lunes, 27 de abril de 2009
CCXLVI: Magic little things called chance
En el día más gris, cuando Belcebú es el Todopoderoso y el infierno es nuestro entorno, quien se muda a los detalles es el Dios del amor y la esperanza. En la simpleza de quedarme sin monedas (¡para colmo!), y que a las cinco cuadras, un tipo apurado por vaya a saber uno qué obligación, no note la moneda de 50 centavos que se le caía en pleno cruce de Estado de Israel y Pringles. Yo, refunfuñando, lo noté sin relacionar nuestros destinos. Hasta que varios metros más adelante, lo sentí. Y volví, y la encontré. Esperé un minuto el colectivo, y viajé sentado hasta casa, como pocas veces me toca en suerte. Y al salir en familia por el barrio, me encuentro con que LAN me devolvió la plata de un pasaje no usado, y con la creatividad de la empleada del locutorio de la esquina, quien pegó un cartel en su vidriera que reza: "Sr Perro, enséñele al animal de su dueño a levantar lo que ensucia. Los vecinos merecemos veredas más limpias. Gracias". En fin, there's a crazy little thing called love. But also magic little things called chance.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
20:41
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