Y al fin, acabó ese mes ennegrecido por el luto profundo de la gloria extraviada. Despertó el mañana aletargado, erosionando sus talones con la punta de nuestras aspiraciones; de nuestro horizonte. El acorde más triste, retazos filosos de ayer sobre el tamiz de tu alma. Estrofas de tiempos paralelos, sin
priori o
posteriori. Un hoy. La fe ciega en fuerzas invisibles. Existir. El milagro de estar vivos.
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