jueves, 27 de octubre de 2011

Elección a distancia | 5/5

Viene de acá.
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El 50% que votó a Cristina en las primarias siente sentirlo, y muchos lo sienten realmente. A muchos les dio mucho y defienden el primer 50% de mi conversación conmigo mismo, y con Antonio y su familia. Otros le tiran a matar y se quedan con el 50% final, con la “corrupción estructural”, con las 22 propiedades que acumularon Néstor y Cristina en poco tiempo en Gallegos, con su discurso “soberbio”, con que le “regalan” cosas a los “vagos” para que los voten, entre otros encomillados más y/o menos degradantes.

Yo no sé si alguno tiene razón. Yo tengo las mías, pero no tanto estructurales. Prefiero la no-doctrina, siempre la preferí, que no me digan lo que tengo que hacer, no comprar paquetes que vienen con mierda en lugar de chocolate y la comemos igual porque el paquete reza Milka -y el paquete se convierte en nosotros-. Así elijo ver medidas, concretas y empíricas. Entender la ‘big picture’, cómo viene a significar ese panorama general, pero no matarlo ni defenderlo en su totalidad. Contribuir para mejorarlo, siempre que pueda. Incentivarlos a que trabajen para hacerlo. Sembrar semillas de duda en sus almas para que salgan a buscar respuestas. Para que amen u odien, pero sientan la revolución gestándose adentro suyo, esa llama que sabe que la única forma de lograr ese “mundo mejor”, es rebelándonos a adoptar doctrinas ajenas y conocidas.

La realidad nos muestra un siglo XXI con un progreso salvaje desplegado por Europa, y un hambre de diamante en la extensión del continente africano. Hambre. 2011 y la gente sigue pasando hambre. Eso es la prueba irrefutable de que todo está como la mierda, que la política no nos llevó a ningún lado, que la mejora “gradual” se caga en los muertos de sed y de hambre, en los analfabetos del mundo y del sabor de un racimo de uvas. Lo posible ya demostró su fracaso. Inventémonos el mundo que queremos y hagámoslo realidad.

Antonio rebota su cabeza lentamente, asiente y mira a su hija. Él sabe que el futuro está allí y su mundo se reduce a tres mientras el mío se abre a millones. Todos futuros y presentes ciertos, caminos complementarios mientras la vida te acompaña en el viaje, a veces de la mano y a veces dándote la espalda. Sonreímos y nos deseamos suerte (suerte, en serio). De su camino ni un rastro queda, tampoco del mío. Dos estelas se esfumaron en el instante del adiós y esta despedida fue una anestesia sin dolor.

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Esta historia es publicada en cinco "capítulos". 
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Capítulo 5/5


miércoles, 26 de octubre de 2011

Elección a distancia | 4/5


Ante todo, pido disculpas a quienes me putearon con justa razón por no haber tenido constancia en publicar el final de este relato. Las vacaciones, la falta de conectividad y también de tiempo para programar las entradas, hicieron imposible subir el final de la historia a tiempo. Por otro lado, me repudio a mí mismo por haber dejado inconclusa una posición ambigua al respecto de un evento con fecha concreta -como es una elección nacional-, con sólo una parte de la historia publicada hasta entonces. Puede parecer vacío, sin objeto, pero aquí está este otro yo que fue censurado a tiempo.

Viene de acá.
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El extractivismo. Ese es el modelo. Que nos roben. Que nos cojan y se vayan, y perdamos una virginidad que no podremos recuperar jamás. Regalamos la Cordillera a las mineras transnacionales, y estos caudillos nucleados con los CEO más asquerosos como Peter Munk –el amigo de Khashoggi, el traficante involucrado en la operación Irán-Contras, Bush padre, y Aznar, ambos asesores de su compañía, Barrick Gold, la primera minera de oro del mundo-, garantizan estructuras para seguir vendiendo nuestro país, por no decir regalándolo, con el Pacto de Salta.

CFK con Peter Munk, CEO de Barrick en Canadá
Banderas: Argentina, Canadá y Barrick Gold

Acuerdos hidrocarburíferos firmados en New York con magnates universales que ponen su moneda en Argentina para que sigamos secándonos las venas y ellos se lleven los provechos.
                                                                                     
El litoral y el NOA para la expansión bruta y torpe de la frontera agropecuaria, para cultivar el país entero con soja transgénica inutilizando suelos y corriendo comunidades originarias de sus casas de toda la vida, en pleno monte. Regalando hectáreas, a monedas para empresarios locales y extranjeros –no compro el chamuyo de que la Ley de Tierras va a frenar esta expansión, va a dejar la plata en manos de empresarios sin frontera, pero anotados, años atrás, antes de leer a Maquiavelo y Adam Smith, en Argentina-.

Y ahí, el costado más horrible de la humanidad: otro genocidio, el de los pueblos originarios. En Formosa con Gildo Insfrán a la cabeza, en Tucumán, en el NOA y el NEA los habitantes nativos de nuestra gran Patria latinoamericana, son silenciados, asesinados cuando reclaman por sus tierras, corridos, perseguidos.

Recuerdo de las víctimas de la Comunidad Qom La Primavera
Antonio me mira raro, no entiende nada y sigue casi sin atinar palabra. Le digo que sí, que entiendo su desconcierto y que su móvil es lo mismo que me hace vivir discutiendo –con el otro, conmigo mismo-, por intentar mantener una independencia absoluta que sólo se responde a sí misma, a sus valores éticos, a su noción de emancipación, libertad y futuro. A la confianza en un mundo mejor sin acostumbramientos, sin “es lo que hay”, sin defender una democracia que vota con estrategia política en lugar de votar con el corazón.

La flaca se había aburrido, Clara y Antonio se interesaron, pero yo me interesé más, porque me oí hablando de mi país a 11.500km de distancia, con unas elecciones por venir, con un futuro por definirse –aunque tan tradicionalmente como siempre-, y del cual me pierdo su gesta. Pero me descubro hablando y discutiendo conmigo mismo en una misma charla de almuerzo irlandés, con los habitantes de la tierra que nos invadió primero y nos inmigró después, dándonos una fuerza productiva indispensable para salir adelante; y me sorprendo. Me alegro y antes de abandonarme y de comenzar a hablarnos de a qué hora cerraba la fábrica de Guinness, y si lo interesante que había estado el tour, me adiviné un mapa vernáculo a modo de conclusión.

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Capítulo 4/5

jueves, 13 de octubre de 2011

Elección a distancia | 3/5


Viene de acá.
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La batalla por los Derechos Humanos olvidados en los setenta. Juicios, algunos mal hechos, encarcelamientos prematuros sin conocer causas –no todo milico fue un hijo de puta, como no todo monto fue un utópico ético y férreo defensor de los intereses nacionales-; pero sí, un atisbo de justicia y de derechos humanos que parecía haber quedado perdido en un pasado lamentable. Heridas comenzaban a cerrar. Ley de Salud Mental, Ley de Matrimonio Igualitario, leyes. No todo fueron decretos como se empeñan a decir algunos. Leyes, y de las importantes. Si no te parecen trascendentales, no estarás muy loco ni serás tan puto.

Bendinni baja el cuadro de Videla, por orden de Kirchner.

La batalla al campo. Era necesario entender la necesidad de no favorecer sólo a un sector que era de los más beneficiados en la exportación agrícola y aumentar sus retenciones para beneficiar al país entero, poniendo así, casi sin querer, una traba a la expansión de la frontera agropecuaria. 125 en el Parlamento, cacerolas en las esquinas más conchetas. Empate sobre la hora. El vicepresidente y su traición: el radicalismo dice “no positivo”. ¿Batalla perdida? El tema se instaló.

La batalla a las corporaciones. La re-estatización de Aerolíneas Argentinas, de las AFJP, las prepagas, una fortificación del Estado absoluta. El Fútbol para todos, llevando el deporte popular a la televisión de todos los argentinos -y siendo el gobierno de turno su único auspiciante, claro está-. La asignación universal por hijo, el intento de dar al que no tiene nada, al menos, para que cubra parte de sus necesidades básicas.

Afiches vestían Buenos Aires contra la empresa de Noble.
La batalla a Clarín. El mejor ejemplo para entender la noción de “monopolio”. Estrategia pura. Ley de Medios -no hay Cobos de por medio, esta sí sale- con amparos presentados y vigentes hasta hoy. Todos hablan de “monopolio”, de diversidad de información. No podés creerle a Spolsky ni a Magnetto, no sabés qué leer, pero al menos sabés qué no hay que leer, y no comprás sin cuestionar. Las ventas de Clarín bajan notablemente, y siguen camino al suelo -o al infierno, a reencontrarse con viejos amigos-.

La batalla por Latinoamérica. El impulso de Néstor Kirchner para la formación de la UNASUR, y su presidencia durante el primer período de ésta, hasta su muerte el 27 de octubre de 2010. Una Ley de Tierras que pretende preservar nuestros recursos de la dilapidación en manos extranjeras –no los protege, sólo los deja en pocas manos, más cercanas, pero se celebra un avance hacia la nacionalización de los recursos-.

Batallas, batallas y más batallas. Hasta volvemos a entrar en la batalla contra el Reino Unido, para que nos devuelvan unas Malvinas que territorialmente son nuestras, que fueron saqueadas, pero que si vuelven, no hablaríamos ya de Democracia sino de gobernabilidad feudo-territorial  –sino pregúntenles a los kelpers, como dice un conservativo y reacio Cameron-. 

Se leen mal esas batallas, muchas veces hacen mal –nos hacen mal-, pero muchas otras son necesarias tomas de conciencia para llevar temas clave para la evolución de este territorio preso de sus fronteras a la boca de todos, a la mesa de doña Rosa. Al escritorio de Antonio en la multinacional que me invento que trabaja.

Frondizi y Castro pasada la reunión con Guevara en 1961.
Recuperación industrial, construcción de viviendas en el interior, recuperación del “orgullo” nacionalista berreta que sabemos que no conduce a ningún lado, pero a los argentinos nos encanta. El de ponernos la diez en la espalda, sentirnos Maradona y putear a quien juege en contra. El internacionalismo no es bien entendido en este país, aunque idolatremos a un Guevara que lo único que hizo en nuestra tierra fue formarse, jugar al rugby y pedir ayuda. O ni siquiera: a Perón lo agarró en Madrid y a Frondizi en Montevideo, pero al menos después se clavó un asadito en Olivos.

Crecimiento indiscutido. La economía crece mientras el mundo cae, la demanda energética se lleva todo por delante, y el modelo empieza a mostrar la hilacha de a poco. ¿Cómo llegó a este punto? ¿Cómo sostener ese desarrollismo que levanta como bandera? ¿Qué hacer con ese productivismo supuestamente ilimitado que predicamos?

Antonio me cree un militante férreo. Pero le estoy describiendo lo que recuerdo, ni más ni menos –nunca menos-, aunque faltaban minutos para que me mire desconcertado cuando le intente esbozar mi noción de lo que ese “modelo” en realidad es.

Un modelo de centro, lejos de la izquierda, lejos también de la derecha neofascista de Macri -aunque no es tan difícil estar lejos de ese lugar sin ser un nietzscheano burgués asustado-. Un modelo que se sostiene a base de inversiones multimillonarias de corporaciones extranjeras para extraer nuestros preciosos recursos naturales con la connivencia criminal de los caudillos provinciales que responden orgánicamente a una cúpula estratégica que sale impoluta de los sucios negocios de su fuente de subsistencia.

Explosiones en mina Bajo de La Alumbrera en Catamarca.
Fuente: Traslasierra Despierta

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Capítulo 3/5

miércoles, 12 de octubre de 2011

The Crazy Ones | Los Locos



Here's to the crazy ones.
The misfits. The rebels. The troublemakers.
The round pegs in the square holes.
The ones who see things differently.
They're not fond of rules.
And they have no respect for the statu quo.

You can praise them, disagree with them, quote them, disbelieve them, glorify or vilify them.
About the only thing you can't do is ignore them. Because they change things.
They invent. They imagine. They heal.
They explore. They create.
They inspire.

They push the human race forward.
Maybe they have to be crazy.
How else can you stare at an empty canvas and see a work of art?
Or sit in silence and hear a song that’s never been written?
Or gaze at a red planet and see a laboratory on wheels?

While some may see them as the crazy ones, we see genius.
Because the people who are crazy enough to think they can change the world,
are the ones who do.

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Esto es para los locos.
Los inadaptados. Los rebeldes. Los alborotadores.
Las redondas clavijas en agujeros cuadrados.
Los que ven las cosas diferente.
A ellos no les gustan las reglas.
Y no tienen respeto por el statu quo.

Podés venerarlos, estar en desacuerdo con ellos, citarlos, no creerles, glorificarlos o demonizarlos.
La única cosa que no podés hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian cosas.
Ellos inventan. Imaginan. Curan.
Ellos exploran. Ellos crean.
Ellos inspiran.

Empujan la raza humana hacia adelante.
Tal vez tengan que estar locos.
¿De qué otra forma más puedes mirar un lienzo en blanco y ver una obra de arte?
¿O sentarte en silencio y escuchar una canción que nunca ha sido escrita?
¿O contemplar un planeta rojo y ver un laboratorio sobre ruedas?

Mientras hay muchos que los ven como los locos, nosotros vemos genios.
Porque la gente que está lo suficientemente loca como para pensar que ellos pueden cambiar el mundo,
son los que lo hacen.

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Aviso de Apple 1997, adaptado de los escritos de Jack Kerouac.
Locución: Steve Jobs | Traducción: mía

Elección a distancia | 2/5

Viene de acá.
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“El país se está recuperando fuertemente desde 2003”, aventó un yo que labura para 678, almuerza con Gvirtz y Lucas Carrasco, escucha Fito desde hace poco, se erotiza con Florencia Peña y es embajador de la prédica militante. Podría haberle dicho que nos están robando la Cordillera, que no tenemos política ambiental e incluso después de Fukushima nos empecinamos con la energía nuclear, que el modelo de desarrollo no se sustenta por su carácter productivista utópico, o unas cuantas cosas más, pero eso es historia futura en este relato. Me quedé con algo más general para comenzar, que no deja de ser cierto.


Le conté de los setenta para acá, seguro lo aburrí –o no, porque, como decía, Antonio se desestructuró y se notaba más entusiasmado-. Desde la crisis económica en la que nos sumió el gobierno militar, casi salteándome a Alfonsín, metiéndome de lleno en el menemato, en la política privatista, en la venta del país, la pastilla de carbón que contiene la mierda y el culo que explota minutos después, más violentamente de lo recomendable.

Antonio me hace caras, casi sin notarlo –creo que siquiera son las caras de Antonio, son las caras de alguien más que se manifiestan a través suyo-, como desaprobando que ese tipo de política neoliberal conlleve necesariamente las consecuencias que yo describía; pero seguí adelante.

Disturbios del 19 y 20 de diciembre en Buenos Aires.
Hartazgo, no nos quedaba nada, el Estado no tenía que administrar, se inventa una “opo” aliancista berreta –con el líder menos carismático que vi en mi corta historia-, ganan y para demostrar que ese gobierno no es aburrido, para nada, le iba a tocar la pija al país mientras le robaba la billetera y vulneraba su integridad. Corralito. Saqueos, imágenes de guerra en la televisión –yo era tan chico que me da bronca, pero algunas recuerdo-. La gente ya tenía hambre, el pueblo ya vivía como el orto, pero muchos egos salieron a la calle cuando se metieron con su seguridad bancarizada, con su futuro hipotecado. Con eso no se jode. ¡Boom!

38 muertos en la Plaza de Mayo entre el 19 y el 20 de diciembre, el HSBC de traición, las corporaciones contra los intereses del pueblo, el gobierno, también, sin mixturas ni tamices. Cinco presidentes en 10 días, caos, Duhalde se establece y en su ausencia, hasta José Luis Gioja en su rol de Presidente Provisional del Senado fue Presidente de la Nación por un rato (¡Dios me salve y me guarde, María llena eres de gracia y Oh, ¿¡ahora quién podrá defendernos, Chapulín!?). Descreimiento absoluto de las instituciones, alejamiento de la política tradicional, explosión de organizaciones piqueteras, sociales y culturales, demostrando que la política estaba en otra parte -parafraseando a López Echagüe y su excelente libro al respecto-. El Estado lo reprimía, quería poder propio y no sabía como canalizar esa voluntad de cambio; sólo imponía, disparaba, asesinaba. Maxi y Darío.

Afiche de campaña de Kirchner 2003.
2003. Néstor Kirchner llega a la presidencia de la mano de Duhalde –el de la pesificación, el de Kosteki y Santillán, el de la merca; el mono relojero, el cabezón; no el de los Derechos Humanos-. El seno justicialista post-General está ahí, el entramado del caudillismo provincial debía comenzar a erigirse bajo la figura de este nuevo líder, un líder de verdad; un tipo muy hábil, inteligente, con una noción absoluta del poder, que se proponía sacar al país de la crisis y no a cualquier precio. No podría recapitular todos y cada uno de los pasos que dio el gobierno de Kirchner para sacarnos de la deuda, porque tampoco los sé. Antonio sigue escuchando atento un relato genuino y no lo suficientemente fiel como para aburrir en su densidad; yo me impresiono por su paciencia y su interés, pero claro, ahora llegaba la parte que a él más le interesaba.

Saldamos la deuda, a tomar por culo con el FMI, Néstor reavivó la industria, volvió a acercarse al pueblo, a dialogar con la gente y no a imponerle. A quien le imponía era a las corporaciones y a los opositores, cada tanto y sin piedad, pero con eufemismos democráticos. Como un médico quirúrgico, conjuntamente con el aparato judicial fortalecido y por el cual su mujer, Cristina Fernández, luchó desde su banca en el Senado cuando promovió la reforma del Consejo de la Magistratura; comenzó a cerrar heridas abiertas desde hace más de treinta años, bajó el cuadro emblemático de la discordia y reavivando la pasión popular que puso los pelos de punta a algunos y la piel de gallina a otros.

Dividió para gobernar, le hizo mal a la “unidad” podrán decir, pero en esa división unió más de lo que dividió. La noción del individualismo menemista cuya perspectiva mayor es cuándo volver a Miami o volver a cambiar el auto, pasó a ser sucedida por una militancia empedernida, a veces medio estúpida –y que critico ferozmente en otras oportunidades-, de creer en un modelo que nadie sabe bien que es pero muchos defienden. Eso, esa confianza renovada en la política y en la militancia me significa una unión por ideales, que antes no había visto. La política que estaba en otra parte empezó a militar en las filas del kirchnerismo.

Parodia del afiche de campaña de CFK 2007.
Néstor y Cristina. Los K. Amados y odiados, avanzan como en el ajedrez una gran guerra con distintas batallas maniqueas, con fines un tanto nobles y un tanto en busca de más -y más- poder. Antonio dejó de comer y me mira ansioso. En 2007 asume Cristina, con un país ya polarizado.

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Capítulo 2/5

martes, 11 de octubre de 2011

Elección a distancia | 1/5

Este último fin de semana caminé las calles de Dublin con una guía de Salamanca y españoles de toda su extensión, como compañeros. Conocimos de historia irlandesa, sus guerras, del odio a Inglaterra –compartido por escoceses y galeses, y franceses, y argentinos, y del mundo entero-; sus pequeñas sensaciones de victoria, sus largas décadas de miseria. Supimos de la hambruna, de los millones de muertos por no tener qué comer en este mundo superpoblado de recursos. La Segunda Guerra Mundial, la guerra civil posterior, interpretaciones maniqueas llevadas a la expresión de la pólvora.

La cabeza daba tumbos –y no era por resaca de Guinness ni por las ocho horas de micro y las cuatro de ferry-, trataba de meterme en esa historia, de entenderla; pero no había lugar para el entendimiento, todo era sensorial. Y no lo sentí. No tanto, al menos. Sentí más otros lugares, con otras batallas u otros resultados, seguramente por utópico más que por empático, ya que si bien de maniqueos y victorias fugaces y agonías eternas conocemos bien los argentinos; algo me urdió más al coraje guerrero de William Wallace y los soldados escoceses que a St. Patrick y su prédica, su trébol, las guerras religiosas y el Dios que todo lo vigila, verde o anaranjado.

Entrada al Trinity College | Dublin, Irlanda.
Terminamos en un bar muy pituco, típicamente irlandés, a unas cuadras de Temple Bar, y me siento en una mesa esquinada, solo. Acomodo los bártulos, agarro la billetera y me levanto a pedir la comida –un menú con descuento que ofrecía la gente del tour-. Me sirven –qué feo suena hablar de sirvientes en estas épocas; digamos, me prestan un servicio, o mejor, me ayudan-, y vuelvo a la esquina que me aguarda. Como, como como desesperado. Como como siempre, mal, angurriento, como queriendo terminar rápido y pasando vaya uno a saber a qué instancia. La mesa se llena de platos repentinamente: un español a mi lado izquierdo, mirando a su mujer y frente a mí, su hija de no más de 20. Todos de Barcelona.

La flaca estudia en el Trinity College y no tiene muchos amigos irlandeses, la mayoría son brasileros. Su familia la visita por el fin de semana, extrañan a la nena. Y su nena es tímida; parece. Monta un arte de simulación histriónicamente femenino y umbilical para el deleite de sus padres, la santa niña barcelonesa. No me queda claro cuán fiel sea la historia.

El hombre –vamos a llamarlo Antonio; como olvidé preguntarle el nombre que le impusieron de chico, le impongo uno de grande- tiene formas estrictas que iría abandonando gradualmente; le gusta la política, pregunta por el país y la situación económica actual. La mujer –Clara, mismo razonamiento-, busca la persona más que la forma, pregunta qué hago, si viajo, qué conocí. Me sorprende la obviedad del trinomio, papá político, mamá humanizada y dulce, hija timidona y voladora empedernida, estudiando lejos de casa. Me encanta.

Antonio es el móvil de esta historia; porque el yo que hoy escribe es ríspido como él –al menos por un rato-, y tiene una elección por delante que no verá más que su desarrollo y a las pocas horas, su resultado. Hablamos de la crisis europea, del orden inglés, la cerrazón parlante de sus habitantes, la cerrazón política de sus gobernantes; la poca habilidad de Grecia para levantarse de la crisis cayendo en intereses altísimos que hipotecan su futuro próximo y no tan próximo, y que no le permiten levantarse. Españistán haciéndose realidad, la burbuja inmobiliaria explotando y dejando correr la sangre tras la arteria que explota y pone en jaque la circulación sanguínea del cuerpo entero. Y, como buscando consejos, pregunta: ¿cómo está Argentina? Qué decir; si supiera el dilema en el que me estaba metiendo en pleno almuerzo, en plena capital de Irlanda, en pleno fin de semana.

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Capítulo 1/5.

lunes, 10 de octubre de 2011

Opiniones de Perón sobre el Che


Por Pacho O’Donnell

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Perón y el Che tenían el mismo enemigo, el imperialismo capitalista con rostro norteamericano. Pero disentían en la metodología y la estrategia: Perón era esencialmente un político dotado y había incorporado a su proyecto a la mayoría de los sectores del trabajo argentinos en una amplia alianza policlasista con el objetivo de alcanzar sin mayor violencia la meta de una patria económicamente autónoma y políticamente independiente. El Che, en cambio, proponía una revolución socialista tan violenta como su enemigo a partir de su teoría del “foco”, es decir la instalación de estallidos insurreccionales limitados que promoverían una reacción en cadena que multiplicarían su poder de acción sin necesidad de trabajo de base previo. “Crear dos, tres... muchos Vietnam es la consigna” (Mensaje a la Tricontinental).

A pesar de sus diferencias, ambos líderes se respetaron y en las investigaciones para mi biografía del Che constaté que éste colaboró con dinero, siendo ministro en La Habana, para financiar el primer intento trunco de Perón de regresar del exilio.

Enterado del asesinato del Che en La Higuera, Perón escribió desde la Quinta de Puerta de Hierro: “Compañeros, con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable pérdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación. (...) Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven más extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara. Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazó, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir”.

“He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿que edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Yrigoyen.” A continuación una frase ejemplar: “Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía”.

“ (...) Las revoluciones socialistas se tienen que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre sí todos los movimientos nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre sí los usufructuarios del privilegio.” Firmaba Juan Domingo Perón, 24 Octubre 1967.

Pero en cartas privadas Perón deslizó algunas críticas sobre la estrategia guevarista. Así lo planteó a Ricardo Rojo, en respuesta al envío del libro Mi amigo el Che:

“(...) Sin cuanto usted nos informa de su paso por el Congo y muchas otras circunstancias, no sería fácil comprender que un hombre ya fogueado y experimentado en la guerra de guerrilla se haya encontrado en Bolivia en una situación tan precaria de medios y preparación. La ‘guerra de guerrillas’, al contrario de lo que algunos creen, es más vieja que ‘mear en los portones’, pues se practicaba en gran escala ya en la época de Darío II. Desde entonces, hasta la II Guerra Mundial de 1938-1945, no ha dejado de ser en algunos sectores y circunstancias, la forma de luchar.”

“Pero, como forma atípica de guerra, tiene sus exigencias originales, según sean las condiciones que la situación presenta. La empresa de Ernesto Guevara era, a la vez que temeraria, casi suicida.”
Lo mismo le había dicho al Che, según me contó un testigo de parte de la reunión, Enrique Pavón Pereyra, cuando Guevara visitó a Perón en Madrid. Aunque seguramente para no ahondar en discusiones políticas lo relacionó con el asma: “Disculpe mi comandante que le sea franco, pero usted en Bolivia no va a sobrevivir. Suspenda ese plan. Busque otras variantes”. Y remató: “No se suicide”.
La carta a Rojo continuaba: “(...) El Che tuvo que desarrollar sus tremendas operaciones, sin más medios que su extraordinario valor personal y la firme decisión de vencer que le animaba como hombre de una causa. Sin embargo, cuando se opera contra fuerzas regulares especialmente preparadas para esa clase de lucha, tales virtudes no son suficientes; es preciso, por lo menos, contar con algo seguro en cuanto a fuerzas y medios de subsistir en medio tan inhóspito”.

También se refirió Perón a Guevara en una carta a su amigo y camarada mayor Pablo Vicente del 23 de agosto de 1966, donde comenta la visita del Che en Madrid para buscar su ayuda para la campaña en la que perdería la vida, enterado ya de la defección del Partido Comunista Boliviano (PCB):

“Le sorprenderá saber quién me vino a ver hace poco: el Che Guevara (...) Me venía a ver desde Checoslovaquia y Rusia me dijo. Se me apareció disfrazado de ‘cura’ con una barba larga y la sotana” (vestía así para evitar ser reconocido y también para no crearle problemas a Perón, ya que a Franco le disgustaba que fuera visitado por políticos, más aún cuando eran de izquierda, como fue el caso de Salvador Allende, entonces senador, que casi provocó su expulsión de España).

“Tiene una visión muy interesante de las cosas y del mundo actual pero participa de la idea de la ‘revolución permanente de los pueblos’, un utópico inmaduro –pero entre nosotros– me alegra que sea así porque a los ‘yankees’ les está dando flor de dolor de cabeza.”

“Personalmente creo que es un individuo brillante pero del lado equivocado. Tiene una conversación muy interesante y una obsesión por el comunismo muy marcada. Pretende reunir fuerzas no sé de dónde para ‘liberar’ nuestros pueblos americanos. Advertí en seguida que tiene clara su meta y es capaz de cualquier cosa.”

Y para terminar, un pronóstico que la imbatible alianza del ejército boliviano, la CIA y los “boinas verdes” confirmaron: “Este muchacho va a terminar muy mal según creo. Como ve, mayor, ya ve usted que hay de todo bajo las viñas del Señor”.

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Leer el artículo original en Página/12.

sábado, 8 de octubre de 2011

Los Arrepentidos


Son represores, monopólicos jerarcas, liberales empedernidos, trabas en el camino hacia la libertad. Son la voz que defiende la voz, la mano que calla las voces. Son la escuela que educa a los pocos, el exilio de la vergüenza; hasta las andanzas de un Ford en la noche verde. También son los enfermeros del Borda que dopan pacientes hasta el silencio, abriéndole las puertas a un oscuro tráfico de órganos. Son los corruptos. Los vendepatria.

Formato: alienar a la izquierda
Todos son la patraña y el embuste. Nos tomaron por idiotas largos años; décadas. Fueron perseguidos por sus verdaderos defendidos, por el simple acto de una demagoga empatía del hombre débil de antaño. Humo puro, nos vendieron. Nos vendieron.

Ahora muestran la hilacha, ratas de callejón; impuestos-supuestos exmilitantes de un ideal etéreo que no perteneció jamás al arcón de sus valores ni utopías. La república engañada hoy los sentencia a la peor condena: la dilapidación pública, el descuartizamiento y la pudrición de la carne vieja del escarmiento.

¿Nos creyeron idiotas? Nosotros, los verdaderos creyentes y defensores de la lealtad y la justicia soberana, de una Patria emancipada de todo asomo imperial, de la igualdad entre los trabajadores –desde Puerto Madero al Impenetrable chaqueño; desde el manjar de la Quinta de Olivos hasta el hambre en la selva misionera-, los que día a día dedicamos nuestra vida y nuestros millones para hacer de este lugar un poco más igual y justo, los condenamos.

Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina… no queremos su exilio, queremos su obediencia debida. Reunidos en Congreso General Constituyente… dilapidamos al destituyente y su móvil amoral de avanzar empedernido contra los intereses del pueblo, todo. Por voluntad y elección de las provincias que lo componen… decimos: ¡basta! Que los recursos son nuestros, las ganancias lo son más, y el país federativo se puede ir a la puta madre que lo parió. Reveamos el Pacto Constituyente si tanto van a joder.

Formato: alinear a la derecha
Fueron letrados, hoy son letrinas. Fueron las voces, hoy son las heces. Son Bonasso, Solanas, Lanata y tantos otros. ¿Qué Barrick, Atucha, Spolsky, Gvirtz, Fútbol para Todos, ni Bosques para todos? ¿Cómo piensan llegar al futuro; viviendo como en la época de las cavernas? ¿No vengando retributivamente la voz del monopolio? Falta condenar a ese hijo de puta que fue el marica y “proyecto de poeta” de Urondo, la malcogida –y bienengañada- de Lili Massaferro, la Arrostito que ya la pagó caro, y hasta ese tal Guevara, que por anhelo imperial e internacionalista, olvidó y jamás trabajó por los intereses urgentes y reales de esta Gran Nación Argentina, que crece con La Fuerza del pueblo –y las inversiones canadienses, mexicanas y chinas, claro.

Todos ellos, sean sometidos a la peor condena. Por apátridas, por hipócritas y haber sido siempre funcionales al capital extranjero.

La libertad es mierda, si no acompaña los intereses populares. ¿Cómo se atreven a impedir el avance indiscutido de una Patria que por sí sola todo lo vale; que su mayoritaria representación todo lo domina, lo entiende y lo juzga? El número da el poder, y el número está de nuestro lado.

¡La Patria somos nosotros, carajo!



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NdeR: soy un eterno crítico de lo que considero incorrecto. Mi deber moral me obliga a hacerlo. ¿Si es esta una nota "destituyente" al estilo de los mencionados? Para nada. Es sólo mi "ladrillo en la pared", para intentar hacer visible la maquinaria de la razón impuesta verticalmente y sin motivo más que el maniqueo de la polarización y la obtención de la plusvalía del poder. El peligro de esa práctica, cuando hablamos de política, es alto y nos compete a todos.

jueves, 6 de octubre de 2011

Un día de mierda

Tener un día de mierda es una gran oportunidad para echarse a escribir pelotudeces. Despotricar es peligroso, en términos racionales, pero divertido como pocas cosas lo son. Y ahí es donde me detengo -o más bien, lo que me movió a llegar a este lugar-: la sarta de idioteces que el marketing de las empresas que desarrollan inutilidades varias, te vende como "divertida forma de...", pueden ir a lavarse el orto.

El 99% de las veces, nada de eso es "divertido", ni "cool", ni "fashion". Mucho menos, una "nueva forma más divertida" de hacer amigos, ni de pegarse un baño o curarse un esguince. Éstos, como diría Capusorto, desarrollan terminologías que como barra bravas suben al colectivo de nuestro lenguaje y le sacan el asiento al buen hablar.

Steve Jobs pega desde el costado de la muerte que acecha, y con el genio previo que desarrolló en Stanford permite abrir la cabeza a que realmente, chupa un huevo lo que hagas antes, pero disfrutar cada instante como si fuera el último y sentir que la pasión corre por la sangre aún cayendo en errores a los que el corazón -tonto como pocos- lleva indefectiblemente. Pero es muy largo de pensar. Hacer, para bien y para mal; ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Ser el idiota único, no el "piola" convencional.

Formas, estructuras, gurúes; todos nos venden la formulita de la vida. Todos vienen a decirnos cómo tenemos que vivir, nos venden recetas pelotudas para aprender a vivir (acá tendría que compartir un video de Violencia Rivas, así que acá va) y todos llegan al mismo final: duraznito envuelto en una fajita de madera, manjar de los organismos que repelemos en vida pero se hacen nuestro cielo -y suelo- cuando toca el timbre él verdadero gurú, el que creó y no dio lecciones y nos dejó acá tirados, sin amparo y con un libre albedrío que no sabemos aprovechar.

No compres recetas de nadie (mucho menos esta, así que si querés compralas), hacé y equivocate, meté un pelotazo de mitad de cancha y si se va a la tribuna se irá; si entra, estarás en todos los diarios de mañana, si no te tapa algún culito que salga en Tinelli, más en bolas que de costumbre.

Es divertido escribir sin ganas de escribir, como cierre antes de partir.

Ayer, fantástico. Hoy, deleznable. Motivo, ninguno. En casos, ambos.

Feliz y asqueado del extremo bipolar.

Espero que la hayan pasado RE divertido.

Viva Perón.

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Para los que creen que la mierda es momentánea, meto una actualización unas cuantas horas más tarde.

Me repugna también leer falsedades. Me asquea la mentira. Leer a seres pensantes -y muy inteligentes- mentir crónicamente para torcer pasiones y voluntades ajenas, me parece mala leche. Grupos de pseudo-ambientalistas 2.0 que no salen de las redes con el coraje que allí esgrimen, enchastrando canchas ajenas -intentándolo en realidad, porque no le hacen ni una mancha al perro con sus basofias- es poco útil para la concepción pragmática que es la que caracteriza movimientos como el ambiental.

Las banderas de su corazón flamean frente a sus ojos. Bengalas de ricota aún prendidas después de los muertos inútiles, avivan fuegos inconducentes de una fiesta popular que no es tal, si no se respeta a sí misma. Todos somos el rito, todos sangramos corazones por las victorias que el horizonte nos regala. No podemos, por regla estratégica de toda guerra -por más pacífica que sea-, traicionar al propio bando. Los cuerpos yacen bajo una caja de ravioles y un sifón que ya sin gas se parece a un tubo de oxígeno.

Me pierdo en asociaciones, lamento que la inutilidad me saque las ganas de creer en algo más, y me afirmo fuerte a lo que hoy creo, viendo que afuera no hay chance más que la Fuerza -parafraseando a Star Wars y a algún que otro Stormtrooper de carne y hueso que anda vigilando urnas prematuramente- de acallar divergencias que, independientemente de algún que otro útil fin práctico, en algunos casos, tienen medios bobos, soberbios y discriminadores.


lunes, 3 de octubre de 2011

La razon me tiene -y viceversas menos loables-


Lo entendí. O al menos empecé a sentir cómo el corazón pierde su batalla por voluntad meramente propia. Vi cómo los anhelos de un “hombre nuevo” o un “mundo distinto”, fueron invenciones minuciosamiente trabajadas y diagramadas en los confines del pensamiento; en su ultratumba. La injusticia es tal porque hay conciencia, y la noción de retribución equitativa es en cuantía una pasión pensamentista. La represión de los impulsos en nombre de un sentimiento que subyace al mismo deseo, no sólo es retorcidamente cerebral, sino también hipócrita e injusto para con los verdaderos sentimientos (los que se sienten, aquí y ahora).

La bondad, la justicia, la fidelidad, la igualdad, la verdad y hasta la conciencia de duda; son los hijos directos y aún umbilicales de la neurona gobernadora del Reino del Hombre. Claro que sentimos hondo, que duele en las entrañas y que nos pueden hasta brotar lágrimas suicidas al presenciar una injusticia en cualquier parte del mundo; pero el móvil, la génesis de esa angustia, de ese dolor, no es otro que la razón constante.


Me asumo un asqueroso racional, un torturador de sentimientos, el genocida de mil deseos expresados y hechos realidad. Vivo apasionadamente los pocos sobrevivientes, los trato con vehemencia juvenil, los rescato del fuego extinto. Esos me mantienen vivo. No tengo razón. La razón me tiene.

¿Pero el sentido de mi existencia? ¿Lo que me mueve de indignación para encontrar algún nuevo sentimiento por ser salvado? Mi razón negándose a aceptar lo inaceptable; mi conciencia que no duerme tranquila si antes de hacerlo no movió al cuerpo idiota que tiene puesto a hacer algún movimiento tectónico que transforme el mundo como lo ve. Me caga y me salva la vida. Es extremo. Tiene fines loables. Tiene medios conchudos, o, al menos, discutibles. Es el disparo que abre el portal al mañana. Es el amor.

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01/10/11
Edimburgo, Escocia
(noche, llueve)


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