lunes, 26 de noviembre de 2012

De bombas y palabras


¿Sirve decir algo?

¿Detienen alguna bomba nuestros gritos?

Nuestra palabra, ¿salva la vida de algún niño Palestino?

Nosostros pensamos que sí sirve. Que tal vez, no detengamos una bomba, y nuestra palabra se convierta en un escudo blindado, que evite que esa bala calibre cinco punto cincuenta y seis milímetros o nueve milímetros con las letras IMI, Industria Militar Israelí, grabadas en la base del cartucho, llegue al pecho de una niña o de un niño.

Porque tal vez, nuestra palabra logre unirse a otras en México y el mundo. Y tal vez, primero se convierta en murmullo, y luego en voz alta, y después en un grito que escuchen en Gaza.

No sabemos nosotros, no sabemos ustedes, pero nosotros y nosotras, zapatistas del EZLN, lo importante que es en medio de la destrucción y la muerte, escuchar unas palabras de aliento.

No sé cómo explicarlo, pero resulta que sí, que las palabras no alcanzan a detener una bomba, pero son como si se abriera una grieta en la negra habitación de la muerte, y una lucecita se colara...

Subcomandante Insurgente Marcos. 15 - 11 - 12