Coincido con Franco, lector y potencial detractor de
Egosincracia, en que mis palabras sobre la primavera fueron generalizadoras. Coincido y me replanteo la situación. Obviamente, este es un blog personal (más allá de poder abrirlo al debate), y la primavera no significa para mi, motivo alguno de jolgorio aparente. La generalización fue obligada por formas literarias que para nada se ajustan a la realidad; no vayamos a creer que Jesús movió montañas. De esta manera, planteo y critico, una
forma de festejar la llegada de una simple estación. La destrucción de uno mismo, la simbolización de un espíritu abierto y colorido, que sólo se identifica con sus círculos cercanos, agarrándose a botellazos con cualquier hermano. La risa y la sonrisa, no son pecado ni olvido; pero creo en su vanagloración mediante la inteligencia y las sutilezas. No en el olvido y la anestesia. Percibo que el meollo del malentendido reside en estas cuestiones. Ojalá pudiese reírme más, ¡está claro! Pero no por mis tendencias escépticas o pesimistas, sino porque haya más calidad en cada pequeña obra, y menos banalidad. Menos
"Cultura del Aguante".
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Entiéndase "Cultura del Aguante", como concepto concebido de un tratado pelotudófico, por mi persona. A desarrollar, próximamente.
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