El fuego de hoy es indescriptiblemente ardiente, pasional y único. Lili estuvo en cada rincón, desde mis 13 años, quizás desde antes y yo no la reconocí como tal. Pero su estrella, jamás brilló como brilla hoy. Su chispa, nunca fue tan impetuosa. No imaginé nunca, un fuego tan efímero y a la vez tan eterno. Amo lo indescriptible de esta llama. Y aunque escriba bien seguido, puedo afirmar que sé nada sobre el reino de las palabras. Amo, adoro, aprecio, agradezco, disfruto, vivo, comparto, sonrío, resplandezco, ardo... Ardemos.
Sobre fuegos no hay nada escrito. Sobre el nuestro, quemaríase el escribiente, corajudo y persistente, sin el don de saberse ausente. Ser parte de algo, es ser algo que en parte, no es el todo en sí mismo, sino por ser par de su acompañante. Niña artista, pintora y en vida, no pierdas nunca esa chispa, que mantiene viva la mía; que alimenta el fuego del alma.
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