miércoles, 31 de diciembre de 2008

CXXXVIII




El destino tiene trazados infinitos caminos para cada uno de nosotros. Así, y a partir de la búsqueda y la energía vital que nace de nuestro espíritu y se deposita en cada una de las cosas, concebimos amazing crossroads en los que los hombres nos encontramos al momento de compartir aunque sea un instante. Ya podré leer algún día todo lo vivido por mi alma en un único trayecto a pie entre San Clemente del Tuyú y Las Toninas (vía playa), que dibujó innumerables espejismos frente a mis ojos. Y hoy, perdiendo un poco el tiempo en Google, ante el inminente advenimiento de un 2009 que mete miedo, encontré una imágen que es casi perfectamente lo que vi en mi trayecto. La arena serpenteando, buscando el sol. El viento, la energía vital que la hacía ponerse en marcha y que a mi me dificultaba el camino. The Snake & the Sun. Una imagen que despertó mil sensaciones y que hoy el destino, cruzó ante mi en un buscador de internet. Lo vivido, más adelante. Hoy, esta escena mágica. 
Que 2009 nos encuentre buscando el sol. Buscándolo y tan cerca, como en la imagen.


sábado, 27 de diciembre de 2008

CXXXV

A mis queridos lectores:

Se les informa con alegría y pleno jolgorio, que un amigo de la casa, cuyo blog fue motivacional (como ya he contado anteriormente) para la apertura de Egosincracia, está nominado como "Mejor Blog del Año" por Rolling Stone. Y sí, digo que él está nominado y no su blog, porque TeMataría.com refleja fielmente lo que es Pablo. D. Álvarez en su cotidianeidad. Plagiando terminologías, podría decir que el señor, fue uno de mis hallazgos de la cosecha '08, y que es un orgullo compartir trabajos, horas de facultad y líneas virtuales cada vez que se presta la ocasión.

Mi cumpa, otorga el siguiente banner para que lo ayudemos a ganar el preciado premio:


A fin de no sólo desearle un feliz 2009, hagamos realidad un pequeño gran momento.

Para votar a Te Mataría como mejor blog en la encuesta Rolling Stone, hacé click acá.

Para hacer que Pablo tenga un feliz comienzo de 2009, hacé click acá.

Para que pierdan todos los demás blogs (si sos un resentido que sólo disfruta de la desgracia ajena), hacé click acá.

Si sos una de esas personas que, como yo, no aceptan que se les indique qué hacer sin saber por qué lo hacen, entrá a Te Mataría haciendo click acá. 

Irremediablemente, terminarás cayendo acá.

Gracias a todos, por mi parte, me retiro a Saint Clement of Tuyú for a couple of days. 

Nos leemos a la vuelta.

viernes, 26 de diciembre de 2008

CXXXIV

"Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes..."
Isaac Newton.

No sabés lo que me cuesta no poner a todos mis soldados a trabajar en la construcción de un fuerte, que se levante certeramente alrededor tuyo. Y así cuidarte, protegerte, tenerte siempre conmigo. Lo único que me detiene es mirarte y escucharte. Saber que por quererte, no hay nada tan hermoso como dejar volar lo más mágico de tu ser. Igual, no pierdo la fe de que el par no se transforme nunca en claustro, ni de que haya caminos compartidos para dos almas libres, con objetos similares. Sólo sé (en realidad, sólo lo siento, lo que lo hace más válido) que mientras sepamos escucharnos, dejaremos de lado el vicio de construir muros, para disfrutarnos en un puente inmaculado, que anhela eternidad...

jueves, 25 de diciembre de 2008

CXXXIII

"El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo..."
Proverbio Chino

CXXXII

Inocentes lucecitas alumbrando nuestros pasos y endulzando nuestro andar, se cuelgan de las ventanas de los nuevos rascacielos, de las antiguas casas bajas y trepan hasta lo más alto de los pinos que alberga nuestra hermosa y navideña ciudad. Suponen encender ilusión, gestar algún tipo de sueño incandescente en las neuronas apagadas de un pueblo que no da más. Se cuelgan de los árboles más altos, y anuncian así la llegada del benefactor de los creyentes, del padre y emperador del imperio de la ignorancia. Los espejos reflejan sus colores, pero ciertas mentes saben captar que esas luces no alumbran, sino que su razón de ser es el simple hecho de encandilar ojos con sed de verdad y cegarlos por siempre, haciendo invisible la mentira que se esconde tras ellas. Una historia que ya por tradición se contradice. Una conmemoración, un nacimiento, un sincero recuerdo de un bebé salvador, un Padre de los afligidos y de los soñadores, un comienzo y un final para dos eras, para dos formas de pensar radicalmente distintas. Por otro lado, existe un invento ya gordo de tragar vanidades y de alimentarse del bolsillo ajeno, un festejo inconsciente, miles de muertos alrededor del mundo, y el inefable e infame mercado de la fe, que sigue su marcha firme junto a ciertas ideologías que satisfagan sus deseos de ambición y que puedan  cumplir con las prioridades de sus mandatos. Hay por detrás de toda institución, un símbolo de verdad, una idea que seguir, pero siempre, la institución se corrompe, la idea se tergiversa y se utiliza para el beneficio de los peces gordos, para quienes ya se está forjando una celda en el infierno. Sin embargo, por delante de todas estas humildes y sanas atrocidades, de esta inmensa mentira y de una  traición que el mismísimo hijo y padre nunca perdonará, se encuentran colgadas aquellas lucecitas, tan adorables, por cuya simple observación, muchas mentes se sienten tranquilas, y se les transmite paz... Pero para otras, se resalta la ira de una idea que aún no se concretó, pero que pide a gritos alguien que la lleve a cabo.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

CXXXI

Así la historia de Amaro y Baralides transcurre irrefrenable, entre encuentros digitales y ensueños interpersonales. Cruzan someros clicks con el mismo amor que se cruzan penetrantes miradas. Los encuentros repentinos son parte de su realidad. Y así se van liberando mutuamente, inmiscuyéndose cada vez más en un todo que está reservado sólo para ellos dos. Para Santi y Santiago fue la muerte; para los amantes esclavos de un laberinto sin fin, el suicidio y la trampa al destino, una nueva dimensión. Para ellos fue La Cápsula. Un lugar alejado del mundo, donde los colores, las escaleras marineras y los horizontes, se hacen infinitos. Cuatro paredes transpiradas por la pasión de un amorío profundo, se escurren como los paños grisáceos de Amaro, ante la mirada de su princesa. La de esa que ama, por que la conoce "lo suficiente", incluso desde antes de conocerla. Como en un oxímoron constante, un día en que decidieron volver a ver la oscuridad del día y abandonar la envolvente luz de La Cápsula, dejaron de recuerdo un pedazo de vida. Y lo obsequiaron con placer y total entrega, sabiendo que concebían un lugar con su propia energía vital, compuesta en parte con el amor de Amaro, y en parte con la belleza de Baralides. Flashes. Bajadas de párpados. Suspiros... 

CXXX

martes, 23 de diciembre de 2008

CXXIX

Ayer fue noche de viejos cuentos y recuerdos. Hoy, publico uno de mis favoritos, aún con más alegría, ya que tengo la certeza de que no es una historia propia, sino una continuidad de quienes elegimos el camino estrecho.


El Grito

Había ya olvidado lo que era tomarse el tiempo. Hacer una pausa en los engranajes que funcionan en su cabeza para permitirse un respiro aliviado, una cuota de tranquilidad. Volvían a hacerse presentes esos cafés reflexivos de madrugada, ese jazz que barría con sus escobillas a todos los males y acompañaba con sus vientos a cada uno de sus pensamientos, hasta que encontrasen la palabra justa donde mecerse y descansar. Tal vez la falta de sueño y el aburrimiento lo hayan llevado a elegir el día para sentarse nuevamente y pensar más allá de las horas, más allá de los motivos y razones en esta devastadora progresión infinita que es nuestro existir. O tal vez, como tantas otras veces, se sintió agobiado por la realidad, por las supuestas tautologías que adopta la sociedad moderna en pos de una vida más redituable, en todo sentido. Quizás el amor esta vez fue muy fuerte para el, lo que hizo que sea también casi inmanejable, su miedo a perder. O hasta podría ser cierto que ese día se haya visto inserto en un mercado oscuro del que nunca quiso formar parte (del que aún no quiere formar parte), viéndose representado desde ahora y hacia todos, tan sólo como números. Y por eso es que no le gustaba la matemática. Porque los números no eran lo suyo, porque ponía a la persona antes de la cifra, o al sentimiento antes que la cantidad. Y los resultados al fin y al cabo, no serían congruentes con una operación aritmética, así como tampoco sería la práctica congruente a la teoría, más allá del nivel de pragmatismo con el que se la aplique. Porque es así, los seres humanos tenemos nuestras falencias y defectos, y el lo sabía muy bien. Toda aplicación matemática que remplazare una interacción humana y personal, concluiría irremediablemente en la decadencia.

La experiencia de viejos sabios y otros que no tanto le mostraron un camino por el cual sus pares caminaban, agolpándose. Ancho e interminable camino, que hace una inconmensurable cantidad de tiempo venía siendo pisado por las suelas de incontables zapatos rotos y descosidos (análogos mortales). Y creo que por su vagancia o por la necesidad de no estar apretado es que eligió otro camino (si, creo que fue eso, pero no puedo recordar con exactitud, tal vez no esté en lo correcto y pido perdón si así lo fuere). Eligió un camino mucho más estrecho, mucho menos concurrido pero con el viento en contra y lleno de baches y obstáculos que dificultaban el andar. Decididamente no quería resignarse a los peajes que había que pagar en la otra vía. Esas cuotas de resignación, traición, falta de reconocimiento y valorización hacia el prójimo, las relaciones de compromiso, los amores inconsistentes que construían sus cimientos sobre la necesidad de las partes de no quedarse solos. Y el no las iba a pagar, no porque no trajera dinero, sino porque siempre elegía comprar cosas con valor de reventa, y no esas chatarras oxidadas, repetidas y sin contenido que la sociedad tenía para ofrecerle; no vaya a ser que un día quiera revender su amor o sus amistades y nadie las quiera comprar.

Le resultó tan tortuosa su elección, que mil y una veces se maldijo e incluso consideró volver atrás para retomar el camino de la mediocridad. Es que ya no soportaba ese viento que cada vez se hacía más fuerte y defenestraba toda idea cargada de originalidad, lucha o buena voluntad de su cabeza; ese viento que no lo dejaba avanzar y quería encarrilarlo por el camino “correcto”, martillando con frustraciones y dificultades como si se tratase de una tortura china que jamás habría de acabarse, sino junto a su andar.

Muy cerca estuvo esta vez de abandonar sus valores éticos y morales, de entrar en la máquina moldeadora y salir como un ente totalmente corrupto por bases ajenas e insensatas, pero no les iba a resultar tan fácil. Prefirió un grito ahogado junto a un Sarmiento que pasaba a toda velocidad por la estación Caballito, y en su fugaz rumbo al oeste no se pudo deleitar con todo lo que salía de la boca de aquel. Porque el grito no fue sólo un grito, fue mucho más. Fue una proclama de valores, una constitución interna vomitada, un aullido de lobo cansado pero siempre listo para volver a atacar, una paloma que había sido liberada para volar en paz por sobre las pequeñas cabecitas de esa rama mamífera, conformista y pusilánime que demuestra ser el ser humano...

Entonces volvió a valorar el tiempo, su tiempo. No el de nadie más, sino el suyo, propio, que a veces, era necesario dejar de lado para sentarse a escribir en tercera persona alguna que otra fantasía que el café y el jazz, lo hayan llevado a imaginar.

lunes, 22 de diciembre de 2008

CXXVIII

"Urondo había empezado en la década del cincuenta un camino irreversible en la palabra con sus primeros y deslumbrantes versos y continuó escribiendo poesía aún en medio del peligro y la persecución [...]." Algo así como lo que relata Susana Cella sobre Paco Urondo, en la contratapa de un libro que hoy recibí como obsequio navideño adelantado, y salvando las abismales distancias, es parte de lo que ocurre en la periódica continuidad de Egosincracia. Siempre hay tiempos de paz y tiempos de guerra, de plumas y de fusiles, pero espero con el alma que nunca, sean cuales fueren las circunstancias, pase el tiempo de la literatura. La retórica es la faz significante de la ideología, escuché de un profesor y lo grabé a fuego en mi memoria. Si algún día muere mi retórica, dense por enterados anticipadamente, de que habrá muerto también mi ideología. Y con ella, yacerá mi cuerpo abandonado, despojado de todo indicio de vida, siendo útil para el universo sólo como alimento de bacterias más guerreras que yo.

domingo, 21 de diciembre de 2008

CXXVII

Creo que Warner-Fox, Film Suez, la cadena Hoyts, José BlockBuster (sic), o alguien de todo ese mercado cinematográfico, deben tener un acuerdo comercial con San Pedro. Muchos somos a los que el aroma a lluvia no sólo resulta alimento para nuestra saudade, sino también motivacional para tirarnos en la cama a ver un DVD o salir al cine para ver lo que haya en cartelera. Claro que la cama, haciendo cucharita con quien tengamos más cerca en el momento de la tormenta, es mucho más apacible; dos horas únicas, de abrazos, besos y una historia compartida. Pero cuando la lluvia nos toma por sorpresa, inmersos en la más grande soledad, es preferible mojar un poco nuestras ideas en camino al cine más próximo. Igual no, hoy no fui al cine. Me quedé en casa, abrazado a mi almohada, haciendo cucharita con ella y viendo un documental que quien hubiese sido sustituta ideal de la almohada, me regaló días atrás. 

CXXVI


Sobre la tierra,
Donde yace la vida,
Renace una flor.


sábado, 20 de diciembre de 2008

CXXV

Mirando hacia atrás llego a la única conclusión de que nunca tuve "amores que matan", ya que todos murieron. Quizás alguno simplemente mutó de forma, pero la distancia se empeñó en erosionarlo al punto tal de condenar al olvido al sentimiento más puro. Es un vicio común a muchos, eso de andar deambulando por amores trabajados o repentinos, buscados o encontrados, aprendiendo de cada una de las frustraciones que el desamor nos regale. Y digo desamor porque cuando se ama en realidad, no se des-ama. Creo que es el único sentimiento tan eterno y tan mágico, que ante la posibilidad de no poder realmente encontrarlo en nuestras vidas, terminamos tergiversándolo y llamando amor a cualquier indicio de apego físico o espiritual con alguna persona. Sea como sea, los tiempos cambian y tal vez me hagan abandonar la racha. O quizás, siga aprendiendo de cada link sentimental que me toque en suerte. En mala suerte.

CXXIV

viernes, 19 de diciembre de 2008

CXXIII

En las noches ella partía y la ausencia apadrinaba entonces, a un huérfano corazón. Él, buscaba incansablemente esa magia purificadora y deforme que alimentase sus anhelos y diera respiro a sus tormentos. Se alejaba del tortuoso murmullo y se acostaba en un banco solitario, entre el inmenso verde que, por esas horas, sólo quedaba iluminado por el reflejo de la cara más hermosa de la luna (la única tan conocida, que puede sentirse propia). Y fue entonces, cuando al no escuchar nada más que sus respiros y al ver sólo lo negro del cielo, las estrellas volvieron a hablarle.

martes, 16 de diciembre de 2008

CXXII

“El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra con la injusticia , sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasará jamás…”

Corintios 13;4-8

CXXI

Hoy tuve un día interno agitado. Tiré mi autoestima por el suelo y comencé a pisotearlo, por algún motivo que desconozco. Será por eso que quiero sacarme todo lo que tengo adentro, todo lo que siento y lo que imagino, con el solo fin de desnudarme de prejuicios e inmiscuírme en un mar dulce de olas calmas. Yo, Amaro (Amado o Amato, son también acepciones válidas para mencionarme en la ausencia), vivo una vida vertiginosa. No puedo dejar el culo quieto dos segundos, que las hormigas vuelven al asecho. A veces intento presionarlo tan fuerte contra el suelo que, al no sentir el constante hormigueo, llego a sentirme cómodo. Grave error. Me equivoco y aprendo (y aprehendo), y vuelvo a empezar. Pero no desde cero, sino siempre desde el podio de la derrota. Fracasado pero victorioso, emprendo nuevos caminos, constantemente. Entre el hastío y la aventura, lo conocido y lo misterioso. Así fue que un día, me enamoré de un personaje autárquico y tan real como cualquiera de nosotros, que recibió el nombre de Lili. Desde mis submundos preconiza todo impulso sentido. Compartimos largas noches y largas tardes, en las cuales los espíritus se hicieron uno. Aún así, y fiel a los edictos del príncipe Joaquín, al final llegó el final. Una tarde en que el sol se esmeraba por ocultarse pero mis ojos querían seguir viendo, Lili se desvaneció. Como si nada... como si todo. Y comencé a recorrer nuevos caminos en busca de una historia que leer, que un espíritu que acompañar e, incluso en busca de un amor en quién creer. Quizá algún día pueda hacerlo. Tengo fé que así será. Y si la tengo, es gracias a un amigo blanco que me concibió, que hoy puede hablarme de eso con una sonrisa de oreja a oreja, casi como si estuviese anonadado por la pureza de un espíritu libre. Casi como yo con Lili. Cerca del principio y cerca del final. Viviendo una vida vertiginosa y enamorándose de alguna sonrisa o alguna mirada que sepa darle paz. Su paz.

lunes, 15 de diciembre de 2008

CXX

El largo camino, el sol quemando mi piel, los caminos compartidos. Una llegada, un destino, pero con infinitas variables. La amistad repentina, el encuentro. Las congruencias y todas aquellas que no. La vida pasando por delante nuestro, cargada de emociones y sentimientos. Distintos e iguales. Partes inescindibles de un todo cargado de pasión. Las coincidencias. Ser parte de un puente, un ingreso, un estadío. La arena y el sol que se perciben en el alma. La previa, los preparativos. Sonidos espirituales se cuelan por mis poros para dar forma a lo que alguna vez supe ser. El comienzo de un trance, de un espejismo. Lentamente los cuerpos se aglutinan en un festín deforme pero uniforme. La agitación, la pasión. Los cuerpos transpirados y el recíproco sentir de las almas intervinientes del banquete. Entendiéndose, compenetrándose. Sabiéndose únicas e inseparables. Transpiración, gritos, gemidos de dolor y de pasión se fundieron en un solo momento. Uno irrepetible e incomparable. Uno que dio forma a mi fin de semana. Uno que bien podría ser un recital de La Renga. Uno que no tanto...

viernes, 12 de diciembre de 2008

CXIX

Fiel a un rito, posiblemente generado a partir de la posibilidad de perder la entrada y mi vicio de querer coleccionarla, subo la de mañana. Además, ésta tiene un valor agregado para mí, ya que fue un presente de corazón de un amigo. Uno con quien compartimos locuras, literatura, guitarreadas. A quién le he dedicado posteos, y quién me ha regalado poemas. Esos regalos que no son materiales, esos que se llevan adentro, bien adentro. Los mejores regalos, me atrevo a decir. Y esta vez me regaló una regresión que hace tiempo estaba esperando; y lo hizo en el momento justo. Cuando más me aboqué a redescubrir mi corazón es cuando nace un nuevo encuentro con esos que desde chico me dijeron "Y ahora sólo un camino he de caminar, cualquier camino que tenga corazón". Y allá voy. En camino a San Pedro, en camino a un encuentro, a una sensación única y pura como sólo La Renga puede hacer sentir. Porque cada recital suyo tuvo para mí un componente extra, una cuota de magia. La magia del primer gran recital, la de la caminata eterna desde Parque Patricios, la vuelta a las canchas... Viajes únicos, de los que rescato sólo tres momentos preciados. Mañana será tiempo de un nuevo encuentro, entre lo que me gusta y lo que no, lo que estoy de acuerdo y lo que no, pero como de costumbre, caminando uno de los pocos caminos que tienen corazón. Ahora los dejo y me voy como siempre, como me gusta...
Hablando de la Libertad.

CXVIII

Hay pocas cosas más absurdas que las "cuentas regresivas". Creo que la única, levemente más inútil, es la "cuenta regresiva en el nick del messenger".

Vean el ejemplo de un contacto mío que me exasperó por lo radicalmente extenso de la espera que lo aguarda (si no ven, dice "773Días"):


¿Se dan cuenta? Es vivir de la espera, en la espera, por la espera. Es olvidarse del "Carpe Diem" y acongojarse en algo que posiblemente no llegue a ocurrir nunca. Y aunque lo hiciera, ¿qué hay del sol de hoy? No miramos a nuestro alrededor porque estamos muy concentrados mirando fijo allá, lejos. A ese punto borroso por la distancia y que, de llegar, sería sólo un instante parecido a todos aquellos que no atendimos a su debido tiempo. Mientras ocurrían. Y si tanto me molesta, debe ser porque yo también haga cuentas regresivas, también espere, también esté ansioso por algo. Aún así, me decido a vivir ahora. Quiero abrir las ventanas del manicomio y dejar filtrar los rayos del sol. Porque no espero que me den libertad condicional. Disfruto de la locura y de la ausencia, del jolgorio y los encuentros. De los abrazos y los besos. De los enojos y de las distancias...

jueves, 11 de diciembre de 2008

CXVII

El desierto es un camino árduo de transitar y sus ciclos residen en las estrellas. El sol calcinante del día quema mis manos, mi torso y mi rostro, sin piedad ni misericordia franciscana. La solidaridad no es para él un valor adquirido. El agua se hace ausente y los espejismos frecuentes. Y así voy aprendiendo que lo que hay después de un espejismo es la sed al veneno más fuerte. Pero la noche y su oscuridad me enseñan el camino. Y no por la oscuridad, sino porque siempre hay una estrella que más allá de sus limitaciones juega a ser sol. Se sabe brillante como ninguna y pone todo su empeño para pintar el cielo opaco de un celeste despejado y claro como sus intenciones. La historia de la estrella que no era sol pero sabía intentar serlo, es hermosa, aún cuando se asustaba de la inconmensurabilidad del universo y decidía taparse con una sábana para no ser vista. Se opacaba. Pero eso siempre me impulsó con vehemencia, a caminar cada vez más cerca del cielo, a dejarme morder por una serpiente amiga, y a dejar caer sobre la arena, el traje de príncipe que traía puesto. 

miércoles, 10 de diciembre de 2008

CXVI

Quiero compartir con ustedes las hasta ahora cuatro piezas de la campaña "El verano te encuentra", que Young & Rubicam realizó para Cervecería y Maltería Quilmes. De las últimas campañas que vi esta me parece una de las más acertadas, tanto por el concepto como por la viralidad que puede llegar a alcanzar esencialmente en los principales centros turísticos argentinos. Imaginen los paradores de Mar Azul reproduciendo a todo volumen "No hay casino ni bingo en Mar Azul", los de Gesell haciendo lo propio con "con este truco ayer la rompí"... ¡Increíble!

En fin, los dejo con las piezas ya conocidas y el estreno de "Villa Gesell" que sale al aire hoy a la noche.

¡Que los disfruten!

martes, 9 de diciembre de 2008

CXV


No quiero escribir. No quiero leer lo que escribo ni pensar en eufemismos pelotudos para decir lo que tenga que decir, que honestamente, es bien poco. Me encanta, pongo Floyd y todo se vuelve tan liviano... flota. Incluso mi estabilidad sensorial y mental. Los colores se mezclan y escribo con los ojos cerrados en la nube de magia que es el segundo solo de Gilmour de Comfortably Numb. Espero estar pegándole a la tecla correcta porque sino todo sería un desastre y ustedes no entenderían nada. ¿Importa? Si de todas maneras quizás no entienden nada, igual que yo, igual que todos... Los ojos blancos, la euforia pasada, el éxtasis de aterrizarse en un vuelo. Los gusanos... ¡¡LOS GUSANOS!! Váyanse, vuelvan, salgan, entren, ¡Hijos de puta! ¡Los amo! Llega el final y me cago en las circunstancias. Acá soy Dios, yo mando. Un botón y empezás de vuelta, donde yo quiero, como yo quiero. Si, no quiero escribir... Hoy no.

domingo, 7 de diciembre de 2008

CXIV

Imaginen un mundo donde la palabra perdón, donde el concepto perdón, jamás hubiese sido inventado. Cuanto más rico sería todo. Cuanto más atento y cuidadoso. El perdón de los pecados quedaría inaplicable, y el único camino al cielo sería el buen obrar. Las imposibilidad de pedir disculpas nos mortificaría al punto tal de detenernos cautelosamente ante cada acción que estemos por efectuar. Sabríamos que una vez actuada y llevada a la realidad, no existiría vuelta atrás, ni perdón que valga. Dejaríamos de pensar constantemente en nuestro asqueroso, retorcido y maloliente ombligo, para empezar a admirar la belleza del otro, cuidándolo (cuidándonos), de no quedar por siempre mal parados, sin posibilidad alguna de remedio ni misericordia. Miremos hondo al corazón de la inmensidad que nos rodea y sintámonos carentes de perdón. Quizás así, sin misericordia, sin condescendencia, sin perdón para con nosotros mismos, nos espere un mundo más justo, más amable. El el sentido más amplio de la palabra. 

sábado, 6 de diciembre de 2008

CXIII

Fuera de cualquier tipo de fetiche sexual o de otra índole, afirmo rotundamente que hay pies con los que prefiero no cruzarme. En estos corrientes tiempos veraniegos, todos salen a relucir con honra el punto más austral de sus cuerpos, como si los demás estuviésemos expectantes de tal grado de exhibicionismo. A grandes razgos, creo que sólo un 7,5% de los pies que vemos en el subte, en la calle o en los colectivos, son dignos de ser mirados. Con el restante 92,5%, sinceramente no me sentaría ni a tomar un café. Mucho menos los metería en mi cama o me metería en las suyas. Cuenta la leyenda materna, que años atrás, ante un cartel publicitario con una mujer semidesnuda en la playa, sólo atiné a espantarme al grito de: "MAMÁ, ¡¡SE LE VEN LOS PIES!!". Gracias a Dios (si éste efectivamente fuese el padre de la creación en su totalidad), hay algunos que son únicos, hermosos y que merecen nuestro amor y nuestro cuidado. Esos que quizás, descuidados, no caminan, sino reptan por el asfalto porteño y se desnudan al llegar a la paz hogareña (o no tanto). Es por ellos y sólo por ellos, que hoy levanto mi copa y brindo. Por que terminen en paz este 2008, sigan andando con esa gracia y resplandeciendo a cada paso. Al 7,5%, a ese par, a los únicos... ¡salud!

jueves, 4 de diciembre de 2008

CXII

Quiero compartir un comentario que dejé en Tester de Violencia, que resume lo que sentí al leer esta maravilla.
"Buscada" de Laura Giussani es un libro atrapante, porque es más que un libro. Son jirones de una realidad histórica, arrancados de la memoria y plasmado ante nuestros ojos para siempre.
Mi percepción, aquí:

Este libro me devolvió el hambre literario. Venía aletargado y desperté. Días me bastaron para meterme en la más mágica urdimbre cultural e histórica Argentina. Sentir el espíritu de Lili hacerse carne. Sentir una eterna juventud que no tiene por qué acabarse. Militancia constante, incluso en su trabajo, en su intimidad. Eso la hizo única. Eso nos transmite y nos hace creer. La Lili que supo ser Pepa, es la que algunos soñadores vemos enaltecida por su pureza. La que nos devuelve la vehemencia intransigente, incluso cuando tenemos el culo cómodo y calentito en algún caserón de la calle Conesa.

martes, 2 de diciembre de 2008

CXI

Hoy sentí, irrefrenable, la vehemecia de la nostalgia hacia adelante. Vi mis pies descalzos suspendidos, firmes, en el epicéntrico punto de quiebre de la historia urdida por vestigios pasados, acciones presentes e incertidumbres futuras. Un punto que puede ser vivido u olvidado. Interceptado o admirado. Enaltecido o añorado. La constancia ilógica de un miedo imbécil y pusilánime, por ser miedo antes que realidad. Por el incauto y prematuro temor a perder lo que siquiera nos pertenece. Enemigo íntimo, hermano de cama, besos, latidos. Compañero de viaje. Abrazo tus entrañas que son mías y te miro con ojos de adiós. Piernas juveniles e irreverentes, corriendo blanca fragata que zarpa. Convirtiéndose en artífices de la entrañable transparencia, de la querida presencia de mi ser. Ver al Sol Padre, reflejándose en océanos de incertidumbre y ver entonces, sólo entonces, un rostro auténtico y conocido. Inefables emociones se aglutinan en mi pecho que nunca deja de sentir. Abro los brazos e inundo un poco más el mar. Sólo un poco más. Miro al cielo y sonrío, fulgente y contagioso. Muero decidido y lentamente. Confinando mi presente a un nuevo amanecer. Ojos muertos llenos de vida, sonrientes y mirando al sol, ojos del ayer, ojos del mañana. Que amar es morir, que morir es poder y poder expresarme es también morir, pero de pie.

lunes, 1 de diciembre de 2008

CX

Estudiando y haciendo cuadros para la facultad en uno de esos cuadernos multiuso donde anotamos todo tipo de ocurrencias, encontré una letra que escribí hace, fácil, cerca de dos años. Por lo lindo de toparse con una creación propia que uno sentía perdida, allí donde habita el olvido, y por lo pertinente que resulta al interpretar situaciones presentes, la comparto.

Quiero morder,
Quiero escupir la palabra santa.
Quiero entender
el fino umbral de las palabras.

Voy a caer
bajo el poder de aquella espada.
Que siempre fue,
la realidad que me domaba.

Como un corcel
voy desafiando sus monturas y plegarias.
Adoctrinado sólo en
romper el tiempo y la distancia.

Se fue con el, todo el sueño que alimentaba.
Lo vio nacer y esquivando estrellas lo olvidaba.
Siempre apostó, tachó la doble y la escalera no acababa.
Los labios que nunca besó, eran el cielo que esperaba.

Y me confundo en el placer
que hay en su alma y entre la ropa de su cama.
Ya nada es más de lo que ves,
coraza fiel e inesperada.

Quieren romper, el himen que hay
ante las puertas de la calma.
Desvirgar el milagro,
es soñar eternamente nada.

Mauro Fernández - Egosincracia

CIX

"Diógenes cada vez que pasaba por el mercado se reía, porque decía que le causaba mucha gracia y a la vez le hacía muy feliz, ver cuantas cosas había en el mercado que él no necesitaba. Es decir, que rico no es el que más tiene sino el que menos necesita. Es decir, mano ocupada, mano perdida. Es decir, el conquistador por cuidar su conquista se transforma en esclavo de lo que conquistó."
Facundo Cabral