lunes, 27 de abril de 2009
CCXLIV: La noche 18
Inmerso en el insomnio más profundo de los últimos años, ayer soñé despierto sucesiones de hurtos, arrebatos, despojos. Un engaño en un pseudo-remís de La Plata, cuyo chofer, pidiéndome disculpas, me llevaba a una villa aledaña y se hacía con todos mis bienes, dejándome tirado en el piso. Ese, entre otros. Y cuando la escena real se hacía presente, despierto a cada momento, desesperaba incluso peor que en el vívido microsueño reciente. No encuentro, no me encuentro. No me siento cómodo cargado de sentimientos negros y destructivos. Duelen y torturan lentamente. Ayer me sentí más allá del umbral. Me sentí en la noche dieciocho, que siempre quise postergar.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
10:07
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