Isaac Newton.
No sabés lo que me cuesta no poner a todos mis soldados a trabajar en la construcción de un fuerte, que se levante certeramente alrededor tuyo. Y así cuidarte, protegerte, tenerte siempre conmigo. Lo único que me detiene es mirarte y escucharte. Saber que por quererte, no hay nada tan hermoso como dejar volar lo más mágico de tu ser. Igual, no pierdo la fe de que el par no se transforme nunca en claustro, ni de que haya caminos compartidos para dos almas libres, con objetos similares. Sólo sé (en realidad, sólo lo siento, lo que lo hace más válido) que mientras sepamos escucharnos, dejaremos de lado el vicio de construir muros, para disfrutarnos en un puente inmaculado, que anhela eternidad...
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