"Se sucedieron victorias y derrotas; por fin, traicionado y capturado por uno de sus jefes, Túpac Amaru fue entregado, cargado de cadenas, a los realistas. En su calabozo entró el visitador Areche para exigirle, a cambio de promesas, los nombres de los cómplices de la rebelión. Túpac Amaru le contestó con desprecio:
Aquí no hay más cómplices que tú y yo; tú por opresor, y yo por libertador, merecemos la muerte."
Las venas abiertas de América Latina
Eduardo Galeano
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