jueves, 27 de octubre de 2011

Elección a distancia | 5/5

Viene de acá.
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El 50% que votó a Cristina en las primarias siente sentirlo, y muchos lo sienten realmente. A muchos les dio mucho y defienden el primer 50% de mi conversación conmigo mismo, y con Antonio y su familia. Otros le tiran a matar y se quedan con el 50% final, con la “corrupción estructural”, con las 22 propiedades que acumularon Néstor y Cristina en poco tiempo en Gallegos, con su discurso “soberbio”, con que le “regalan” cosas a los “vagos” para que los voten, entre otros encomillados más y/o menos degradantes.

Yo no sé si alguno tiene razón. Yo tengo las mías, pero no tanto estructurales. Prefiero la no-doctrina, siempre la preferí, que no me digan lo que tengo que hacer, no comprar paquetes que vienen con mierda en lugar de chocolate y la comemos igual porque el paquete reza Milka -y el paquete se convierte en nosotros-. Así elijo ver medidas, concretas y empíricas. Entender la ‘big picture’, cómo viene a significar ese panorama general, pero no matarlo ni defenderlo en su totalidad. Contribuir para mejorarlo, siempre que pueda. Incentivarlos a que trabajen para hacerlo. Sembrar semillas de duda en sus almas para que salgan a buscar respuestas. Para que amen u odien, pero sientan la revolución gestándose adentro suyo, esa llama que sabe que la única forma de lograr ese “mundo mejor”, es rebelándonos a adoptar doctrinas ajenas y conocidas.

La realidad nos muestra un siglo XXI con un progreso salvaje desplegado por Europa, y un hambre de diamante en la extensión del continente africano. Hambre. 2011 y la gente sigue pasando hambre. Eso es la prueba irrefutable de que todo está como la mierda, que la política no nos llevó a ningún lado, que la mejora “gradual” se caga en los muertos de sed y de hambre, en los analfabetos del mundo y del sabor de un racimo de uvas. Lo posible ya demostró su fracaso. Inventémonos el mundo que queremos y hagámoslo realidad.

Antonio rebota su cabeza lentamente, asiente y mira a su hija. Él sabe que el futuro está allí y su mundo se reduce a tres mientras el mío se abre a millones. Todos futuros y presentes ciertos, caminos complementarios mientras la vida te acompaña en el viaje, a veces de la mano y a veces dándote la espalda. Sonreímos y nos deseamos suerte (suerte, en serio). De su camino ni un rastro queda, tampoco del mío. Dos estelas se esfumaron en el instante del adiós y esta despedida fue una anestesia sin dolor.

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Esta historia es publicada en cinco "capítulos". 
Ver Capítulo 1/5.
Capítulo 5/5


1 comentario:

Flaneûr dijo...

Entraría en un cliché si te dijera "Buen Post" pero, oh vamos entremos, muy bueno el post.
Es una buena filosofía el ver toda la imagen antes de enceguecerse hasta convertirse en un fanático (no importa de qué, todos los fanáticos tienen un denominador común, el ser fanáticos y en consecuencia actúan como tal).
Me quedo con esta frase y me gustaría como lector que en algún otro posteo (si es que no lo hiciste ya) lo amplíes:
"Inventémonos el mundo que queremos y hagámoslo realidad".

¿Cuál es ese mundo y cómo hacerlo realidad?

Saludos