Mendoza debe ser Capital Nacional o, al menos, ir a compulsa con Rosario y que se elija por SMS. El día, la noche, el sol y la lluvia, la nieve; todo le calza fantástico a la ciudad cuyana que es, en realidad, Patagonia y gran metrópolis. Falta la nostalgia y el desencuentro inherente a las ciudades portuarias, falta la rudeza del polo industrial, falta. Quizás por eso no tenga mayores aspiraciones, más allá del Estadio, del Parque, sus anchas veredas, su noche inclaudicable. Será demasiado perfecta. Carece del papel en el piso, del descontrol en el centro, de los rostros sin mirada; le falta la mierda. Todo aquello que las grandes ciudades merecen para albergar en su seno al vasto espectro demográfico que la haga gigante, y capital.
Aún te falta, Mendoza, aprender a equivocarte; a embarrarte las manos, a abrir más las puertas. Podés, sin embargo, tener pretensiones; pero no unicamente con velo de elite cubriéndote los ojos. Te felicito por tus valores y tus realidades. Te aliento a seguir como puntual del ejemplo inmaculado. No te veré jamás capital; te siento mejor así.
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