sábado, 25 de octubre de 2008

LXXV

Los fines de semana tienen la magia especial de la inutilidad. Uno es so useless, que puede perfectamente sentarse a mirar crecer las plantas durante todo el Sábado, y no sentir al segundero martillando sobre su cerebro. Sin embargo, muchos prefieren martirizar su paz interna convirtiéndose así en victimarios de un desasociego cruel. Creo que muchas veces nos gusta tener a mano un buen detonador de sueños. Infinitas otras, exhibimos al mundo nuestra devoción por el rock'n roll en lo más amplio de su expresión. Así y todo, aún yendo hacia ninguna parte, debemos mantener el camino. Seguramente, esto se deba a lo fervientemente gallego, terco y caprichoso que le toca a mi apellido, pero creo que cada cual tiene su ruta. Y qué mejor que el hecho de saber que cada uno de ustedes, junto a mi mismo, hayamos encontrado nuestro único, intransferible e insensato camino. Ya lo dijo León: Busquense, se encontrarán. O algo así.

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