Hoy no se cumplen 42 años de una muerte. Se cumplen 42 años de la concreción fehaciente del sueño eterno de la vida humana. 42 años del trasbordo de la vida de un mortal a la inmortalidad etérea que sólo el amor revolucionario puede regar sobre la Sierra Maestra. Voces desgarradas y -usualmente- ignoradas, claman por aquel que dio su vida por un mundo distinto. El hombre falla, olvida y vuelve a fallar, para quedar perdido en la memoria de los pueblos. La idea perdura secularmente inscripta a fuego con forma de estrella en la frente del pueblo unido. Hoy, el Ché no vive en los argentinos que parcializan leyes mediáticas. El Ché renace una vez más en el ideal de la equidad, de la unión y de la utopía revolucionaria que anhela abandonar las praderas de Utopía para tomar por asalto la realidad del hombre, cuyos derechos no sean vulnerados por los intereses maquiavélicos y funcionales de un sistema perverso que alimenta la inequidad. Esa inequidad, queridos amigos, que sólo reside en la privación del derecho y de posibilidades. Hoy tenemos la responsabilidad y el regalo de levantar la bandera y mantener viva la mecha del mundo que todos merecemos tener. Del mundo por el que Guevara dio su vida. De la idea que hoy vive por nosotros.
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Teniendo rancho y caballo
es mas liviana la pena.
De todo aquello que tuve
solo el recuerdo me queda.
Nada más, nada más.
No tengo cuentas con Dios.
Mis cuentas son con los hombres.
Yo rezo en el llano abierto
y me hago león en el monte.
Nada más, nada más.
Me gusta mirarlo al hombre
Plantado sobre la tierra
Como una piedra en la cumbre
Como un faro en la ribera
Nada más, nada más.
Alguna gente se muere
Para volver a nacer.
Y el que tenga alguna duda
Que se lo pregunte al Ché.
Nada más, nada más.
2 comentarios:
Muy bueno Mauro!! t felicito!!
No termino de comprender por qué la felicitación se dirige a mi persona, pero de todos modos la agradezco.
Saludos y gracias a Ud.
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