jueves, 6 de mayo de 2010
DXXX: Iberá, o verá!
Hace tiempo, una guitarra me inspiró a quedarme. Estaba por aventurarme a Jujuy, y en Talcahuano me sorprendió una SG maravillosa, que me susurraba al oído que lo mío era tocar, no hacerme el zen en el NOA. Hoy, años después, el símbolo soñado, como ícono musical, llegó; se concretó. No en forma de SG sino de Les Paul, mejor aún, un sueño elevado a la máxima potencia a la hora de su ejecución. Vi a mi alrededor toda la materialidad que en algún momento quise, y dudé que ese fuese mi motivo de felicidad. Así surgió repentinamente, como esas cosas que tanto vale la pena vivir, escaparme al Iberá, conocer una de las reservas de agua dulce más importantes del planeta, vivir entre los bichos por unos días, into the wild. Tambaléandome, para no perder la costumbre. Será meter la cuchara un poco en cada torta. Será todo y también será nada. Y todo con su espíritu. La Les Paul para rockear las calles porteñas con mis amigos, con los gustitos de una vida compartida y urbana de la que aún no aprehendí a escapar. Los borcegos, para inmiscuirme en la realidad real, donde no hace falta cultura, ni notas, ni nada más que la contemplación y la capacidad de oir la paz adentro y afuera. O al menos, así lo creo... Les cuento a la vuelta.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
1:12
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