lunes, 24 de noviembre de 2008

CII

¡Y después me hablan de libertad! Algo tan volátil, abierto y personal como un blog, ciertamente puede convertirse en un organismo de control. No afecta realmente, cuando no hay de que arrepentirse. No duele cuando es por un bien, e incluso sirve para alegrarse por la popularidad del mismo. Desde Google Analytics, todos los principiantes (o sin conocimientos formados sobre la web 2.0) que estamos en este mundillo podemos saber todo sobre nuestros lectores. Todo o casi todo, pero no un "casi" nada, sino ese "casi" que permite sacar conjeturas. No se arrepientan, sigan firmando, sigan escribiendo, sigan entrando y leyendo. Sólo sepan que la web no es un mundo libre, que todo está regulado. Todo menos los sentimientos.

No hay comentarios: