miércoles, 4 de noviembre de 2009

CCCLXVI: Charla de café

A veces nos pertenecemos tanto que nos entregamos al todo sin capacidad de raciocinio o discernimiento. Contemplamos la redonda luna que se posa fulgente en un cielo que va de la nube a la estrella; la miramos de la mano y me siento en casa. Quizás en una casa nómade, que levanta campamento ante las embestidas de sus más profundos sentires; pero en casa al fin. Como en la rama frágil que se quiebra con el viento, o en las vidas pasadas. Pero tal es la entrega, que en los flashbacks de la mañana después, sólo pienso en palabras que son guías y colchones. Redes. Pienso en una charla de café, engayolando la pasión que nos encuentra cuando nos encuentra y regalándonos entendimiento proyectado, plausible de internalización y motor de un nuevo día. Hoy quiero una charla de café, unas palabras repetidas sobre nuestra búsqueda, sobre mi arte no encontrado y sobre los caminos que nos cruzan en la ruta hacia un mismo destino.

1 comentario:

Mauro Fernández dijo...

Lo que empezó como un correo y pensaba depositarse en tu bandeja de entrada, terminó acá. Churrasco!