domingo, 3 de enero de 2010

CDXIX: Perspectiva ribereña

El horizonte perdido,
un todo
fundiéndose los elementos en una densa bruma
que refleja el fulgor ajeno de la luna 
en su cuerpo amorfo.

Las cuerdas reverberan, como la amistad
en el aire y como el ardor de las picaduras,
irritantes tras la calma paciente.

La ciudad como banda de sonido
con sus costumbres y reflejos,
pasándonos por alto (o nosotros
en cuclillas).

Vestigios del festín estallan en las nubes
y un mosquito se posa en mi dedo
tres minutos.

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