de los seres humanos, y su posterior manifiesto literario.

Por tanto, resuelvo:
1) No hacer lugar a su inducción;
2) Recategorizar el mote inductivo de la misma, a una mera y cordial sugestión;
3) Efectivizar una devolución a su escrito sin carácter literario, sino únicamente previendo el grado de irrespetuosidad ante el código comunicativo que la ausencia de la presente respuesta pudiere haber significado;
4) Proceder con inmediatez en la publicación de la presente respuesta, c/adaptaciones semánticas y genéricas, en el virtual espacio que aquí nos converge.

Finalizada la presente exposición, doy grado de urgencia a las resoluciones tomadas.

Archívese y comuníquese.

sábado, 10 de julio de 2010

DLVI: Palabras

Vastas, vacías y vanas palabras.
Vacuas, vehementes, viles.
Veneradas, temidas, silenciadas.
Superfluas, herejes, controversiales.
Castas, minimalistas, auténticas.
Despampanantes, excesivas, adornadas.
Incautas, sentenciantes, verdugas.
Salvadoras, patria, o muerte.
Honestas, encubridoras.
Tres, dos, y uno.
Últimas palabras.
Vastas palabras.
Vastas.
Basta.

viernes, 9 de julio de 2010

DLV: Volver



¿Por qué me hacés llorar? ¿A qué, querer volver?

martes, 6 de julio de 2010

DLIV: Píxel

El único problema es el cristal. Carmesí, sepia, ocre, lento degradé. Efecto doppler del sentimiento ondulante, reactivo a los impulsos, inyectándose del mundo en nuestra vida. Un blanco y negro casi constante, gris eterno en otros tonos. Juego de luces y de formas. Encrucijadas semánticas, cruces predicativas, yuxtaposiciones significantes que resultan, paradójicamente, insignificantes. Cuando el sexo se vuelve pernicioso; la pasión, pura lascivia; el amor, mundano y soslayable; el cristal se empaña. Crisis a cuatro colores, múltiples puntos de fuga, sentimientos simétricos y pixelados, lejos de la auténtica retórica de la imagen. Nos convertimos en un píxel. Un píxel gris, cúbico y andante, que deambula ausente por un mundo diáfano sin razón ni corazón. 

lunes, 5 de julio de 2010

DLIII: Invictus

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

---

Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley 
1875

jueves, 1 de julio de 2010

DLII: Estrofa de Ismael para un retazo del ayer

Ya ves, a veces me canso de perderte y saber
que estamos solos y no va a volver
Guevara para darme la razón
de no verte tendida en mi colchón.

viernes, 25 de junio de 2010

DL: Pluma ensangrentada

Brazos al aire, se ahogan en la espera /
colibríes cantan canciones de amor /
Una bandada se inyecta en el aire /
irradia la vida que el hombre extinguió. //

Silbando bajo, entre los matorrales /
la hojarasca cruje, traicionándonos /
Cartas perdidas, a nuestras familias /
son tristes vestigios de revolución //

Hoy el corazón es una pluma ensangrentada /
dando la espalda, durmiendo hasta tarde entre la calma de poder depender. //

La vacuidad se hace escuela y emblema /
de un ideal difunto que alguien enterró /
¿Que es el amor? preguntó agonizante /
alguien dijo sexo, drogas y rock and roll //

Que triste fue, a quemarropa caen las faldas /
de una oxidada forma de vida que hoy está ultrajada /
¿Y hoy quien siente? ¿Quién se siente vivo?

Mauro Fernández
04-05-10, 22:27hs

jueves, 24 de junio de 2010

DXLIX: Confesiones de invierno

Ansias de explicarte, un sentimiento inenarrable y tan ajeno al entendimiento. No habrá mejor lugar para realizarme, culminarme y hacer cumbre en mi sensación etérea de querer conocer un poco más. O de estar, y decir te quiero. Necesidad de independencia, libertad inmaculada. Compañerismo reciente de sangre cristiana en rituales hindúes. Guitarra y resurrección. Quizá elija el lugar menos frecuentado, el que apuesto que no se encuentra, para que el destino depare si una visita repentina vuelve a hacerte caer, y puedo decir sin miedo, sin represalias, sino como algo real, momentáneo y sentido. Querer estar, un ratito, para acompañar el dejo gris de esa mirada sufrida que dicta con los latidos y redacta los versos más tristes con sus pupilas. Nada más, sólo eso. Un invierno menos frío. Entre el vino y otras noches, menos tímidos, quizá hasta un poco menos borrachos; siempre entre colchones literatos sobre el parqué, pirámides de agrio vidrio y la esperanza cansada sobre el marco del porvenir.

miércoles, 23 de junio de 2010

DXLVIII: Percepción del Iberá

El arpegio perfecto para remontar la cometa de la tierra. Horizonte a cuatro vientos, entre esteros pisa el hombre, tan parasitario y febril que puede quizás contaminar la bosta misma, con sus halos de mordacidad intolerable. Hombre es también aquel poblador de facón en la cintura, sólo sabe compartir hasta la energía que le falta, el mate que nunca tuvo. Fragmentos de la historieta de ser y pertenecer; de estar soñando o repensar sueños despiertos. Arpegios de Vedder acercan a la concepción de lo primogénito, del espíritu libre que sólo es esclavo de su propia ignorancia cultural, tan inmensamente libre fuera del mundo de los muertos que la metrópoli aglutina, entre tumbas de ochenta pisos y epitafios de licenciado. Respiro de golondrina, atravesando inerme la madeja de ensueños y reflejos que regalá el Iberá. Paz y perseverancia, subyaciendo el manto de la guerra territorial. ¿Por qué será constante la defensa de la belleza? ¿Por qué será que la bruja malvada de Disney, toma formas impensadas y quiere hurtar la manzana más preciada? Será quizás la envidia del pez gordo sin ingenio, que escatima en sentimientos y desborda vicio ineludible para su misma angurria de santificación. Vuela el chajá, vuela sobre un alambre ya caído por las fuerzas de la naturaleza; renace el yacaré del estero sublevado. Danza bello corcel, libre como el viento de correr hacia la eternidad.

miércoles, 16 de junio de 2010

DXLVII: Añoralgia mundial

Añoralgias, hermosa palabra. Compañía perfecta fundida entre el violáceo de la añoranza y un gris incoloro de la nostalgia. Y tan sumisas que se exhiben por las callejuelas de San Telmo, Lima bajo la eterna nube, o una Montevideo apenas húmeda de llovizna, son el peor partido por jugar. Uno que nos encanta a algunos empedernidos de la letra y el recuerdo; los amantes del garito y el café de media tarde; mate desayunador o este whisky de madrugada. ¿Cómo ganarle por goleada a la nostalgia? ¿Cómo mirarla a los ojos y no ablandarse, no entregarse, no dejarla vencer? ¿Cómo encarar ese partido que amamos, que juega sucio y que nos quiebra por no perder? No son tiempos de reflexiones, son tiempos de goles y de afonía. De pasiones pocas veces sentidas; un mesías en el banco y otro con la 10 sobre la espalda. Un mes que debería declararse asueto mundial. Y entre la parafernalia del waka waka y las vuvuzelas tan persistentes que parecen querer tapar los gritos de la ESMA de aquel 78' lleno de papelitos sobre la sangre derramada, no queda otra cosa que abrir el blog, volver a escribir, y salir al mundo como él quiere encontrarte. Ya habrá tiempo para la nostalgia. Ya habrá tiempo para ganarle. Por ahora, padecemos la goleada. Sólo espero no quedar afuera en primera ronda.

martes, 15 de junio de 2010

DXLVI: Ríos carmesí


Fénix del incario al sudeste del sol
sutil y rabiosa inyección;
subyugando al varón, que se enontró

condenado en el éter de la inanición
pulsión insaciable hasta el último adiós
aniquilación del vestigio de hacerle el amor
al coraje,

pachamama, cruje en vos.
en tu invierno, te sitió.

hoy los ríos se tiñen, del dolor.
sedimentos de recuerdo, te enseñan a ver el sol.

el grito de Tupac,
ya tembló.


co-composición correntino-porteña
mayo-junio 2010.
mnfernandez

lunes, 14 de junio de 2010

DXLV: Robando secciones

Innauguro un hurto; una sección que mi experimentado amigo @pablobullrich posee en su blog/manzanaqueno. Creo que lo hago un poco porque me encantó la idea, y otro poco porque me quiero presionar a no ver siempre la misma imagen, a avanzar en la lectura aunque siempre "tenga otras cosas que hacer". Queda tanto por descubrir que no puedo quedarme allí. Y además, porque si este blog es para intentar descubrir un poco sobre mí mismo y saber un poco mejor quién soy -o qué soy-, los libros que leemos son uno de los principales escultores de nuestras inconsistentes ánimas. Pero además, agrego una con eso que me lima momentanea e instantáneamente. Puede ser un disco, un libro -el mismo libro-, una mujer, un objeto, un sentimiento. También como una manera de exteriorizar gráficamente todo lo que me pasa en un momento dado. Con ustedes, en la columna izquierda, Kerouac y King Crimson.

viernes, 11 de junio de 2010

DXLIV: A feast of friends



Wow, I'm sick of doubt
Live in the light of certain
South
Cruel bindings.
The servants have the power
Dog-men and their mean women
Pulling poor blankets over
Our sailors

I'm sick of dour faces
Staring at me from the TV
Tower, I want roses in
My garden bower; dig?
Royal babies, rubies
Must now replace aborted
Strangers in the mud
These mutants, blood-meal
For the plant that's plowed.

They are waiting to take us into
The severed garden
Do you know how pale and wanton thrillful
Comes death on a strange hour
Unannounced, unplanned for
Like a scaring over-friendly guest you've
Brought to bed
Death makes angels of us all
And gives us wings
Where we had shoulders
Smooth as raven's
Claws

No more money, no more fancy dress
This other kingdom seems by far the best
Until it's other jaw reveals incest
And loose obedience to a vegetable law.

I will not go
Prefer a Feast of Friends
To the Giant Family.

lunes, 7 de junio de 2010

DXLIII

Me cansé de la propaganda. O quizás no, pero no quiero alimentarla en espacios creados para otros fines... Chau, ché! (al menos por un rato)

DXLII

nowadays, real life lies on the basis of networking... we're choosing to be slaves of virtuality

miércoles, 2 de junio de 2010

DXLI: Ni la más puta idea.

No sé si escribirlo o quedármelo para mi. No sé si contar todo o reservarlo, si ser o parecer. No se si exponer errores y defectos, o vanagloriarme en el remanso de limitadas y efímeras virtudes que pueden hacerme un gran hombre para la pedorreada endeble de la opinión pública. Prefiero hablar y equivocarme, como de costumbre, pero no sé. Honestamente, no sé si hago lo correcto o me equivoco. Si digo verdades o mentiras. Si me soy fiel dentro de mi crecimiento y sus consecuentes contradicciones, o si soy un aguaviva flotante sin raíz. No sé reír como Dios manda, no sé si creo en Dios o en algo más. No sé si soy religioso o un fundamentalista del relativismo. No sé creer al 100%, ni desconfiar de lo evidente. No sé amar, no sé odiar. No sé cómo se siente la resignación, no sé si soy valiente o un cobarde persistente. No sé coger, no sé si necesito amar o si tengo que ir al sexólogo. No sé creérmela, ni sé quedarme callado. No sé si parezco más de lo que soy o soy más de lo que parezco. No sé si vendo humo. No sé si la fogata es demasiado intensa. No sé. No tengo la más puta idea si pertenezco a la popular de Racing o si debo ser leal a los colores de mi padre. No sé de fútbol, no sé si me importa, no sé si sé algo o voy a vivir preguntándome si sé cosas. No sé siquiera si me interesa saber o si me creo más por sentirme tan relativista. No sé siquiera si siento, ahora que lo pienso... No sé una puta mierda... Sólo sé que no sé. Pero me encanta, y lo odio cada tanto. Sólo sé que lo odio, y me encanta cada tanto.

DXL: El '64 del Jorgo.

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

1964, fragmento.
Jorge Luis Borges

jueves, 27 de mayo de 2010

DXXXIX: Canción Guerrera Quechua

Beberemos en el cráneo del traidor, usaremos sus dientes como un collar, de sus huesos haremos flautas, de su piel haremos un tambor; después bailaremos.

Canción Guerrera Quechua

DXXXVIII: Fascinación y falta de cautela

No sé enamorarme. No puedo cuidar los modos; afianzar la confianza y avanzar a paso lento -pero persistente-, en una relación. No creo en la cautela, los pasos pensados, el no asustar, ni en la estrategia. No creo siquiera en no poder cambiar de parecer. Una clase más se convierte en un mundo de chispas capaces de incendiar de una vez toda Amazonia. París, Buenos Aires, Londres, The Guardian, Perón, Holocausto, Schindler, vino, LSD, Bioy Casares, el inglés y el castellano, la utopía y el pragmatismo, un Siddartha y una Loba Esteparia; todo en una hora de mixed emotions, como dirían los Stones. Fascinado y, por tanto, falto de cautela.

miércoles, 26 de mayo de 2010

DXXXVII: Payé

Corrientes tiene payé. El payé correntino te atrapa. Saudade guaraní. Diversas conjugaciones para una misma afirmación absoluta; comprobada, una vez más, en base a la experiencia. Corrientes lo tiene, Yaguareté Corá -tanto más lindo que decirle Concepción- lo tiene. Parafraseando los primeros versos de la Balada para un Loco, puedo decir que las tardecitas de Concepción tienen ese qué se yo, ¿viste? Vení, volá, vení. Un pueblo constituído por la añoranza y la nostalgia, el espíritu gaucho inundando cada rincón, cada farol. Chamamé retumbando sobre el adobe de coloniales construcciones derrumbadas, las estrellas encandilando el barro de los caminos y el excesivo metano equino distribuido en todo su suelo. Las nubes y la tormenta deviniendo en esteros las parcelas improvisadas. Las chispas adecuadas confluyendo en el lugar menos propicio, en el momento más propicio, para empezar a escribir historias nuevas. Una postal de otra patria. De la verdadera Patria. Donde el arraigo nacional cohíbe la incorporación de la novedad. Descanso para la mente y la mirada, tristeza y desolación de la mano de una sonrisa constante. El Ché retratado en las paredes de la Iglesia y un 20 de diciembre tan importado que asusta y, a la vez, encanta. Contradicciones inexplicables. Ollas populares, comodidad cero, comunión y revolución, de los locos visitantes hasta el Padre del Departamento. No podría decir por qué se vuelve. Será el payé de un suelo correntino inexplicable y mágico que hechiza y maravilla con cada uno de sus detalles.

miércoles, 19 de mayo de 2010

DXXXVI: Kataryes!

todo aprendizaje, puertas que se abren, que es lo que busco, ya que estoy apostando a la experiencia más que a la incorporación de repeticiones incoroporadas y repetidas por otros que las transmiten en forma de dogmas bajo el subterfugio de instituciones educativas otorgadoras de títulos de caballero y señorita para buscar trabajo en la panadería del abuelo.

copy & paste
auténtico

lunes, 17 de mayo de 2010

DXXXV: Caprichos

Caprichos de querer, de saber y de creer. Caprichos que se ahogan en la copa rota del amanecer. Trastabillo y sigo jugando al equilibrista en el cordón; all in, todo o nada. Mi equilibrio es la oscilación incesante entre los extremos. Balance del lance y la precaución. De jugármela toda, ponerme la camiseta y sentir la carne al rojo vivo; o, por el contrario, de esconder la cabeza, silenciar todo sentir y jugar a las apariencias. No existen intermedios entre el ser y el parecer. Intento, trato que existan, porque sé que no es más que un instante de la vasta existencia. Y sé que reflejado el espejo del tiempo, podría verlo tan ínfimo y ridículo que no merece la pena la preocupación. Caprichos de un ser medio inerte, medio pasional, que camina entre las sombras y se tropieza encandilado por la luz del alba. Soy caprichoso, banqueselá!

viernes, 14 de mayo de 2010

DXXXIV: Segunda opción

Siempre dije que no a ser relegado, siempre tuve el orgullo por las nubes, siempre fui un desastre en esos menesteres. Hoy creo que lo abandoné y me limito a vivir lo que tengo que vivir, con toda la vehemencia que ésto me merece. Mi vida es hoy un puto quilombo. Hermoso quilombo. No sé si acá o allá, no sé si tomo o como, o bebo o ingiero, o trago o escupo... No tengo la más remota idea. Hay cosas que siento, no sé ni como ni cuánto, no sé dónde ni cuándo. Sé que están, y que soy segunda opción. Que estoy entre las sombras, que siempre hay un espíritu parco que me amalgama con la noche y lo perecedero de los cuerpos. Pero también imortal como los espíritus, aunque haya quienes no lo perciban a simple vista. Quilombo, I give you my soul. Déjame vivir con ella todos los sueños que percibo durante el día... La noche está cubierta por la somnolencia y el imaginario. Amén.

jueves, 13 de mayo de 2010

DXXXIII: Gula y antojos

Amoríos que se enredan entre las sábanas. Cuerpos deglutiéndose sin misericordia, abandonándose mutuamente, regalándose. Iris penetrante, dedos como garras rasguñando la carne ante un telón sangriento de ferviente pasión. Hambre voraz, antojo de vos. Amoríos entre sábanas, encuentros imperceptiblemente urdidos con el desencuentro de la constancia. Los ojos que hoy ven el mismo horizonte con distinta perspectiva. La boina del Ché junto al agua de Andalgalá. La reivindicación de los pueblos originarios y los Esteros del Iberá. Todo o nada. Espíritu mutante, tomando formas por instantes y fundiéndose una vez más con la masa, jugando el juego la alquimia y las apariencias. Hoy quedate así, vení, jugá. Comé con gula insaciable, sentime. Seamos el festín de la última medianoche. El cáliz, el cuerpo y la esencia.

miércoles, 12 de mayo de 2010

DXXXII: Peregrino de libertad

Caminando el país uno se encuentra soñando despierto. La polvareda que levanta una F100 roja y cobarde, el acordeón desafinado de un chamamé perfecto en pleno Yaguareté Corá, o el frío incesante de una carpa erigida y constituída por puras proezas. Las palabras saben hacer de catástrofe natural si se lo proponen, haciendo temblar el país de tus inciertas y vanas certezas. La charla con Majo, clave. El mensaje masivo ha muerto. La guerra de guerrillas, armada o no, actúa con conocimiento de campo. El trabajo de Emilio, el compromiso de todos. La magia de conocer y poder. Y saber. Y saber que podés hacer. Y en la otra cara, el Sur y sus mecedoras. Su abrazo al gris anciano que habita en mí y tanto lo difruta. La soledad jubilatoria del exilio. Siento aún al Norte que queda por vivir, lo siento profundo en el pecho, más que una estúpida remera del Ché. Siento al Norte en la quietud. Todo el fulgor en ataraxia indescribible del no-momento que erige cada momento. Situaciones ciertas y descriptivas, sentimientos profundos e inenarrables. Activista eterno de mi Norte. Guerrillero del amor. Peregrino de libertad.

martes, 11 de mayo de 2010

DXXXI

¿Qué tiene la morocha que, con todas al revés, me mira y me vuelve loco? Nada, eso simplemente, la mirada... ¿No? Y todo lo que hay atrás. La calentura intelectual de una mirada y lo que la subyace. Del silencio prolongado o el debate interminable hasta que la química le gana a la física y se rompen todos los paradigmas. Le estoy agarrando cariño a la 14. Jaja, soy un manija. 

jueves, 6 de mayo de 2010

DXXX: Iberá, o verá!

Hace tiempo, una guitarra me inspiró a quedarme. Estaba por aventurarme a Jujuy, y en Talcahuano me sorprendió una SG maravillosa, que me susurraba al oído que lo mío era tocar, no hacerme el zen en el NOA. Hoy, años después, el símbolo soñado, como ícono musical, llegó; se concretó. No en forma de SG sino de Les Paul, mejor aún, un sueño elevado a la máxima potencia a la hora de su ejecución. Vi a mi alrededor toda la materialidad que en algún momento quise, y dudé que ese fuese mi motivo de felicidad. Así surgió repentinamente, como esas cosas que tanto vale la pena vivir, escaparme al Iberá, conocer una de las reservas de agua dulce más importantes del planeta, vivir entre los bichos por unos días, into the wild. Tambaléandome, para no perder la costumbre. Será meter la cuchara un poco en cada torta. Será todo y también será nada. Y todo con su espíritu. La Les Paul para rockear las calles porteñas con mis amigos, con los gustitos de una vida compartida y urbana de la que aún no aprehendí a escapar. Los borcegos, para inmiscuirme en la realidad real, donde no hace falta cultura, ni notas, ni nada más que la contemplación y la capacidad de oir la paz adentro y afuera. O al menos, así lo creo... Les cuento a la vuelta.

martes, 4 de mayo de 2010

DXXIX: Asesino

Tengo la foto de un asesino justo debajo de mi foto de perfil. La tengo junto a un escudo de Racing que poco dice de mí, y una foto de Urondo -¿otro asesino?-, que es fin y medios, esencialmente literarios; pero quien dice pluma dice fusil. Asesinar, matar a alguien con premeditación, alevosía, etcétera; Real Academia Española. Asesinar entonces es, en ciertos casos, un acto de dignidad y de honestidad. Alzar el fusil con determinación contra el cráneo de la mentira erigida sobre unas botas de cuero o unos zapatos de gamuza, puede ser una de las mayores verdades de nuestra existencia. La muerte, por sí misma, es la única certeza y es parte del juego que nos tocó jugar mientras el sueño durase. Un sueño rebosante de ideas, sentimientos, dibujos, juegos, amores, abrazos, lágrimas y sonrisas. Y sobre todo, lleno de errores. ¿Apostó por la vida entonces, aquel asesino barbado y de mirada infranqueable? No lo creo. Porque creo que priorizó la verdad, la dignidad y la calidad de vida, antes que una mera subsistencia insustancial. Creo que le abrió la puerta al error y al juicio ajeno, al elegir hacer y no mirar. Otros, tantos otros, cometen la torpeza de creer que jamás se equivocaron, por ser cómplices y pasivos en una orgía colosal que se les desdibuja en la mirada perdida. Y esos juzgan. Todos juzgamos. Todos creemos ser "dueños". Todos deberíamos callar y hacer un poco más. Equivocarnos sin miedo. Confiar en el impulso vital de nuestro corazón. Sepan que esa imagen que hoy aparece a iluminar la columna lateral de Egosincracia, no está ahí porque quede linda la foto de Korda, o porque me posicione como ícono de nada. Sepan que esa imagen está ahí porque comparto y porque creo. Porque la cara blanca que casi se apoya sobre su boina, puede cometer los mismos errores que él si así lo siente.

DXXVIII: B 612


La revolución es azul, como azul eterno es la nostalgia y azul oceánico, la añoranza. La paleta deviene en pentagrama cuando el pincel se le atreve a su clave del sol, al compás que se siente y no se oye, sino entre menores y bluenotes. En la voz de Serrano o BB King, en el cielo o en el agua, el planeta desde lejos, los abrazos de ocaso. Fuertes sus abrazos, más sentidos que ninguno. No nos pertenecemos, nos vemos cuando el sol dispone, segundos hilvanados entre la inmensidad de las horas. La sonrisa que traza un horizonte arqueado de inocencia y de la carga sobre su lomo, es el suspiro que ejecuta la esperanza e ilumina la noche del bosque encantado, sorteando árboles parlantes y engaños maliciosos de un fauno cautivo del dominio humano, envenenado tras tanto pensar y padecer pensamientos ajenos. Allá vas, saltando inquieta de casillero en casillero, aprehendiendo el juego de la vida de a saltitos inestables y efímeros pies sobre la tierra. Segundos de magia. Horizontes que se disfrazan de vos en el extremo de los días. Y mientras tanto, yo me esfuerzo vanamente por un adquirido título nobiliario. Cómo quisiera ser el príncipe que te viviera cuarenta y tres veces al día, con el simple movimiento de mi silla. Amputando así de cada sentimiento, su innecesaria cuota de tristeza.

lunes, 3 de mayo de 2010

DXXVII: ¿Cómo estás?

¿Cómo estás? Juro estrujándome el corazón con el puño derecho, que cada vez que te veo, no lo pregunto como prolongación del saludo inicial; realmente quiero saber cómo estás. Tengo muchas ganas de saber qué se esconde tras el persistente e infranqueable telón. De saber por qué sos tan distinta y tan igual a mi. Por qué tengo que ser yo quien se aventure al buceo hacia tu Atlantis; por qué no querés alcanzarme un mapa.

¿Cómo estás? Me lo pregunto cada vez que te miro a los ojos y te hablo de cualquier tontera, cualquier banalidad. Cada vez que juego con tus dedos o acaricio tu pierna con la yema de mis dedos, como queriendo que nuestros poros se fusionen un instante y poder ser parte de tu piel para entenderte, para sentirte. Esos ojos cuentan infinitas historias más que las estrofas de las palabras ausentes. Cuentan las que valen. Las que quiero sentir y compartir. Nos contamos muchísimo más de lo que nos decimos. Quiero que vengas y me descubras. Quiero ir y descubrirte. Pero antes, quiero saber cómo estás.

domingo, 2 de mayo de 2010

DXXVI: Matu a la onceava potencia.




Hoy he pasado un lindo día con mis amigos conocidos y familiares.
Por nada cambiaria este día que dios quiso que pasara bien y que bendijo con todo su poder. Jugué a muchos juegos lindos con mis amigos y también fui a la plaza.
Allá tiramos fosforitos , entonces hoy la pase re bien y espero que mañana sea un día tan lindo como fue hoy y como antes dije que dios nada mas me quiso dar un lindo día.

LOS QUIERO, MAREO NAZARENO FERNANDEZ.

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Texto escrito a los 9 años. Hoy, cumple 11. FELIZ CUMPLE, HERMANITO! 
Otro texto, acá.

sábado, 1 de mayo de 2010

DXXV: ¿Qué me pasa?

Me pasa que no entiendo, que disfruto, que no pienso. 
Me pasa que siento y me emociono, y me enamoro.
Me pasa que me pasa tanto, que me desbordo.
Me pasa que el pasado me abraza muy seguido,
que no hay flores en su tumba, que le canto a Calamaro. 
Me pasa la vida, cada tanto, por al lado o por adentro.
Me pasa mucho si yo dejo que me pase y no me paso.
Me pasa que me paso algunas veces, y no siento.
Me pasa que en esos momentos, no dejo de pensar, y meto la pata.
Que no sé si todo lo que pasa, me pasa o simplemente, pasa.
Me pasan las historias de un presente que pasa y sigue vivo.
Me pasa el amor y la aventura. Me pasa, a veces, que me pesa.
Que me pesa el culo del hastío, que me aburro con franqueza.
Me pasa que me canso y bordeo a los extremos.
Me pasa que tatúo el equilibrio y me cuesta vivirlo.
Me pasa esto, aquello y todas ellas.
Me pasa querer vivir todo junto, y con la pasión que cada una merece.
Me pasan ustedes, me pasa la vida, me paso yo mismo.
A veces por el corazón, a veces inadvertido.

viernes, 30 de abril de 2010

DXXIV: Dado vuelta

Caminos, miles de caminos. Todos desdibujados y confusos frente a la mirada perdida del público que se presta a la ilusión. Prestidigita imperceptiblemente un subidón repentino que llama a la náusea del incauto y el gozoso gemido del impávido. Las depresiones de una llanura sin el éxtasis del fracaso y sus antónimos extremos, no refractan fidelidad. La mirada, honesta por defecto, se pierde en el prisma sin llegar a ser arcoiris en sus ojos. Pero cuando todo se mueve, las claves del sol vuelven a extasiar los cinco sentidos del pentagrama -y todos los que quedaron sin trazar-. Los sostenidos son redondas y los tropiezos del amor, no más que una tímida corchea. Infinito soslayable no más que por el velo que tergiversa con dejo de hastío e irresponsabilidad los jardines de tu mente. Las rutas no exploradas, la iluminación del descubrimiento, que se ahoga en el encandilamiento con su torpe persistencia y falta de novedad. El lado oscuro de la luna, fuera de la pared. Dado vuelta como una moneda. En la cara de un presente tan incierto como promisorio. Lovin' it!

miércoles, 28 de abril de 2010

DXXIII: Cultura Porno.


¿Sabemos disfrutar del sexo? ¿Lo entendemos? ¿Cómo lo entendemos? ¿Hay distintas perecepciones al respecto? ¿Existe el sexo sin amor y el hacer el amor? ¿Existe creer en esos dogmas? No sé. A mi me parece que no aprendimos a entender la sexualidad. Que el hombre confunde la virilidad o la excitación con una situación de posesión y dominio que a veces -más de las necesarias- resultan violentas -más de lo necesario-. Que la mujer juega cada vez menos al juego de la seducción y empieza también a ocupar roles de dominio y violencia, física o psíquica. Que lo la cultura porno resulta un grito de guerra insatisfecho, una saciedad de lujuria de ojos blancos y aullidos crujientes. Eso es parte. Seguro que sí. Pero, ¿lo vivimos? ¿O lo deseamos y lo creamos con la mente? ¿No se sobreactúa la violencia sexual? ¿Cuándo se superan los límites? ¿Quíen los delimita? ¿Cómo ver cuando estamos superándolos? ¿Cuándo reaccionar? Hagamos el amor, no la guerra o hagamos la guerra en la cama. Eso dicen, qué se yo.

martes, 27 de abril de 2010

DXXII: Últimamente



Disco: La memoria de los peces
Estreno: abril de 1995
Letra: Ismael Serrano
Música: Ismael Serrano

Últimamente ando algo perdido,
me han vencido viejos fantasmas,
nuevas rutinas.

Y en cada esquina acecha un ratero
para robarme las alhajas, los recuerdos,
las felicidades.

De un tiempo a esta parte
llego siempre tarde
a todas mis citas.

Y la vida me parece una fiesta
a la que nadie
se ha molestado en invitarme.

De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto, no amarte,
no amarte.

Últimamente ando desconcertado,
así que ponte a salvo, porque en este estado
ando como loco.

Y me enamoro de mujeres comprometidas,
llenas de abrazos,
llenas de mentiras.

De un tiempo a esta parte, a mi amor propio algo le falta,
lo has dejado unos puntos
por debajo del de Kafka.

Y la vida me parece una fiesta
a la que nadie
se ha molestado en invitarme.

De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto,
me cuesta tanto no amarte.

Últimamente planeo una huida
para rehacer mi vida,
probablemente en Marte.

Seguro que allí no hay nadie empeñado en aconsejarme:
"Ismael, ¿qué te pasa?
No estudias, no trabajas".

Y qué vamos a hacerle,
si es que últimamente ando algo perdido,
si te necesito.

De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto, tanto,
me cuesta tanto no amarte.

Han de venir tiempos mejores,
cometeré más errores, daré menos explicaciones,
y haré nuevas canciones

en las que te cuente cómo, últimamente,
son tan frecuentes tristes amaneceres
ahogando mis finales,

repetidos, cansados,
miserables,
llenos de soledades.

De un tiempo a esta parte
me cuesta tanto, tanto,
me cuesta tanto no amarte.

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Más allá de que los dos seamos del 9 de marzo, no puedo creer que hayamos vivido, sufrido, amado y nos hayamos perdido tan linealmente. Este tema es TODA mi verdad reciente, de punta a punta. Lo canto hace tanto, y sin embargo ahora es perfecto. 

Alucinado, al extremo...

domingo, 25 de abril de 2010

DXXI: Terapia en el Cilindro.

Salí tarde, di mil vueltas, me sacaron una hermosa foto que me muestra sin cinturón -no interesa que les explique que no quiero abrocharme a la vida como rezan los carteles-, agarré Acceso Oeste en lugar del Puente Pueyrredón y doblé mal en la bajada. Al final, llegué al Cilindro, 20 minutos tarde, como mínimo. Ni pregunté como iban, estaba bastante introspectivo se ve, me dediqué a ver el partido apretado, agarrado de un tirante y bajo la bandera de los Racing Stones con quienes tanto me identifiqué en los días de la pre-adolescencia. La popular repleta, las plateas de arriba igual, como si Racing estuviese peleando el campeonato y no liberándose del mal sueño de la promoción. 

Gente linda, intelectualoides rockeros, como alguna vez generalizó un tipo de la tele que ahora no recuerdo. Y una bandera que me hizo sonreir: Soy de Racing, luego existo.

La filosofía llega a lugares inimaginables, pero el fútbol no es uno de esos. El fútbol ES filosofía. Una parte al menos, la que más me gusta y me atrae por estos días. El "permiso" que piden los barras de pelo largo, liso y dorado, para pasar entre la gente. El código. Ser uno más y entender de respeto. A veces entenderlo a la fuerza y de formas poco democráticas, pero qué más que el hombre en su mayor expresión de naturalidad es una popular de domingo. 

Termina el primer tiempo y me acomodo un poco mejor en el tirante para que no me corran los otros que también son el hombre natural en su máxima expresión, pero al contrario, los que no me gustan y no me atraen. Los que pasan empujando y tirando a la gente escalones abajo y, sin embargo, sonriendo. Esos que llegan a sus fines sin importar los medios. Esa es la otra parte, que también existe; tanto en la cancha como en la calle. Y entonces la terapia que había comenzado con la exhibición de estímulos para que mi corazón reaccionase, se tornó psicoanalítica y me dejó asociar libremente todo lo vivido en mi infancia, mis sentimientos actuales, mis miedos de siempre o los nuevos, los debates internos. 

Vi al otro, desaparecí por un instante. Comprendí que el único regulador y el único límite es uno mismo y su corazón. Toda regla, toda ley, toda norma o todo código, es fácilmente quebrantable. Relativismo absoluto, todo puede dar lo mismo. No existe un sentido determinado para cada una de las cosas, sino que las valorizamos simbólicamente en la relación que se forja en su interacción con el ambiente y con nosotros mismos. Todo parece colgar de una nube. 

Sale Racing, vuelvo a la realidad.

Igual parte de mí no estaba en ahí viendo a De Olivera saludar a su gente y a éstos retribuyéndole el cariño con un grito y un aplauso. Una parte seguía pensando que el límite es uno mismo, y por lo tanto, la única regla que vale la pena respetar es la interna. Quién supiera sobre que cimientos se constituyó esa única pulgada de integridad. Quizás en nuestra infancia con las canciones de mamá y las sonrisas de papá, o en los cuentos que nos leyeron. En la modestia de una vida peleada pero atravesada persistentemente con sonrisas, magia y buenos momentos. 

Frente a Osiris será muy tarde. Ser juzgado por un Honorable Juez terrenal -¡y argentino!- es absolutamente contradictorio, y por tal, inconducente. Mejor sería elegir mejor cuando somos nosotros mismos quienes estamos en la posición de jueces. En cada momento. En elegir quebrantar una ley, o un código, o una norma. Porque a veces, la gran mayoría, eso lastima adentro. Revuelve el estómago, deprime el pecho y dirime la capacidad pasional. Entonces escalamos una montaña rusa de desenfreno buscando la pasión perdida, porque ya no queremos siquiera volver a vernos en la situación decisiva. Esa pulgada no puede ser perdida. Es lo único que tenemos. Es una huella espiritual única, el DNI del alma que se pierde con nuestro espíritu cuando cruzamos el umbral hacia los paraisos de lo desconocido. 

Pido perdón a cualquiera que pueda haber perjudicado mientras jugaba a la montaña rusa, mirando persistentemente mi ombligo para intentar estar mejor. Hoy intento volver a creer en ángeles y estrellas, o en la suavidad de un café con miel por la noche tenue de la literatura. 

Puedo ser más aburrido de lo que muchos quieran. Puedo sufrir más de lo necesario. Puedo elegir ese camino u otro. Pero prefiero el sufrimiento con mi pulgada de integridad intacta, a la sonrisa hipócrita del divertimento superfluo.

Gol de Martínez, se vino abajo la tribuna y yo agarrado al tirante zafé de la caída, me avalancé sólo unos escalones, me vi de cara a la gente gritando el gol y abrazándolos a todos, fundiéndome simbólicamente a falta de alguien a quién abrazar. Minutos de buen fútbol, sólo minutos, y gol de Bieler. La escena se repetía. En el Este y el Oeste, en el Norte y en el Sur, brillará blanca y celeste, La Academia Racing Club! 

No quise irme. Esperé parado hasta que se abrieron las puertas, y mirando atónito ese inmenso salón terapéutico, comencé a salir entre las risas de las familias, los chistes de los borrachos y los juegos de los nenes que tanto tienen por vivir. 

No puedo cerrar este escrito de otra forma que dejándoles un deseo muy profundo a todos los que estuvieron -y están- conmigo en las buenas, pero más me soportaron o sufrieron en las malas. En estos tiempos que no fui yo. Y ese deseo, no es otro símbolo que las palabritas mágicas: Por favor, perdón y gracias.

sábado, 24 de abril de 2010

DXX: Mensaje de Elio Delgado

Más allá del poco interés que me genera El Hito, o mi lejanía ante la continuidad de Callejeros, me pareció interesante compartir una de las pocas voces que se escuchan de la banda, contando un poco acerca de los silencios que callan por no gritar. Para quienes no estén al tanto, Elio fue guitarrista de Callejeros hasta la muerte de Wanda Taddei, esposa de Edu, ex-baterista del grupo.

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Querido publico Callejero:

El motivo de estas líneas es explicarme, con el respeto y amor que me merecen, ante los seguidores de Callejeros. En el sueño de un grupo de amigos, en el cual crecí como músico y persona a través de los años que pase durante esa trayectoria.
En ese tiempo aprendí a convivir con la alegría de tratar de expresar lo que Uds. sentían y vivían con nosotros, pero también con el peso de una tragedia y el espanto que produce estar injustamente perseguidos y restringidos a la expresión artística y musical.
No renuncio ni niego mi historia Callejera, “EL HITO” es precisamente un punto de referencia para seguir con mi compromiso con todos Ustedes.
Personalmente, no me corresponde dirigirme a ustedes para dar explicación ante el silencio del resto de la banda ante la situación de Edu, nuestro siempre querido Cabeza, y que merece un expreso acompañamiento a su dolor y avalar su inocencia de lo que se lo acusa.
Por respeto a ustedes que siguieron incondicionalmente a Callejeros en las situaciones mas tristes y dolorosas de nuestras vidas, ante los rumores y comentarios productos de la falta de información, la deformación de la realidad y algunos silencios que ayudan al no saber y conocer, me veo obligado a contar la verdad de la situación.
Inmediatamente a lo ocurrido a Edu, el resto de la banda, en ese silencio y ante el dolor de la pérdida de Wanda –y pérdida esencialmente de nuestro Cabeza- solo se cubrió con una formal condolencia. Y silenció la decisión de desvincularlo de CALLEJEROS.
Ellos son los que deberían explicar los porque. Por mi parte, no estuve ni estoy de acuerdo con esa decisión. Por estar en desacuerdo con ello fui desvinculado también de la banda y de sus “nuevos” proyectos.
Voy a encarar este proyecto, el del “El Hito”, que comencé hace tiempo como paralelo y en ampliación al de Callejeros, como otros miembros de la banda también lo hacían. El Hito, hoy es, por lo que expresé, el medio y la forma de continuar con el compromiso de lo que se hacer y amo. Mi amor por el ROCK N´ ROLL.
"Los barcos de papel no llegan a altamar" Los invito a vivir este nuevo sueño.

Con el amor de siempre.

Elio Delgado.


ESQUELETO AL SOL

POR LA MISMA SENDA
SIN NINGUN RIVAL
SIGO EN LA ESPERA
A LA DERIVA TOTAL
SI ESPERO QUE LLAMEN LAS ESTRELLAS DEL ROCK N´ROLL
Y ME HAGAN ALGUN LUGAR
VOY A QUEDAR
CON MI ESQUELETO AL SOL

NO ESTOY PUDRIENDOME SI ES LO QUE QUIEREN VER
NO ME VAN A ENTERRAR
VAN A TRATAR DE HUIR DEL MAL
Y NO LO VAN A LOGRAR
LO VAN A ENCONTRAR
EN ALGUN LUGAR

POR SEGUIR MI CONCIENCIA
Y MI INSTINTO ANIMAL
ME DIERON SALIDA
POR NO PENSAR IGUAL
A ESO LO LLAMO DICTADURA NO ES DE CONFIAR,
NO HAY MUCHA HONESTIDAD
PERO SOLO QUIERO
MI PERSONALIDAD

NO PIDO NADA SOLO MI 800
PARA PODER TOCAR
POR MI DESTINO Y MI FUTURO PODER ESTIMULAR
IGUAL NO ME IMPORTA SI LO LLEVAN
ES SOLO MATERIAL

DXIX:Dilema Shakespeariano

No soy lo que querés que sea.
No soy tampoco eso que yo quiero ser.
No soy siquiera mis decepciones.
No soy un muerto en vida, ni un vivo en estado vegetativo.
No soy tus sueños ni tus pesadillas.
No soy el eco que retumba en la montaña.
No soy ya, la manta que te envuelve y te cubre del frío.
No soy el frío que te amenaza, ni el fuego que te abraza.
No soy el desconsuelo ni tu locura.
No soy los extremos de tu vida.
No soy el equilibrio.
No soy tu amigo, ni tu hijo, ni tu hermano.
No soy de nadie.
No soy mío.
No soy nada.
Soy. O no soy.
Esa es la cuestión.

jueves, 22 de abril de 2010

DXVIII

2007

Sigo acá lo que empezó en Facebook. Me rompe los huevos no verte, o mirar fotos y sentir nostalgia absoluta. Una sin vuelta atrás, una irremediable y profunda como las heridas que no te hicieron a vos, nos hicieron a todos. Me viene el recuerdo y me da rabia. Rabia de saber que no elegiste irte de al lado mío ni de al lado de nadie. Rabia de que te arrancaron de la mano. De que esta mierda que te venden como mierda civilizada haya permitido los desvaríos de un hijo de puta, perverso y asesino y te haya llevado a debatirte el último de los menesteres. Saber si podrías cargar con eso toda la vida o si quizás era mejor irte en paz, encontrar todo lo que siempre mereciste y esperarnos a todos. Pero me da bronca, mucha. Estoy enojado. Te quiero abrazar. Y aunque no quisieras, al menos me tranquilizaría el hecho de saber que estás ahí, en Honorio, viviendo tu vida, sonriendo y creciendo. Yo era otro. Era. El tiempo nos cambia. Hoy quiero al Mauro de ayer. Al que viste al lado tuyo. Al godiito, al obeso, al TUYO Y DE NADIE MÁS, al poseído por tus encantos. Te quiero acá preciosa, duuuuuuleeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!

DXVII: Suficiente

Anastasio era autosuficiente. Estaba siempre lo suficientemente borracho o lo suficientemente drogado como para no entender si el derecho iba después del izquierdo, si era al revés, o los dos pies debían moverse al mismo tiempo. Siempre estaba lo suficientemente enojado. Pero en ocasiones, la supremacía de la situación por sobre su circunstancia individual lo llevaba a sentirse lo suficientemente tranquilo. Se despertaba con un café, con el sol a 90 grados, se revolcaba y volvía a dormir. Sacaba la guitarra del estuche y la enchufaba al JCM900 que tenía en la esquina de su pieza, justo al lado de la ventana. Todos los potenciómetros a 10, lo suficientemente fuerte, y un whisky lo suficientemente cargado para arrancar la mañana -el café era más ayer que hoy-, y rockeaba un la mayor cuadrado que solía acompañar con un gritito agudo bastante femenino o solitario. La tanga blanca que había tirada en el piso siquiera lo inmutaba por conocer a su dueña.  Nunca supe si el día seguía, si leía a Kerouac, si agarraba el diario, prendía la tele, jugaba al PlayStation, prendía la computadora, escribía un poco o se desmayaba al sol. Nunca supe si quiso otra vida, ni si viajaba de tanto en tanto a charlar con su espíritu a algún valle despojado de culturas y propiedades, de eufemismos sígnico-sociales y de pandemias honoríficas. Sólo sé que los acordes se seguían sucediendo, a veces con cierta melodía, a veces disonantes. Pero sonando; y sonando fuerte. Hasta que el sol se fundió con la luna, se desenmascaró la cruda realidad de que son la misma persona, y el cerebro le hizo un cortocircuito irremontable. Sólo por eso fue que un día el show no continuó. Pero la canción, la canción siguió siendo la misma. Lo suficientemente inquieta, utópica e idiota, como para persistir más allá de su existencia. Suficiente suficiencia.

DXVI: Ridiculous thoughts

El cráneo no para de resquebrajarse, algo zumba, algo chilla. Hay ruido, mucho ruido. ¡Callen a los murciélagos! Aman la oscuridad, la naufragan, la degluten y se eternizan en la penumbra, chillando, contagiando y no dejando andar en paz. Y el telón ya fue corrido, la función acabada y el corazón opacado. ¿Dónde quedó el sentir? ¿Dónde siento? ¿Qué parte? Muchas ideas, muchas estúpidas, muchas interesantes, todas invitan a animarse. Los valores en la mesa de luz y la corriente bajo la montura. Cabalgando la rutina. Aprovechando la manada, el escape, el encandilamiento para no reconocer mi cobardía. Para no tener que asumirme un cobarde, gris, lleno de pensamientos y con el sentir casi extinguido, sólo una chispa que quizá algún día encienda la mecha, pero que no queda ya a mí librado. Creo que quiero, creo estar cansado, creo no creermela más, creo no estar en zona de confort, creo estar en zona de mierda, en zona de cansancio hasta de algo tan mágico y lleno de ideales. No estar en sintonía. Orgulloso a veces, decepcionado tantas otras. A veces no quedan ni ganas de agarrar la guitarra, pero es una puerta a otro planeta. Las relaciones son estresantes cuando las pensás. No estoy viviendo mi momento, se está yendo de largo. Por más que capaz no sea, siquiera lo estoy viviendo como debería antes que el tren pase. Si hasta la muerte hay que vivirla al límite para no vagabundear el camino infernal de la fantasmagoría por el infinito retorno, viviendo una y mil veces los mismos padecimientos, las mismas alegrías, el mismo vacío. Chocamos contra cajas sin un arnés que nos sostenga. Saltamos de los balcones del hastío cuando nadie puede rescatarnos. No hay colchones ni equipos de producción. No hay lluvias tecnodance para empaparse y olvidar, y saltar y vivir un poco, y morir un poco y sentir todo en uno mismo y ser uno en el todo. No es una obra, es la vida. No hay segundos actos. Hay primeros, y primeros, y primeros. Y la incertidumbre de no entender. Y el coraje de animarse. Y la frustración de equivocarse. Y las lágrimas de la nostalgia. Y la valentía de salir adelante. Y la ilusión de verlo posible. Y las sonrisas que rozan las orejas y achinan el rostro, inflando los cachetes de alegría, cuando al fin abrazamos el cuerpo que la felicidad haya querido tomar. Los ojos desorbitados cuando le hagamos el amor a la eternidad, cuando trascendamos los límites. Cuando el orgasmo de los dos sea hundirse en un polvo de hadas y estrellas, aprender sus trucos, vivir la magia y acabar juntos de escribir las historias infantiles que siempre soñamos y no pudimos terminar por falta de tiempo. Es la alegría de despertar al sol, acariciar el lomo del perro cansado, cruzar una mirada y matarse a lengüetazos con él. A veces dan ganas de escribir para siempre, sin pensar mucho en la continuidad, sino en esta letra. Esta. Y esta. Y si le encontrás sentido, me alegro. Y sino, me alegro también. Y si lo volvés a leer en un tiempo y entonces te parece lógico, o ilógico pero comprensible, más me alegro, porque te animaste a equivocarte, que es casi tan lindo como empezar de nuevo. Me voy a terminar por hoy y mañana será otra historia. Quizás la misma, quizá una totalmente distinta. Uno nunca sabe. No puedo no decírtelo, tengo muchas ganas de que estés: ¿Me acompañás?

martes, 20 de abril de 2010

domingo, 18 de abril de 2010

DXIV: Nuevo amigo

Ayer conocí a un amigo. Chiquito, tímido, pero valiente, de cabeza casi esférica, cuerpito morrudo y mínima estatura; vestía un buzo polar verde y azul estilo canguro, un pantalón de jogging y unas zapatillas verdes de lona, pero eso es lo de menos. Lo conocí en el 106 que va de Retiro a Liniers, a eso de las 5 de la mañana. Él estaba sentado en ese asiento individual que se ubica en la mitad del colectivo, pasando el espacio reservado para sillas de ruedas y casi en frente de la puerta de descenso. Ahí, solito, miraba con un dejo de descubrimiento cada movimiento que dábamos todos los que compartíamos destino o, al menos, camino. Me maravilló su mirada, su boca que connotaba todo lo que en su impecable respeto, callaba. Yo lo observaba cada tanto, tratando de no ser obvio ni invasivo, apoyado en los caños que sirven de amarre para las sillas de ruedas. En una parada sobre la avenida Córdoba, dos muchachos subieron y se ubicaron a la vera de mi amigo, charlando cosas triviales, jocosos y sin perturbar la calma. Pero visiblemente mi amigo se sintió incómodo. No sé si ante ellos o si repentinamente un término de la ecuación en la que estaba inmerso lo perturbó; algo le pasó. Empezó a mirarlos de reojo, miraba hacia atrás y al poco tiempo miraba por la ventanilla, para no ser descubierto tal vez. Volvía a observar, se preocupaba con los labios, el inferior siempre más hinchado y salido que el superior, se movía. Balanceaba las piernas y cruzaba los dedos, volvía a mirar por la ventana. Otra vez miraba a los pasajeros y cerraba los ojos con fuerza como intentando que el mal sueño desapareciera, pero no había caso. Entonces, en un rapto de honestidad y aceptación, levantó su cuerpito, cruzó el pasillo y se sentó arriba de un tipo casi idéntico a él. Indicó con la cabeza a su padre que ya no quería sentarse allá solo y se acomodó sobre su rodilla sonriendo. La preocupación se había desvanecido, ya estaba en casa. Al tiempo, los muchachos, que habían esperado parados un tiempo prudencial antes de sentarse por si mi amigo quería volver, se trasladaron a un par de asientos recién desocupados al fondo del colectivo. Sólo entonces, mi amigo volvió, se acomodó y siguió mirando tranquilo por la ventana.

Y pensar que tantas veces decimos vanamente cuánto querríamos ser chicos una vez más para disfrutar del mundo como en aquel momento y sin pensarlo tanto. Valiente mi amigo que cuando el entorno lo hastió y preocupó en demasía, buscó una pierna conocida en la cual sentarse, una palabra de aliento y un instante de comprensión, sólo para cuando el mal sueño haya desaparecido, volver a aventurarse al descubrimiento del mundo.