martes, 20 de octubre de 2009
CCCLI: Elección de horizontes
Hay una envidia sana por los amigos que viven lo que uno sueña. Allí están, en rumbos inciertos, ávidos de aventura, de vértigo y adrenalina. La demostración de estar vivo al colgar de la nada, o naufragar turbios océanos. Perdí la forma un día, y está esperando que vaya a recuperarla. Soy yo el que eligió quedar afuera, pero vaya si valió la pena. Hoy lo sé y lo disfruto, por haber seguido a mi corazón. Espero nuevas puertas se abran, ahí está el horizonte más no la expectativa. Pero como ansío rozar al menos esa línea indefinible que se dibuja limítrofe entre la potencialidad y lo eternamente soñado. Como la necesito...
Publicado por
Mauro Fernández
a las
0:32
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