domingo, 10 de enero de 2010

CDXXVI: Producción propia

Tantas historias detrás de cada mirada, de cada par de ojos. Una foto grupal, muchas individuales, conocidos o desconocidos. Todos caminos. Rutas salvajes, aunque se sientan asfaltadas de certeza. Simetrías del Caos. Faulques. Innumerables elecciones, decisiones, resignaciones. Historias de guerra. Historias de amor. ¿Cuántos latidos? ¿Cuántos en vano? ¿Cuántos de más? Procesos. Extras. Somos extras de una película ajena, sublime. Paralelos co-protagonistas de la propia, ínfima. El tiempo como única constante. El tiempo y la ignorancia de confiar al azar nuestras penas, cuando el trazo se hace presente. La yuxtaposición de historias personales como destello de la pasión, único imponderable en la ecuación perecedera de la existencia. Celos de un desconocido. Amores imposibles. Lágrimas quietas sobre una barba tupida. La de saberse atado con alambre. Y al fin, forjador del propio guión, director de fotografía y maquillador del único film que vamos a hacer en nuestra vida, sin siquiera llegar a verlo en pantalla grande.

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