miércoles, 6 de mayo de 2009
CCL: Ser o tener... esa es la cuestión.
Asumamos de una vez que la expectativa reduce la felicidad de la vida, sea por oscilar eternamente entre los compromisos ya asumidos y los objetivos ulteriores en lugar de preocuparnos por vivir el momento presente; o simplemente por definición Schopenhaueriana de frustración y tedio. Ahora bien, cuánto peor puede ser, no TENER expectativas, sino SER expectativa, ¿no les parece?. Ser el destinatario de la esperanza ajena, la reencarnación de sueños frustrados o incumplidos, la "segunda oportunidad" para quienes tropezaron con la misma piedra; eso es definitivamente peor. Porque no sólo padecemos del mal expectante, sino que además somos esclavos de confianza y frustraciones que no nos corresponden ni representan. O tal vez sí, pero inconscientemente elegimos supeditarnos a un destino no escrito, a satisfacer ilusiones, a adivinar caminos ajados. Digo... no vaya a ser cosa que piensen que tienen "algo que hacer", cuando sólo ustedes son los escritores de su propio cuento de hadas.
Publicado por
Mauro Fernández
a las
17:24
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario