viernes, 20 de febrero de 2009
CXCIII
Evaluación de variables, organización económica y temporal, mutuos acuerdos, destinos compartidos, planificación. Pensar en la playa, en el sol, en las olas y el viento, y todo eso que nos regala el verano a la vera del Atlántico. Despedir a los rascacielos, reencontrarse con la tierra y la arena; saludar a los seres queridos y armar el bolso (hasta un bucito por si refresca y hace frío). Y luego de un Kriya purificante, al abrir los ojos y ver a Buenos Aires ahogada en lluvia y hundiéndose bajo un cielo petiso y amenazante me pregunto, ¿existirían realmente vacaciones sin esa variable de indeterminación que rompe con todos nuestros planes, para sorprendernos con un presente inevitable?
Publicado por
Mauro Fernández
a las
12:17
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