Cambio. O quiero cambiar. No hay amnistía para la memoria, tampoco para la acción. Nos enarbolamos sin rozarnos, que las lágrimas broten al compás de la Comptine d'un autre été. Y si no brotan, que reverberen en la cornisa de estas ventanas que inventan el mundo. Mio y nuestro.
Hay gente con genio y con luz. La hay feliz por naturaleza, danzante, gritona, entusiasta de las pequeñas cosas. Están los deprimidos y los eternos alegrones. Estamos también los indefinidos. Los que nos aburrimos en las fiestas y nos reimos cuando no debemos. Estamos estos idiotas que no aprendimos a vivir y siquiera pretendemos hacer un culto de ello -porque buen capital se arrumba de explotar cierta imagen-; los que no tenemos una imagen, ni nos entendemos frente al espejo. Los niños y adultos, cruzándose entre los temas de Tiersen y las aventuras de V o el Eternauta que espera. Y estan tambien las ganas, las pasiones de cada día, allá en algún punto, perdidas entre la melancolía de lo que fue y la ansiedad del que será.
Pintemos. Pintá. Yo hoy te sonrío asomando de atrás, musicalizando un plano corto de Jeunet sobre tu alas. If there's a crime then I'm guilty. Guilty of loving you.
2 comentarios:
¡Qué hermoso texto! Tan hermoso que uno se llena un poquito el alma de solo imaginarlo.
Entonces, ¡a imaginar se ha dicho!
Y que rebalse el alma.
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