lunes, 16 de noviembre de 2009

CCCLXXIX: Peter Darling


No entendía. Imposible descifrar si me había equivocado con aquel veredicto y no era yo el Niño Perdido, sino ella. Si era el Peter que buscábamos en el amanecer -a la derecha de la segunda estrella-, o la Wendy de la ventana, expectante y soñadora, aunque real. Hoy me fue más claro. Ni Pan ni Darling. Siquiera la celosa Tink. Algo de cada uno, en cada momento y en cada ocasión. Porque la Verdad, encasillarnos en un personaje, sería demasiado obvio. Cosa de grandes.

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