sábado, 10 de abril de 2010

DIV: Errare humanum est.

A veces el mundo se hace diáfano, aclara el cristal empañado en una infinita tertulia de polvo y estrellas. La vacuidad como emblema, y la razón perdida como implicancia. Pasiones al extremo, pero con paso asustado. Ni el disfrute pleno. Semana de búsqueda, de avistamiento de nuevos horizontes, bien alejados de mi tierra firme que tanto parece estar tragándome. Me aferraré a la muerte sólo si es el mejor pasaje, encenderé la mecha del día en el andar de nuestros pasos, nuestros errores. Nada completa. Nada que tomar, nada que fumar, nada que coger. Nada que decir. Nada. Corren tiempos de telón. Que cierre la función definitiva, o que inicie una nueva algarabía. Errare humanum est. Todos metimos la pata en el tarro de mierda cientos de veces. En el nuestro, en el de nuestros valores. Y es horrible. Casi tanto como la incapacidad de sentir otra vez. ¿Qué opacó mi sensor pasional? Mami, te amo. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Encajaría perfecta como respuesta un fragmento de lo que acabo de subir:

"Muere lentamente quien evita una pasión y su remolino de emociones, justamente éstas que regresan el brillo a los ojos y restauran los corazones destrozados."

Ya te voy a dar un libro de Neruda...

Mauro Fernández dijo...

Ojalá fuera tan sencillo. Muere también un poco quien por factores externos no puede entregarse a la pasión, así como también quien la sigue y la sabe incorrecta, por la razón que fuere.

Anónimo dijo...

Mejor no entregarse, y que la pasión se entregue a vos, mejor no seguirla, que te siga a vos, y mejor aún no saberla, sólo sentirla. Lo único: no evitarla. Waaaaaaaaaa