viernes, 16 de enero de 2009

CLIV

No es que tenga identidad propia, que sea famoso, ni nada, como me han dicho por ahí. Escuché sugerencias de lectores, incomodidades, preferencias, y lo fusioné con mi espíritu y lo que transmite. Para la entrada "C", había prometido un cambio, y les fallé. Típico de mi, fallar en esas boludeces. A veces, incluso, en alguna más seria, pero juro no tener la intención hacerlo. Quienes me conocen, no se sorprenderán. Los pocos que no, si comprehendieron mis escritos, tampoco.

Y entonces, la renovación estaba lista, pero no la sentí propia. Fondo gris, letra chica y dificultosa... ¡era parte de mi! Ahora, mi momento, es trascender la mera explicación y ser, profundamente. Algo que debo y quiero agradecer a un tercero (o mejor dicho, a mi única, a mi momentánea pertenencia).

Y quedó perdido el por qué Egosincracia nació. Simplemente cortó el cordón y le toca comenzar con las identificaciones y las frustraciones. Con el estadío del espejo lacaniano, que aquí adquiere otra connotación. Con la estructuración del "yo", del ego. Pero este espacio que es para mí, tan mío y tan profundo; puede ser para algunos, totalmente ininteligible. Para otros, quizás, persuasivo, y para los que no son ni los unos ni los otros ni los algunos, relatos fieles de una situación empírica y vivida. Vivencias. Amo la perspectiva, y así la comparto.

This is me. Mi inconsciente, el que sueña con Andrés, de Chocolinas. Y se pone celoso.

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