martes, 4 de junio de 2013

Cables cruzados

Los días algunos son como un cable visto a pequeña escala. Cada uno de ellos es, en realidad, centenares de cablecitos hilvanados en tal abrazo que, al torpe ojo ajeno, son sólo uno. Todos son bienvenidos a componer, a su manera, el producto final de su sinergia. Los hay flácidos; también más rígidos. Está el que quiere ponerse la corona de pelos y el que se pierde entre todos los demás, inadvertido. Esos demás, también están. Gracias a ellos por hacerlo y permitirme enlazar un Fender y una Les Paul, a través de la persistencia de su abrazo.


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