martes, 28 de julio de 2009
CCXCII: Añoranza patria
Me siento exiliado en las tierras del cemento vil. Buscando la embajada del Nunca Jamás, patria en la que las revoluciones estallan en cada garito y los dulces amores se degustan junto al elíxir de la medianoche. El contorno preciso de una luna ausente es mágico reflejo tras las olas de la costa, mientras los satélites dibujan ángeles en lo profundo del cielo azul. Mi añorada nación, aquella donde la alquimia actúa sobre los poemas de amor, convirtiéndolos en manifiestos ideales de valores reivindicados. Aquella patria donde la voluntad trasciende al tiempo, donde las formas son amorfas y los sentimientos, puros. Donde la gente cae rendida ante tus ojos firmes, tus labios tibios. Suspiros que hacen bandera, efímeras eternidades. Casa. Quiero volver a casa.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
18:50
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