"Constituye un elemento poético y filosófico, que escapa de lo cotidiano y que inconscientemente nos muestra una claraboya que ilumina nuestra rutina, plagada las más de las veces de elementos que la hacen insufrible y de la que necesitaríamos escapar. Esto resulta mucho más evidente en lugares donde los conflictos bélicos, sociales o ambientales son muy fuertes. Allí resulta más necesario que ningún otro el aporte de aire fresco, de colores vivos, la sugerencia de que aunque el ser humano es capaz de los mayores horrores, también lo es de la mejor poesía y del mayor encanto; el ser humano es capaz de torturar y de matar, de violar y de asesinar, pero también es capaz de enamorar, de cantar, de sonreír, de emocionar. Eso, comprensiblemente, se olvida fácilmente en medio del horror. Nosotros no queremos que eso se olvide, porque quizá sea lo único capaz de salvarnos del desastre."
Gracias Yanis.
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