domingo, 28 de junio de 2009

CCLXV: Film crepuscular

Fluyen dulces segundos bajo el marco del ventanal, como en una cascada perfecta que se aventura en su camino insoslayable hacia la comunión con el amplio lago, donde los hilos de agua perecen. Mis sueños se aventuran inermes a ese destino imantado, que sublima mágicamente el aleteo de blancas gaviotas. Sin saber por qué, exhibiendo orgullosas su plumas, extienden las alas y se echan a volar sobre este frío hiriente, sabiendo que no hay bajo el cielo infinito, rincón que no puedan visitar, si así lo dispusiesen sus ansias. Aves migratorias, se rebelan fortuitas contra el claustro de mi mente obstinada y se marchan sin decir adiós. Dormido en un sueño de aromas pasados, sigo viviendo el film que el amor rodó, permitiéndome ser extra del milagro de converger contigo en aquella hermosa historia inmortal. Horizontes y gaviotas, fluyendo junto al tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola mauri:)
I wish you luck!
jaja
Pau

Mauro Fernández dijo...

Volvimos, ¿volviste?
Gracias!