¿Qué te gustaría ser si no fueras lo que sos? A mí algo como el viento. Que sopla y se inmiscuye en rendijas donde nadie lo invita, ni lo espera. El mismo que aviva un fuego o que da vueltas un paraguas en plena tormenta. Uno que nace del aire, obedeciendo patrones climáticos y flujos de temperatura. El que sopla incesante y acaricia las copas de los árboles, en París y en Buenos Aires. Hoy, soy viento. Por propuesta de César Bruto y de Julio, el exquisito.
jueves, 20 de junio de 2013
martes, 4 de junio de 2013
Cables cruzados
Los días –algunos– son como un cable visto a pequeña escala. Cada uno de ellos es, en realidad, centenares de cablecitos hilvanados en tal abrazo que, al torpe ojo ajeno, son sólo uno. Todos son bienvenidos a componer, a su manera, el producto final de su sinergia. Los hay flácidos; también más rígidos. Está el que quiere ponerse la corona de pelos y el que se pierde entre todos los demás, inadvertido. Esos demás, también están. Gracias a ellos por hacerlo y permitirme enlazar un Fender y una Les Paul, a través de la persistencia de su abrazo.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
1:27
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