Apurate cuando haga falta. No hay tiempo que perder, pero eso también implica disfrutar los pasos, no sólo la llegada. Sé feliz, en cualquier caso, si no ni vale la pena.
Si la felicidad es el destino, el apuro no tiene razón de ser. Habrá que recalcular como el GPS si realmente buscamos felicidad, o algo más colectivo. Y fundamentalmente, cómo balancear ambos destinos, sin perderse en el camino.
2 comentarios:
Apurate cuando haga falta. No hay tiempo que perder, pero eso también implica disfrutar los pasos, no sólo la llegada. Sé feliz, en cualquier caso, si no ni vale la pena.
Si la felicidad es el destino, el apuro no tiene razón de ser. Habrá que recalcular como el GPS si realmente buscamos felicidad, o algo más colectivo. Y fundamentalmente, cómo balancear ambos destinos, sin perderse en el camino.
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