viernes, 3 de diciembre de 2010
DXCII: Opuestos complementarios
Me debato eternamente entre el fundamentalismo de lo igualmente opuesto. No, no es un oxímoron barato ni tampoco un banal recurso lingüístico. Los extremos, cuanto más opuestos están, más se parecen. Son tan paladines de la justicia social, como asesinos indefendibles. El Vigilar y Castigar de Foucault y una reforma del Servicio Penitenciario Federal. La libertad absoluta y la regulación de las salidas transitorias. La convivencia social y la tangente escapista. El vasto orgullo vernáculo y la revolución latinoamericana, el internacionalismo anti-globalización. El zeppelin magno de los cielos, y el globo pinchado del cumpleaños pasado. Allá va el ego, yo mismo congratulándome y mis condolencias personalísimas. Me cansé de escribir; muchas ganas antes, nada ahora. Como de costumbre.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
16:41
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