miércoles, 30 de septiembre de 2009

CCCXXXVIII: City Tour (2)

El corazón le salía del pecho, la saliva inquieta jugueteaba en su laringe y Víctor sólo culpaba al empedrado de una Triunvirato que aún mantenía el aroma arrabalero de otras horas, por todo aquello que nunca tendría el valor de enfrentar. El ring prohibido, la batalla del nunca jamás. Y él, victorioso; con la victoria fingida de los que abandonan.

lunes, 28 de septiembre de 2009

CCCXXXVII: Il cenacolo


La última cena (Il cenacolo o L'ultima cena)
Leonardo Da Vinci, 1495-1497

CCCXXXVI: Degradente

Cruzo el patio y las estrellas trazan redes que hacen su vez de techo. Me detengo, dudo y vuelvo. Levanto la mirada como si nunca me hubiese sentido tan atraído por la fulgencia de aquel mar invertido de destellos azules. Y allá van las bombas. Las sirenas de ambulancia o policía (¿cómo va a saber uno cuáles a esta altura?) siguen de fondo como un paisaje auditivo casi imperceptible por los vicios adquiridos de la costumbre citadina. Con los bomberos es distinto; uno distingue a los bomberos. Será que el fuego nos resulta existencialmente más cercano que el crimen o la muerte. Y por el antagonismo que nos caracteriza, seguimos en la rivera esperando las sirenas verdaderas, de largos cabellos platinados y bellas colas de cetáceo. Esas dulces bailarinas acuíferas que nos deleitan con el roce etéreo de la carne, regalándonos con su saliva seca, esa partícula de oxígeno que abandonamos con sumo desparpajo allí en la costa. Aguardando esa ilusión tan promiscua como pérfida. El libro apócrifo que faltaba a nuestra historia. Allí, en Atlantis, donde los tesoros divinos duermen ajenos al entendimiento del hombre pensante.

domingo, 27 de septiembre de 2009

CCCXXXV: Dalí y el hombre nuevo


Niño geopolítico mirando el nacimiento del hombre nuevo
Salvador Dalí, 1943

CCCXXXIV: Bandos inermes para una guerra verídica

Y allí estábamos, inermes pero desafiantes. Clavándonos ese puñal ineludible que es la mirada, asesinándonos de amor y encandilando esa playa fría que, absorta, posaba su vista sobre nuestro todo. Las agujas insurrectas se rebelaban contra la militarización del tiempo, los relojes se derretían en forma triangular y eran succionados por la fuerza centrífuga que giraba a nuestro alrededor. El ojo del huracán. La devastación completa. El fin de los tiempos. Las posturas sacándose chispas. Meciéndonos sobre una nube impúdica de entrega y completud, sabiéndonos únicos. Reposaba mi espalda en respaldos invisibles, mientras girabas tu dulce torso al tiempo que mordías con fuerza la belleza de ese tierno labio inferior, declarando una guerra que nos daría luz y entierro en un mismo instante. Esa es la guerra. La única e inclaudicable, verdadera guerra. 

miércoles, 23 de septiembre de 2009

CCCXXXIII: Dadá!

Quiero arte capaz de anestesiar el asco. ASCO. La pudredumbre oxidada, el ollín descansando sobre telas que huelen a flores negras, el pútrido revoltijo de estómago al mirar a la cara a la realidad. El desvarío de las luces rojas como jirones de existencia que inscriban, al menos, la ilusión de la no existencia. La vanguardia, el ruido. Dadá! Tzara y sus nihilistas arrancando del letargo sociedades hipócritas, al arte de lo establecido. Un vómito en la cara de Dios. Una cruz en su frente cansada. Un legado tan invisible como imborrable.

CCCXXXII: Set the controls...

CCCXXXI: Pasado escurridizo

Y ese fuego sigue ardiendo por ahí. Confinado a una muerte lenta en el claustro de su destierro. Esa libertad que enmuralla coartando toda posibilidad de huída, de viraje en la toma de decisiones, de autos inflamables ardiendo en las rutas del mañana. Saber decidir es optar por nunca dejar de hacerlo. Fluye, todo fluye. Como este escrito insensato, como un pasado nebuloso que no puedo contener; ¡y yo que vivo de los recuerdos! Todo es abstracto, vaporoso, intocable. ¿Dónde quedó mi pasado? ¿Qué inconsciente nostalgia debo quebrantar para retomar todo aquello hoy olvidado? No sé. No sé si me interesa. El puente no conoce de dobles manos ni rotondas para retomar. Es así, firme adelante, aunque el pasado se escurra inquieto como la arena de nuestro puño apretado.

martes, 22 de septiembre de 2009

CCCXXX: Historias atemporales

Hay historias cuyos destinos no han llegado a ser historias por una mera cuestión temporal; quedaron truncas, inimaginadas. La ramificación incontable de los futuros inmediatos es apócrifa, de belleza sutil e incierta como la sonrisa tímida de un enamoramiento. La complicidad cumple rol fundamental en vida humana (se ruega no caer en la banalidad simplista de la subsistencia). La vacuidad es sobrellevada con momentos, con realidades realizadas -valga la realindancia-, con códigos más allá de los códigos -valga la codificación-, con mañanas que ayer no fueron escritos -valgan los miedos olvidados-. Será por eso que él siempre eligió nadar por mares helados, intransitables para los barcos civilizatorios que ansiaron desde siempre aquellas tierras pero nunca tuvieron el coraje de conquistarlas. Y ese asalto agonizante daba fuerzas necesarias para devolver la dignidad al pueblo dormido, zambullirse en el mismo helado océano y seguir su rumbo hacia nuevos vestigios del futuro.

lunes, 21 de septiembre de 2009

CCCXXIX: Escritos sin destinatario urgente

"Escritos sin destinatario urgente". Así titulé una especie de diario íntimo, offline, táctil, real, que tuve en un lapso determinado. Precisamente e/29.04.09, 10:38hs y 10.05.09, 15:54hs. Fue más que una puerta de salida, fue un camino paralelo, una adyacencia análoga a este espacio, sólo con la cualidad de no ser pública. Lejos de las miradas crueles y malintencionadas, lejos de las parciales y obnubiladas; lejos del ruido. Cerró su etapa con un ¡Fuck Off! irreproducible, pero sería sólo doce días después (cuatro veces tres), cuando las cortinas quedarían bajas por siempre. No de una relación de pares, sino de la propia para conmigo mismo. Arenas movedizas, ilusorios espejismos, agotación: intrínsecas cualidades del solitario caminante que atraviesa un desierto de incertidumbre. El agua salvadora subyace las espinas, áureas soledades fulgen celestiales ignorando cada batalla perdida. Sólo una realidad y mil recuerdos tras la soga. Escritos sin destinatario urgente, metáfora iconciente de la vida misma.

domingo, 20 de septiembre de 2009

CCCXXVIII: City Tour (1)

"Pero la tolerancia de su recuerdo en el panteón del pasado hubiera sido la oscura, irrefutable prueba de que Laura lo había olvidado verdaderamente y para siempre"*. Víctor se encontraba en cada frase, cada punto final. Cerraba el libro tras mirarse al espejo de la palabra y cruzaba el puente para ahuyentar la penumbra de las páginas ya leídas. Tras un suspiro sordo y pausado, levantó sutilmente la cabeza en dirección al futuro. Entonces, entre la incolora muchedumbre atiborrada junto a la máquina expendedora de boletos, se maravilló encontrando al amor de su vida.

viernes, 18 de septiembre de 2009

CCCXXVII: La lágrima

Hoy a Buenos Aires lo envuelve la lágrima. Pararse firme con falso estoicismo en la parada del colectivo frente a un Luna Park tan gris como el cielo nublado de las almas porteñas; esa es la postura. Pararse firme, estrechar en un abrazo las pestañas superiores con las inferiores y dibujando unas deplorables patas de gallo en la esquina de los ojos, dejar caer la lágrima como se deja caer al pasado en el puño entreabierto del olvido, siempre dispuesto a triturarlo. Así, quizás, cuando la enorme hilera de prójimos se inyecte sobre ruedas sin dudarlo, pueda sentir el regocijo -ese yunque que se suelta en salto suicida del pecho al piso- de saber que no está sola.

jueves, 17 de septiembre de 2009

CCCXXVI: Clío

En la mitología, Clío es la musa de la historia y de la poesía heróica. Es hija de Zeus y de Mnemósine. Clío tuvo un hijo con Píero, rey de macedonia, llamado Jacinto. Algunas fuentes afirman también que fue madre de Himeneo. Se representa como una muchacha con una corona de laureles, llevando una trompeta en la mano derecha y un libro en la izquierda. A veces se le atribuye un globo terráqueo sobre el que posa, y el tiempo aparece junto a él; a veces en sus estatuas aparece representada con una guitarra en una mano y un plectro en la otra. Se le considera la inventora de la guitarra. En otras representaciones mucho mas clásicas se le representa con un papiro en la mano y una capa a sus pies. Su nombre Clío significa "La que ofrece gloria”. Esta musa cantaba las hazañas y las proezas de los héroes y acompañándose de su cítara.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

CCCXXV: Si me voy antes que vos

CCCXXIV: Merde!

Hoy no fue tu día, no corriste libremente por las praderas de mis recuerdos. No anestesiaste mis sentidos con el filo sutil de esa inyección adrenalínica que emerge de tu añoranza. No fue tu día, pero será tu noche. Y lo sé; y me alegra. Quiero regalarte sólo palabras de aliento y un empujón por la espalda, una pluma blanca, un susto repentino en la punta del trampolín. Clavadista con red, pero en vuelo etéreo. Tu cabeza roza hoy las aguas oceánicas de la incertidumbre, pero paralelamente el corazón siente que todo está en camino, que ya está nadando en su salsa y que nadie puede sacarte de tu lugar. Sólo por si vos misma querés robarte un minuto veinte de presente ininterrumpido, acá estoy yo para darte todo el aliento que nos permitimos. Merde!

lunes, 14 de septiembre de 2009

CCCXXIII: No te salves

Se me hizo imposible sostener la continuidad de una sección, casi tanto como no hurtar en otros momentos, a distintos artistas de la palabra, de la canción o de la vida misma. Por eso, ya sin sección "Hurtos", los invito a leer a Benedetti, quien rozó mis oídos ayer vía Grandinetti, y hoy endulza la mirada por la gracia de Clara. Gracias a ambos.

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

CCCXXII: Aquel primer amor

El domingo toma aires ibérico-peninsulares, ritmos andaluces, vozarrones experimentados en ajetreos del corazón. Y al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Menos, sabiendo que ella se acuerda de quererte cada dos años. Pero de vuelta, haciéndose presente y reivindicando todo espejismo. Abrazándola y sintiéndola cierta, aunque sus páginas hayan sido leídas en cátedras de un tiempo ausente. Fuimos desde la inocencia, equilibristas del cordón de lo eufemístico; del florecer de eternas primaveras. Aquel puente bajo un sol verde, vacacional, hoy embiste de frente las formas moldeadas por los palos constantes, entrometiéndose en las ruedas de nuestra bicicleta paralela. Me odio por no estar en forma; me recrimino el saber que no puedo darte, quizás, otro brillo que una compañía repetida. Quisiera redescubrirme, para transitar entre sonrisas este paréntesis de miradas reencontradas.

sábado, 12 de septiembre de 2009

CCCXXI: Bisagra salomónica

La elegimos quizás sin dar con la palabra correcta, el acuerdo buscado. Pero allí estaba preescrita para nosotros, como estuvo la chispa que soltó las cuerdas de esa jauría enajenada de amor. Coliseos perfumados de añoranza se erigen en las polis del mañana. Inédita interacción temporal, donde las agujas por vagancia perecen quietas, más las horas corren desquiciadas tras los inviernos perdidos. Decisiones salomónicas sin vencedores ni vencidos, más que las partes intrínsecas de una relación contractual de pertenencia momentánea. Amorío, suelen decirle los nobles aristócratas resfregándose el corazón con los calzones de la Reina. En el Parnaso, nuestros dioses, prefirieron llamarla inmortalidad.

viernes, 11 de septiembre de 2009

CCCXX: Oasis

Sos un oasis, una laguna en el desierto. Tus letras casi tan rectas y perfectas como tus gustos. El serif delicado de las pestañas que han sabido pestañar junto a las mías, los manifiestos compartidos. Hojas que huelen a recuerdo, a libro viejo, a páginas amarillas; los presagios del mañana. La bandera blanca de sabernos emboinados bajo las mismas bombas, cuenta historias de García Márquez enclaustrado en habitaciones paralelas, en principios constantes de incertidumbre. Sentir el aroma de la amistad eclipsando otras no elegidas, suspira por mí cada verso caminado.

jueves, 10 de septiembre de 2009

CCCXIX: Últimamente planeo una huída...

Exacto; es ese límite. Escucho la magia y la veo ajena. Ayer I've started thinkin' english, since I heard myself singin "Nothing's gonna change my world...". It felt so untruthful, anoyingly false. I choose to respect my polyglot crazyness & write down my thoughts in the same language they were conceived. Think I'm lettin' it go, no more inner world, the outsiders invading thoughts, manners, ways, moods... Everything's gonna change my world, 'cause my world lies on others. The freaking others, unmanageables. And I feel so afraid of watching inside, 'cause I know I'll find death again. My legs walking due to inert forces, not by choice. So just walk, keep walking, just doing it, impossible is nothing, & all those uncountable irrisory-branding campaigns, climbing positions in my belief's stairs. So what about my real beliefs? Eventhough I could be a bit more gray for the common eye, I'd be home. Ya no puedo ni sentarme a escribir, a sentir. Dejar, correr y dejar correr. Imponderables, pero lejos. Si me miro, extraño todo; lo que fuí y lo que seré. El campo visual de la nostalgia toma límites inimaginables hacia ambos horizontes, y sólo pienso en huír al sur para empezar de nuevo...

jueves, 3 de septiembre de 2009

CCCXVIII: Artes de seducción

Cuando es la vida misma el elíxir que seduce tus sentidos, la excitación que agita tu respiración, el deleite que da vuelta tus ojos; sólo entonces, podés sentirte vivo. Cuando todo es vacuo, ves el océano profundo que se esconde tras el iris de la divinidad. La magia. El encanto, -¡enchanté!- de verte elevado; inerme e infinito. Volando como ese niño que tocó el cielo al decir mamá. La palabra primera y el suspiro que antecede al punto final de los finales. Ahí, en esa nada, en ese universo, te ves flotando... Dejate llevar, que la vida succione tu sangre y te haga suya. Entregate a la prestidigitación vivencial de lo incierto.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

martes, 1 de septiembre de 2009

CCCXVI: Septiembre

Y al fin, acabó ese mes ennegrecido por el luto profundo de la gloria extraviada. Despertó el mañana aletargado, erosionando sus talones con la punta de nuestras aspiraciones; de nuestro horizonte. El acorde más triste, retazos filosos de ayer sobre el tamiz de tu alma. Estrofas de tiempos paralelos, sin priori o posteriori. Un hoy. La fe ciega en fuerzas invisibles. Existir. El milagro de estar vivos.