No soy tampoco eso que yo quiero ser.
No soy siquiera mis decepciones.
No soy un muerto en vida, ni un vivo en estado vegetativo.
No soy tus sueños ni tus pesadillas.
No soy el eco que retumba en la montaña.
No soy ya, la manta que te envuelve y te cubre del frío.
No soy el frío que te amenaza, ni el fuego que te abraza.
No soy el desconsuelo ni tu locura.
No soy los extremos de tu vida.
No soy el equilibrio.
No soy tu amigo, ni tu hijo, ni tu hermano.
No soy de nadie.
No soy mío.
No soy nada.
Soy. O no soy.
Esa es la cuestión.
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