miércoles, 7 de octubre de 2009
CCCXLIII: City Tour (3)
Deseó férreamente el fin de los tiempos cayendo sobre él como la más despiadada guillotina; era imprescindible en aquel momento que su mente estuviese diametralmente opuesta a su corazón. Creía oír el sutil giro de aquellas monedas ingresando a la máquina expendedora como si todo –incluso el caprichoso empedrado de la avenida- se detuviese por un instante y sus sentidos se fundiesen con una sola mujer. Aún así, su vista se había desviado como la extremidad imantada que descubre un polo símil del cual huír.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
3:32
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario