lunes, 22 de septiembre de 2008

XLI

Creo que ando necesitando Lutherapia. Pero no de pareja, cómo la belleza con la que me deleité hace sólo horas, estoy necesitando algo más personal. El resquemor de los acontecimientos pasados pero recientes, inunda mis emociones. Verla me quebró. Mi mano izquierda, traccionada inconcientemente por la ternura de sus dedos; se dejó llevar. ¡Esa estúpida y permeable mano, se dejó llevar! Ningún tesoro encontró en esas tierras, sino falsas expectativas que la indujeron a la derrota. A sentirse sola, como pocas veces se sintió. De todas maneras, no hay nada nuevo en lo que escribo, más que un último encuentro, para nada favorable. Pero la falta de sueño y mi gentil solidaridad para con mis rebosantes pulsiones, les permite al menos, golpear el teclado con suave histeria y constante temblor. Sólo quisiera desvanecerme... 

No hay comentarios: