lunes, 13 de abril de 2009
CCXXXIII: Impresiones de Santa Rosa, La Pampa (I)
Me llegó el capítulo de la verdadera Pampa Argentina. Y en su sacra capital descubrí el esperanzador azul del cielo, circundando a la misma y perfectamente esférica luna, que cualquier otro habrá contemplado desde sus circunstanciales tierras. Mi duda sobre la extensión en la ruta quedó obsoleta al momento en que tres mariposas blancas danzaron festivas a mi alrededor. El viejo puente de madera une cielo y tierra, transportando a sus viajeros al epicentro de la laguna, lúdica y paradisíaca isla. Y al compás del bolígrafo, mis pies juguetean inquietos en el agua fría y reverdecida por el moho infalible, que tantas graciosas caídas ha provocado. Sin plan certero a corto plazo, y con la piel cansada de un sol intenso y persistente, me zambullo sin dudarlo para lavar el alma, barajar, y dar de nuevo.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
13:57
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