domingo, 6 de mayo de 2012

Colores de domingo por la noche

Ella pinta. Yo sigo con la computadora anexada al cuerpo, como un tumor maligno que crece sin quimio que le plante batalla. Pero la miro y me inspira. Me alegra. Pongo Yann Tiersen para acompañarla, a mi manera. No le digo nada, la miro poco. Elijo la banda de sonido de su noche de domingo, de su brote de artista. La acompaño de algún modo, engañando a mis palabras que no saben acompañar.

Cambio. O quiero cambiar. No hay amnistía para la memoria, tampoco para la acción. Nos enarbolamos sin rozarnos, que las lágrimas broten al compás de la Comptine d'un autre été. Y si no brotan, que reverberen en la cornisa de estas ventanas que inventan el mundo. Mio y nuestro. 

Hay gente con genio y con luz. La hay feliz por naturaleza, danzante, gritona, entusiasta de las pequeñas cosas. Están los deprimidos y los eternos alegrones. Estamos también los indefinidos. Los que nos aburrimos en las fiestas y nos reimos cuando no debemos. Estamos estos idiotas que no aprendimos a vivir y siquiera pretendemos hacer un culto de ello -porque buen capital se arrumba de explotar cierta imagen-; los que no tenemos una imagen, ni nos entendemos frente al espejo. Los niños y adultos, cruzándose entre los temas de Tiersen y las aventuras de V o el Eternauta que espera. Y estan tambien las ganas, las pasiones de cada día, allá en algún punto, perdidas entre la melancolía de lo que fue y la ansiedad del que será. 

Pintemos. Pintá. Yo hoy te sonrío asomando de atrás, musicalizando un plano corto de Jeunet sobre tu alas. If there's a crime then I'm guilty. Guilty of loving you.


2 comentarios:

N dijo...

¡Qué hermoso texto! Tan hermoso que uno se llena un poquito el alma de solo imaginarlo.

Mauro Fernández dijo...

Entonces, ¡a imaginar se ha dicho!
Y que rebalse el alma.