Cae la lluvia a chaparrones. Cae, y yo sigo sin poder escindir el agua celestial de las lágrimas espirituales. Miro a mi derecha y la ventana empapada susurra
Aplastamiento de las Gotas, como si quisiera probarme que más allá de lo establecido, las excepciones que se aferran hasta de lo imposible dilatando cualquier tipo de rendición, siguen estando vigentes. A mi izquierda, el
Corazón Delator, me dice que "ella parece sospechar, parece descubrir en mi debilidad, los vestigios de una hogera". Y al mirar hacia adentro, veo nuevamente a la lluvia y al corazón delator. Tal vez esté actuando en mi una regresión tal, que me lleva al punto en que fui parte de una simbiosis constante con la vida; inserto en un todo donde no existen ni "ellos" ni "yo". Donde no hay afuera ni adentro. No entiendo por qué la soledad me lleva cada vez más a esta simbiosis tópica con el entorno, arrastrándome a la sumisión o a la intolerancia. Claro que opto por la intolerancia, pero no me agrada, y busco otra ruta. En definitiva, así también termino sometiéndome, sólo que ahora estoy arrodillado a los pies del hastío. Pero no se preocupen, siempre existe una respuesta...
Fuck Off!
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