sábado, 31 de julio de 2010

DLXV: Dos años de mí mismo

Dos años de constancia, de palabras nuevas y repetidas. En estos dos años me encontré un poco más conmigo mismo, en ámbitos impensados, haciendo un poco más público algún que otro sentimiento, buscando empatía en el mundo de lo desconocido. En dos años, muchas son las historias que se escribieron en estas páginas. Amores, olvidos, nacimientos, muertes, planes y sorpresas, letargo y revolución. Una lectura de punta a punta, no sería otra cosa más que la evidencia práctica bajo el tamiz de la letra, que reafirma que todo pasa. Que todo empieza y termina, y vuelve a empezar. Y la historia es esférica y constante, circular y eterna como un mundo, nuestro mundo. Las letras pueden cambiar, los puntos y las comas, extinguirse. Pero la historia seguirá escribiéndose eternamente, siempre que abramos nuevos cuadernos, nos aventuremos a vencer el síndrome de la hoja en blanco sin que nos tiemble el pulso, y tracemos con firmeza su letra capital.

viernes, 30 de julio de 2010

DLXIV: El Admirador

Ramiro admiraba todo aquello que su falta de voluntad no le permitía hacer propio. Miraba al mundo con un tenue dejo de ilusión, mientras hurgaba en sus bolsillos la pelusa del tiempo y el desuso. Vivía anclado a un pasado que el corazón y sus cicatrices, se empeñaban en recordarle. El gris retrovisor lo deleznaba constantemente a la extinción de toda epifanía, de algún nuevo paraíso perdido. Recordaba con persistencia el perfume de sus cabellos, uno a uno, sus abrazos, extasiándose en la dulce canción de sus suspiros junto a la almohada, las pestañas enredándose bajo el haz de un televisor en tercer plano. Siempre un extra en el film del mundo, y el rodaje indetenible. Pero claro, fiel testigo. Admirador.

jueves, 29 de julio de 2010

DLXIII: El Día de la Hostia

Sin perfección en el camino, sin victorias ni derrotas, despertamos cada día viendo el sol reposar en el horizonte de nuestras horas, y soñando que permanecerá ad eternum sobre nuestras cabezas. Rodeados de equis e íes, insignificados más que insignificantes, inyectando a cada latido una cuota de subjetividad, de carga simbólica que resignifica el mundo. Y hay días, que esa carga depositada en cada variable de nuestra ecuación vital, resulta positiva, entera. Pero creo que, más allá de nuestra ilusoria felicidad por sucesos preciosos, se sucede un irrefrenable natalicio de variables vírgenes, nuevas. Ver la rueda en movimiento, sin parar, vertiginosa, poniendo ante nuestros ojos nuevas sensaciones todo el tiempo, esperando a ser descubiertas. Esa chance de abrir otras puertas, de emprender nuevos caminos; ese, es mi día de la hostia.

miércoles, 28 de julio de 2010

DLXII: Error vital

Pido disculpas de antemano, un perdón anticipado por los miedos que en tantas madrugadas me han asesinado bajo la caricia de la blanca luna, impregnando mañanas sobre el invierno hostil del ríspido empedrado porteño. Exclamo misericordia por los errores constantes, obsoletos o inmaculados, por todo aquello que siento fuera del mundo, tu mundo, y creo entender a mi favor. Te susurro sosiego y compasión al oído, si mi mano se le anima a tus piernas; si mis labios abrigan tu garganta hasta el crepúsculo. Rezo clemencia ante tu mirada escrutadora, tan cercana y certera, que reafirma mis ganas de volver a equivocarme. Me refugio en tus palabras que abrazan fuerte tristes párpados, en el verso diáfano e inconfundible de la compañía. De antemano me disculpo, del error de no extinguirme.

martes, 27 de julio de 2010

DLXI: Insomnio agonizante

El sueño quebrantable, se diluye junto al tiempo y su constancia, rígida y tirana. Pasos huecos reverberan sobre un nido de aves de rapiña, inundando el mundo, nuestro mundo, de limosna y baratija. La mirada en la incesante y roja aguja, rompe el tiempo y esas formas, se imanta al espejismo del mañana que, vencido, no pretende despertar. Ya ilusoria es la respuesta que se da su propia calma, de ambular imperturbable hacia el abrazo de utopía y horizonte, que excomulga viejas almas del letargo. Oxímoron de aquel mañana, de esos mismos y distintos pasos, caminando hacia los ojos que me encuentren reflejado, sin saber pero sabiendo, y sin creer pero aún creyendo, que entre besos y amaneceres, la historia puede ser, otra y distinta. No duerme el segundero, por temor a despertar. Sólo el hombre tropieza dos veces con la misma piedra, y allí voy. A encontrarme mañana contigo, a enarbolar historias inenarrables de lo que aún no ha sucedido, y a escribir nuevos presentes que eternicen un instante. El instante de estar vivos.

lunes, 26 de julio de 2010

DLX: Rosario siempre estuvo cerca

Rosario es más que una linda ciudad, una capital cultural, una cuna de próceres. O menos que eso. Es menos que un país soberano, la capital del fútbol, o incluso, menos que el hogar de las mujeres más lindas del mundo. O tal vez, más que eso. No encaja, no es. Ni una cosa ni la otra. Es única. Es bohemia, refinada, hermosa, oscura, imponente, sencilla... La duda es quién soy yo cuando la visito, no quién es ella en realidad. Me enamoro, voy y vengo, me relajo. No existo y empiezo a existir, alumbrado por las tres luces celestes del semáforo invisible, Sabina Bar, y la añoranza; o los comienzos. Los sueños y las pesadillas repetidas. Sentimientos, al fin. Más que mucho. Loca ella y loco yo.

martes, 20 de julio de 2010

DLIX: Milonga de bulo y berretín

Lágrima y bandoneón, inundando el corazón; un Piazzolla de prisé, irrumpe el bulo que extinguió aquel berretín, de purrete soñador. Pibe rana que en las sombras musitó, el sueño de aquella Les Paul, curva oscura y al zanjón, franeleando en la catrera sin las minas que perdió. La luz baja del adiós, una curda y sin sabor, añorando las funciones de otros tangos, qué se yo. Y esa biaba que la vida le pegó, poca cosa, otra pavada que pasó. Y hoy fichando alrededor, manya el pibe que lo ciega en su esplendor, aquel viejo berretín que tanto abril lo enamoró.

jueves, 15 de julio de 2010

DLVII: Resolución de carácter reactivo s/inducción previa.

El autor lamenta informar que no cede a presiones de persona alguna, sea la misma física o jurídica.

Asimismo, se comunica mediante la presente, que se redacta inesquivamente en forma extraordinaria, ya que, hasta el corriente comunicado, se desconoce la articulación de tiempos perentorios para la capacidad sensorial de los seres humanos, y su posterior manifiesto literario.

Por tanto, resuelvo:
1) No hacer lugar a su inducción;
2) Recategorizar el mote inductivo de la misma, a una mera y cordial sugestión;
3) Efectivizar una devolución a su escrito sin carácter literario, sino únicamente previendo el grado de irrespetuosidad ante el código comunicativo que la ausencia de la presente respuesta pudiere haber significado;
4) Proceder con inmediatez en la publicación de la presente respuesta, c/adaptaciones semánticas y genéricas, en el virtual espacio que aquí nos converge.

Finalizada la presente exposición, doy grado de urgencia a las resoluciones tomadas.

Archívese y comuníquese.

sábado, 10 de julio de 2010

DLVI: Palabras

Vastas, vacías y vanas palabras.
Vacuas, vehementes, viles.
Veneradas, temidas, silenciadas.
Superfluas, herejes, controversiales.
Castas, minimalistas, auténticas.
Despampanantes, excesivas, adornadas.
Incautas, sentenciantes, verdugas.
Salvadoras, patria, o muerte.
Honestas, encubridoras.
Tres, dos, y uno.
Últimas palabras.
Vastas palabras.
Vastas.
Basta.

viernes, 9 de julio de 2010

DLV: Volver



¿Por qué me hacés llorar? ¿A qué, querer volver?

martes, 6 de julio de 2010

DLIV: Píxel

El único problema es el cristal. Carmesí, sepia, ocre, lento degradé. Efecto doppler del sentimiento ondulante, reactivo a los impulsos, inyectándose del mundo en nuestra vida. Un blanco y negro casi constante, gris eterno en otros tonos. Juego de luces y de formas. Encrucijadas semánticas, cruces predicativas, yuxtaposiciones significantes que resultan, paradójicamente, insignificantes. Cuando el sexo se vuelve pernicioso; la pasión, pura lascivia; el amor, mundano y soslayable; el cristal se empaña. Crisis a cuatro colores, múltiples puntos de fuga, sentimientos simétricos y pixelados, lejos de la auténtica retórica de la imagen. Nos convertimos en un píxel. Un píxel gris, cúbico y andante, que deambula ausente por un mundo diáfano sin razón ni corazón. 

lunes, 5 de julio de 2010

DLIII: Invictus

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

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Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.

William Ernest Henley 
1875

jueves, 1 de julio de 2010

DLII: Estrofa de Ismael para un retazo del ayer

Ya ves, a veces me canso de perderte y saber
que estamos solos y no va a volver
Guevara para darme la razón
de no verte tendida en mi colchón.