martes, 19 de enero de 2010

CDXXXI: Los océanos

¿Y qué si los dos tenemos razón? ¿Qué ganaríamos esta vez? ¿Confirmamos nuestra teoría de la no razón y el impulso? ¿Y para qué? ¿Y qué si la única razón la tuvo siempre alguien más? ¿Y qué si en lo más profundo de tu ser me sentís amigo, y no te crees el viaje, el reloj de arena tapado, la vida compartida; disoñando, volando? ¿Y qué si me duele, y me desvanezco, de la forma que fuere? ¿Si no somos ni eternos, ni amigos, ni amantes, ni nada? ¿Si la historia de amor más pura, termina perdida en un agujero vacuo de irrealidad; en un no momento constante? ¿Entonces qué? El error… nada grave, algo más. Una lágrima en el océano cruel del mundo. Intrascendente. Cómplice.

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