viernes, 30 de abril de 2010

DXXIV: Dado vuelta

Caminos, miles de caminos. Todos desdibujados y confusos frente a la mirada perdida del público que se presta a la ilusión. Prestidigita imperceptiblemente un subidón repentino que llama a la náusea del incauto y el gozoso gemido del impávido. Las depresiones de una llanura sin el éxtasis del fracaso y sus antónimos extremos, no refractan fidelidad. La mirada, honesta por defecto, se pierde en el prisma sin llegar a ser arcoiris en sus ojos. Pero cuando todo se mueve, las claves del sol vuelven a extasiar los cinco sentidos del pentagrama -y todos los que quedaron sin trazar-. Los sostenidos son redondas y los tropiezos del amor, no más que una tímida corchea. Infinito soslayable no más que por el velo que tergiversa con dejo de hastío e irresponsabilidad los jardines de tu mente. Las rutas no exploradas, la iluminación del descubrimiento, que se ahoga en el encandilamiento con su torpe persistencia y falta de novedad. El lado oscuro de la luna, fuera de la pared. Dado vuelta como una moneda. En la cara de un presente tan incierto como promisorio. Lovin' it!

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