miércoles, 17 de agosto de 2011

¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!




Soldados,

Todos y cada uno de ustedes conocen el esfuerzo y las dificultades por las que hemos pasado. Llegar hasta aquí es bastante, pero nunca suficiente. El enemigo espera. Y espera bien armado, señores. Son la esperanza de la América. Todos y cada uno de ustedes lleva consigo lo más importante: la Libertad. Trescientos años de masacre y de barbarie tiñen nuestra tierra de sangre, pero hemos venido a decir basta, ¡se acabó!

Soldados, se me llena el corazón al ver tantos guerreros dispuestos. Nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos recordarán este momento con orgullo, porque les dejaremos una tierra digna de ser vivida. Donde puedan sembrar, crecer y prosperar libres de toda cadena; donde cada hombre pueda decidir su destino sin importar su color, su linaje, su procedencia, ¡ni qué carajo! Porque todos somos iguales ante el Supremo, así como somos iguales ante la muerte. Porque cualquier hijo de mujer merece ser libre, de una vez y para siempre.

¡Seamos libres, que lo demás no importa nada!

¡Viva la Patria!


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