Ernesto Guevara fue apodado che por la muletilla argentina más recurrente en la época. La juventud y los que no tanto, se referían a sus pares con esa hermosa palabra. Hoy, ha sido reemplazada por el no tan bello boludo. Si la revolución fuese actual y los cubanos emplearan el mismo método de establecimiento de apodos a la hora de llamar al comandante, las consecuencias serían nefastas. Nefastas para su fama póstuma, claro. Pero es la idiosincracia argentina la que hace de un prócer, un pedazo de tela o un manchón de tinta indeleble. Es nuestra sociedad actual y su cultura la que hoy transformó a Ernesto "Che" Guevara en otra persona. Gracias argentinos, por concebir al actual y moderno:
Ernesto "Boludo" Guevara.
Reflexión en base a un tema tratado en el curso de redacción periodística que curso semanalmente.
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