sábado, 31 de enero de 2009

CLXXIII - Hurtos 3: Antoine de Saint-Exupery

Y del primer libro leído (releído), en este nuevo y postergado brote literario, la tercera entrega de "Hurtos". Y quiero agradecer por él a "mi" Maga, a Baralides, quien me da constantemente el empujón necesario para sonreir. Gracias por una sonrisa (como aquella vez, pero sostenida).

"El zorro se calló y miró un buen rato al principito:

-Por favor... domestícame -le dijo.

-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.

-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no fienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, Ios hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!

-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito.

-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...



El principito volvió al día siguiente.

-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejempló, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la feliçidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunça sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.

-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.

-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando eI día de la partida:

-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.

-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...

-Ciertamente -dijo el zorro.

- Y vas a llorar!, -dijo él principito.

-¡Seguro!

-No ganas nada.

-Gano -dijo el zoro- he ganado a causa del color del trigo.

Y luego añadió:

-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.

El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:

-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

Y volvió con el zorro.

-Adiós -le dijo.

-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos."


El Principito
Antoine de Saint-Exupery



viernes, 30 de enero de 2009

CLXXII

La vida no es más que una cadencia musical. Una cadencia intermitente de sambas y de tangos. El aire puro, la libertad, el amor, la más impetuosa pasión, los collares de colores, el brillo en los ojos, el sol y los cascabeles que se acercan. Tiempo de besos, tiempo de sambas. El adiós, un desgarro; la media vuelta y el portazo, la mudanza irrevocable de la magia hacia otros lares, la ausencia de ese alguien que esperaba por vos, pensaba en vos, amaba tu voz; la lluvia que empapa, el empedrado que recuerda tiempos mejores, las mariposas que viven un día -¡sólo un día!-; la luna y los cascabeles que se alejan. Tiempo de melancolía, tiempo de tangos. Porque de samba no vive el hombre, ni tampoco muere de tangos. Muere un poco con cada una, renace un poco con cada otra.

jueves, 29 de enero de 2009

CLXXI

Cada segundo compartido, irrepetible.
Cada prenda que cae, un paso más hacia la eternidad.
Cada mirada, una inyección de profunda honestidad.
Cada caricia, un regalo del cielo, bajado a la yema de tus dedos.
Cada mentira, una posibilidad de seguir viviendo lo más real que me tocó vivir.
Cada verdad, una nueva posibilidad de ser feliz.
Cada cabello encontrado, un vestigio de la pasión.
Cada encontronazo, una coraza a nuestros sentimientos.
Cada mate, un instante que nos permitimos compartir.
Cada suspiro, una pena que se va.
Cada espejo, ojepse adaC.
Cada no, la posibilidad de un sí reprimido.
Cada sí, la llave al paraíso.
Cada advertencia, una reafirmación del amor.
Cada llamada, el sentido de tener celular.
Cada proyección futura, lo más mágico de los errores.
Cada 39 que pasa, una posibilidad menos de encontrarme con esa perra.
Cada final, el comienzo de algo nuevo.
Cada novedad, un aprendizaje.
Cada noche, la posibilidad de verte fulgente, única entre miles.
Cada adoración, un tímido enamoramiento.

miércoles, 28 de enero de 2009

CLXX

La atmósfera se exprime a sí misma, librando al universo todo el sudor ajeno que la compone. Una sustancia pastosa, entreverada de sudor y sangre, protegiendo a los más suertudos del los rayos del Sol padre, que ilumina y arde. La baba rojiza chorreando obscenamente del inescrutable paño atmosférico, nos invita al deleite, a los ojos abiertos, a un grito ahogado. Un túnel, un túnel pasajero es pasaje al devenir. Mis ojos esféricamente abiertos, lo observan en su creación (¡divina creación!). Y me inmiscuyo en su entraña, con repulsión, con el vómito entre los dientes; sintiendo hechas carne, a las transpiradas efigies que cuidan silenciosamente de mí. Fluctuando entre la excitación y el homicidio de mi propia condición humana, exijo me digan cuál es el fin de este túnel... Sean capaces de develar el secreto; entre la vitalidad de la tierra jamás será revelado. O mejor no digan nada, y acompáñenme. Acompañen a contagiarme de su sangre, a beber el brebaje sudoroso de todo ser igual a mí. Pegoteémonos, acongojémonos, vivamos el festín de los muertos. Sus almas corren inquietas por el infierno, entre el fuego pasional y los latigazos del diablo, adorándolo por su generosidad. Y el hombre, olvidado; su crueldad, perdonada. Su futuro... colgelado. 

CLXIX

Yo elegí 17 días. Lo elegí entonces y lo sigo eligiendo más allá de mis anhelos de eternidad momentánea, cuando nos hacemos menos que dos. 300 años connotan una inmortalidad no deseada. La muerte y la mutación, el despojo corpóreo y la libertad de las ánimas en su vuelo eterno hacia nuevas formas. Y si hoy sigo eligiendo 17 días, aunque el desgarro del adiós pueda ahogarme en mares de lágrimas e incertidumbre, es porque la vida, desde entonces, nunca va a volver a ser igual. Cada uno de esos días, cada uno de sus minutos, segundos, pueden llenar de magia los restantes 300 años. Como el aleteo de una mariposa blanca.

CLXVIII

Todo comienza con la simpleza de una pequeña chispa, concebida del frotamiento perfecto entre dos cuerpos. Una chispa que puede incendiar países enteros, o morir siendo chispa. El espectáculo inefable que resulta la contemplación de este espectáculo es inigualable; pero ser parte y protagonista del show, no podría jamás compararse con nada. Una chispa puede convertirse en fuego en cuestión de segundos y así esparcir su aroma por doquier, desde el cielo hasta las sábanas, invadiéndonos por los sentidos y los sentimientos. Hay fuegos que son a prueba de agua, porque aprehenden a convivir con la chispa que los originó. No arrasan con ella; el hecho de ser fuego no los hace omnipotentes. Y entonces, conviviendo, fuego y chispa, ni el agua ni el aire pueden jamás apagarlos. 

El fuego de hoy es indescriptiblemente ardiente, pasional y único. Lili estuvo en cada rincón, desde mis 13 años, quizás desde antes y yo no la reconocí como tal. Pero su estrella, jamás brilló como brilla hoy. Su chispa, nunca fue tan impetuosa. No imaginé nunca, un fuego tan efímero y a la vez tan eterno. Amo lo indescriptible de esta llama. Y aunque escriba bien seguido, puedo afirmar que sé nada sobre el reino de las palabras. Amo, adoro, aprecio, agradezco, disfruto, vivo, comparto, sonrío, resplandezco, ardo... Ardemos. 

Sobre fuegos no hay nada escrito. Sobre el nuestro, quemaríase el escribiente, corajudo y persistente, sin el don de saberse ausente. Ser parte de algo, es ser algo que en parte, no es el todo en sí mismo, sino por ser par de su acompañante. Niña artista, pintora y en vida, no pierdas nunca esa chispa, que mantiene viva la mía; que alimenta el fuego del alma.

martes, 27 de enero de 2009

CLXVII

Eclipse Solar parcial en Filipinas.
Interceptando horizontes...

lunes, 26 de enero de 2009

CLXVI

Y mis interrogantes dejaron abandonada su más intrínseca cualidad, para moldear su forma, transformándose en exclamación de certezas empíricas e irrebatibles. Mi insaciable y animosa curiosidad, así como el impulso profundo de conocer sus momentos más íntimos, se sabía por el camino correcto. El sutil empinamiento de su olfato, no es el mismo bajo la luz de la luna, o las tenues luminarias de una cápsula inmaculada. Su lengua inquieta colándose entre la mordedura perfecta de su sonrisa, agudiza su peculiar instinto entrometido cuando acaricia jugosamente cada milímetro de mi existencia. Los interminables caminos de su cabello, pueden fácilmente convertirse en nidos enmarañados de pasión ferviente y extenuante. Todo lo desconocido fue arrasado por la impetuosidad de los momentos compartidos; como una inquisición movilizada por el amor a los instantes, y la libertad de sabernos únicos. Y no dejar nunca de sorprenderse ante cada acción, o de sentir cada vez más fuerte el cosquilleo en las entrañas ante sus ojos predominantes, es el verdadero secreto para no dejar nunca de descubrirnos, más allá de los descubrimientos.

CLXV

"El principio está relacionado con el hecho de que el observador, por el mero hecho de ser testigo, influye en la realidad que está observando. La altera; introduce una variable de indeterminación. Y esta noche, si a ustedes les parece bien, me gustaría hacer un experimento. Me gustaría demostrar que cada canción es diferente simplemente porque tú estás a mi lado; cada concierto es diferente porque tú lo escuchas, porque tú cantas conmigo. Así que manos a la obra. Nada está escrito. La historia no ha terminado. Quizá los siguientes días sigan siendo terribles y grises, puede ser. Pero puede que no; puede que todo cambie. Que los días que tienen que venir abran ventanas a la esperanza. Éste puede ser un buen comienzo; este puede ser un buen principio. Principio de incertidumbre."

Ismael Serrano

domingo, 25 de enero de 2009

CLXIV - Hurtos 2: Julio Cortázar

Definitivamente debo programar las entradas para no fallarles. Ocurre que quizás no apriete el dentífrico desde abajo, o no necesite papel rayado para escribirme con el amor, por lo que obligarme a estar frente a un monitor cada Sábado, me resulta tedioso y chabacano. Programaré, entonces, y los dejo con la segunda entrega de "Hurtos"


¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado al otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo del dentífrico.

Pero ella no estaría ahora en el puente. Su fina cara de translúcida piel se asomaría a viejos portales en el ghetto de Marais, quizá estuviera charlando con una vendedora de papas fritas o comiendo una salchicha caliente en el boulevard de Sebastopol. De todas maneras subí hasta el puente, y la Maga no estaba. La Maga no estaba en mi camino, y aunque conocíamos nuestros domicilios, cada hueco de nuestras dos habitaciones de falsos estudiantes en París, cada tarjeta postal abriendo una ventanita Braque o Ghirlandaio o Max Ernst contra las molduras baratas y los papeles chillones, aún así no nos buscaríamos en nuestras casas. Preferíamos encontrarnos en el puente, en la terraza de un café, en un cine-club o agachados junto a un gato en cualquier patio del barrio latino. Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. Oh Maga, en cada mujer parecida a vos se agolpaba como un silencio ensordecedor, una pausa filosa y cristalina que acababa por derrumbarse tristemente, como un paraguas mojado que se cierra. [...]


Rayuela
Julio Cortázar

viernes, 23 de enero de 2009

CLXIII

Se acerca Febrero y esta vez el carnaval no pudo esperar. Ya lo tengo encima; el Rey Momo gobierna con su mirada atenta los pasos danzantes de estos esquizofrénicos bailarines. Ritos prematuros se avecinan bajo las coloridas filigranas. Los tambores repiquetean mientras los bombos marcan el paso de este salto hereje, juvenil e irreverente, que sólo sabe obedecer a su corazón. Y todo se entrevera -b-s-e-e-. Y subyacentes, casi invisibles espinas impiadosas, f y m. Dancing... It's the dancing mood.

jueves, 22 de enero de 2009

CLXII

Las horas pasan y yo, sin tu amor. Tiempo objetivo, tiempo subjetivo. Días o años. Una noche y un par de horas leyéndome, unos días lejos, las formas que se extrañan. Extrañan enternizarse en la fundición de los cuerpos; en el juego imprudente de lenguas revoloteando, en mares de saliva tibia y compartida. Pero son formas, sólo formas. Formas que se acarician el pelo sutilmente, al mismo tiempo que por la retina de los ojos, descubren el cerebro de la persona amada. Son las formas también que se agitan encimadas en una estructura tan desestructurada como su amor. Las formas que se extrañan y se viven. Pero el alma... tu alma, negrita, vive en mí.

miércoles, 21 de enero de 2009

CLXI

"Se sucedieron victorias y derrotas; por fin, traicionado y capturado por uno de sus jefes, Túpac Amaru fue entregado, cargado de cadenas, a los realistas. En su calabozo entró el visitador Areche para exigirle, a cambio de promesas, los nombres de los cómplices de la rebelión. Túpac Amaru le contestó con desprecio: Aquí no hay más cómplices que tú y yo; tú por opresor, y yo por libertador, merecemos la muerte."

Las venas abiertas de América Latina
Eduardo Galeano

martes, 20 de enero de 2009

CLX

Lo que importa es el tamaño (de la billetera)

Si bien muchos sexólogos se esmeraron en afirmar que lo importante no es el tamaño, un nuevo estudio develó que sí lo es: el placer tiene relación directa con el grosor... de la cuenta corriente.
Por: Analía Sánchez

Las investigaciones que se hacen en diferentes partes del mundo no dejan de asombrarnos. Esta vez, además de dar a conocer el nombre de la hormona que hace que las mujeres sean infieles (y que las más lindas poseen en mayor cantidad), también se supo que en las relaciones sexuales, cuanto más abultada sea la billetera del caballero, mayor placer le proporcionará a su compañera.

Un estudio hecho por psicólogos de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, afirma que el goce de las mujeres está relacionado en forma directa con el dinero que tenga su compañero.

Según este informe, que según dicen creará polémica, el fenómeno es fruto de una "adaptación evolutiva" del sexo femenino que las lleva a elegir a sus parejas según su calidad, lo que aparentemente se traduciría en el vil metal.

Entonces, a mayor cantidad de dinero ¿mejores orgasmos?

Thomas Pollet, psicólogo de dicha Universidad, es contundente en sus conclusiones: "La frecuencia de los orgasmos en las mujeres incrementa según los ingresos de sus parejas". La investigación se enmarca dentro de la psicología evolutiva, que sugiere que machos y hembras están genéticamente predispuestos a explotarse el uno al otro sin ningún reparo para conseguir las mejores oportunidades de supervivencia de sus genes. ¿Lo sospechaste? Ahora no caben dudas.

Cierto es que una buena situación económica genera ciertas seguridades y el hombre no escapa a ello. Cuando algún miembro del sexo fuerte está desempleado, su autoestima disminuye y seguramente esto hará que quien lo acompaña pueda llegar a verlo más inseguro y, consecuentemente, menos deseable.

Sin embargo, tan grande es el abanico de posibilidades, que cualquier jovencita puede caer rendida a los pies de un adinerado caballero que, dormitorio adentro, se muestre impotente a la hora de brindar placer...

¿Qué opinás? ¿Es importante el dinero en cuanto a la elección del otro? ¿Te seduce más alguien con un alto poder adquisitivo? ¿Creés que esta persona puede darte mayor placer sexual?

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Así de MACHISTA como es el mundo por hacer estos estudios, lo son de PELOTUDAS las mujeres por sus elecciones. Bue, los hombres tampoco nos quedamos atrás.

El MUNDO entonces, es MACHISTA Y PELOTUDO.

¡Chau!

CLIX

Un amigo cosecha '08 -como él diría-, escribió un hermoso reporte interno sobre su fugaz visita por las calles de Rosario. Una antología sensacional sobre percepciones vividas que estructuraron la belleza de lo que representa caminar hoy, en el presente, por esos preciosos pagos. Habló de caminos no caminados, que ya habían dejado en él su huella indeleble. Habló sin hablar de mariposas tecknicolor. Del humor y la música que la ciudad regala, revalidando su afán de excelente anfitriona. La literatura inabarcable, y el espíritu revolucionario inherente en cada uno de sus recovecos. Así, p.d.alvarez estimuló mis ganas de viajar y me recordó viajes pasados y presentes. Me recordó la belleza de transitar esa ciudad por cada uno de sus pasajes y sus puentes dimensionales. El primer viaje con un amigo naciente, la pasión de vivir la experiencia frente al monumento, y las caminatas nocturnas a la ribera del Paraná. Hoy para mí, aunque con más camino transitado, Rosario sigue igual. Increíble, mágica, repleta de mariposas tecknicolor y con miles de puentes y pasajes por descubrir. Tanto, que ya saqué mi cuenta de pasajero frecuente.

CLVIII



Hace un año, un millón y medio de argentinos logramos parar las topadoras con la sanción de la Ley de Bosques, pero el gobierno nacional aún no la reglamentó y los gobiernos de varias provincias no quieren ponerle fin a los desmontes.

Debemos parar el boicot a la Ley de Bosques que promueven el gobierno nacional y las provincias más comprometidas con los desmontes, al demorar su reglamentación y no aplicar una política firme contra la deforestación.


Llamá ahora al Teléfono Rojo de Greenpeace al (011) 4000-5580 y exigí a Cristina la urgente reglamentación de la Ley de Bosques y una política firme contra los desmontes.


Tu llamada puede evitar que vuelva la fiebre de las topadoras. Salvá, junto a Greenpeace, los últimos bosques que nos quedan.

Después contanos cuál fue la respuesta a tu llamado. Hacé click acá y dejá tu comentario.

lunes, 19 de enero de 2009

CLVII

Entre tanto, las ajetreadas paredes de La Cápsula eternizaban:

"Somos Amaro y Barálides, estamos pre-conectados. Estuvimos juntos de diferentes formas en otras vidas. En algunas no nos encontramos y vivimos incompletos... En esta sí. Eso nos da paz.
Hoy somos..."

sábado, 17 de enero de 2009

CLVI - Hurtos 1: Oliverio Girondo

En este período de identificaciones y frustraciones que Egosincracia comenzó a atravesar, nace la primera "sección" del blog. Nace "Hurtos"
Así, los días sábado, que es sabbath y me permite mis licencias, se encontrarán con escritos ajenos. Algunos de reconocidos poetas, vernáculos o no. Otros, de simples mortales como yo, que estructuran la efigie de sus vendavales internos. Los dejo en buenas manos.


¡Todo era amor... amor!
No había nada más que amor.
En todas partes se encontraba amor.
No se podía hablar más que de amor.
Amor pasado por agua, a la vainilla,
amor al portador, amor a plazos.
Amor analizable, analizado.
Amor ultramarino.
Amor ecuestre.
Amor de cartón piedra, amor con leche...
lleno de prevenciones, de preventivos;
lleno de cortocircuitos, de cortapisas.
Amor con una gran M,
con una M mayúscula,
chorreado de merengue,
cubierto de flores blancas...
Amor espermatozoico, esperantista.
Amor desinfectado, amor untuoso...
Amor con sus accesorios, con sus repuestos;
con sus faltas de puntualidad, de ortografía;
con sus interrupciones cardíacas y telefónicas.
Amor que incendia el corazón de los orangutanes,
de los bomberos.
Amor que exalta el canto de las ranas bajo las ramas,
que arranca los botones de los botines,
que se alimenta de encelo y de ensalada.
Amor impostergable y amor impuesto.
Amor incandescente y amor incauto.
Amor indeformable. Amor desnudo.
Amor-amor que es, simplemente, amor.
Amor y amor... ¡y nada más que amor!

¡Todo era amor!
Oliverio Girondo

viernes, 16 de enero de 2009

CLV

Es el intento constante e inclaudicable de no pensar. Es esa cuota de paz que nos debemos, o el problema personal que parecemos tener con nuestro propio bienestar. Y aunque lo logre, jamás me queda la mente en blanco. She like's it painted black. Cerrar los ojos y ver primavera armoniosa y lasciva. Excitante, hermosa y pura. Perderle el miedo a la oscuridad y ganar un halo de pureza. Pertenecerse con una gota de sudor y alcanzar el cielo, cuando la vida se hace instante.

CLIV

No es que tenga identidad propia, que sea famoso, ni nada, como me han dicho por ahí. Escuché sugerencias de lectores, incomodidades, preferencias, y lo fusioné con mi espíritu y lo que transmite. Para la entrada "C", había prometido un cambio, y les fallé. Típico de mi, fallar en esas boludeces. A veces, incluso, en alguna más seria, pero juro no tener la intención hacerlo. Quienes me conocen, no se sorprenderán. Los pocos que no, si comprehendieron mis escritos, tampoco.

Y entonces, la renovación estaba lista, pero no la sentí propia. Fondo gris, letra chica y dificultosa... ¡era parte de mi! Ahora, mi momento, es trascender la mera explicación y ser, profundamente. Algo que debo y quiero agradecer a un tercero (o mejor dicho, a mi única, a mi momentánea pertenencia).

Y quedó perdido el por qué Egosincracia nació. Simplemente cortó el cordón y le toca comenzar con las identificaciones y las frustraciones. Con el estadío del espejo lacaniano, que aquí adquiere otra connotación. Con la estructuración del "yo", del ego. Pero este espacio que es para mí, tan mío y tan profundo; puede ser para algunos, totalmente ininteligible. Para otros, quizás, persuasivo, y para los que no son ni los unos ni los otros ni los algunos, relatos fieles de una situación empírica y vivida. Vivencias. Amo la perspectiva, y así la comparto.

This is me. Mi inconsciente, el que sueña con Andrés, de Chocolinas. Y se pone celoso.

jueves, 15 de enero de 2009

CLIII

"He pasado tres días extraños: el mar, la playa, los caminos me fueron trayendo recuerdos de otros tiempos. No sólo imágenes: también voces, gritos y largos silencios de otros días. Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos; ahora mismo, aquí frente al mar, sé que estay preparando recuerdos minuciosos, que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza.

El mar está ahí, permanente y rabioso. Mi llanto de entonces, inútil; también inútiles mis esperas en la playa solitaria, mirando tenazmente al mar. ¿Has adivinado y pintado este recuerdo mío o has pintado el recuerdo de muchos seres como vos y yo?

Pero ahora tu figura se interpone: estás entre el mar y yo. Mis ojos encuentran tus ojos. Estás quieto y un poco desconsolado, me miras como pidiendo ayuda."

¿MARÍA?*



  • "El Túnel", Ernesto Sábato. Cap. XV. Descargalo.
  • * Los signos de pregunta resaltados en negrita, no son originales del texto. Fue mi sensación al terminar de leer la carta, levantar mi mirada y ver el mar tan permanente y rabioso entre recuerdos pasados, nostalgia hacia adelante y el inmenso extrañamiento que sentía por ella.

CLII


12 de Mayo de 2007. Una estrella única, fulgente y pura. Un pequeño satélite áureo, circundándola. La idealización. El tiempo y la distancia. Los momentos compartidos sin saberlo. Su juego infinito, encubierto; mi inocencia. La verdad y el olvido. Mejor dicho, el intento del olvido. ¿Cómo des-idealizar? Imposible. Pero en mi defensa, alego total compromiso para con ese fin. Tiempo y más tiempo, moldeando a su piacere -como siempre-. Ojos encontrados sin buscarse y una verdad profunda en el momento más impensado. Una reacción espejada. La empatía absoluta. El asiento de adelante, irreverente, que más adelante se cobraría un mayor grado de irreverencia, de fantasía, de pasión. Mi irrefrenable pulsión de sacar el cuerpo por la ventana y gritarle sus miserias a los altos edificios de Puerto Madero. Sheryl Crow, singin' God Bless This Mess, y yo recibiendo la bendición. Tiempo púdico, tiempo ausente. Two dot Zero. Nuevo encuentro y la efervecencia de la HB. Un saludo y nuestros espíritus ya correteaban, inquietos, en el limbo de las utopías y los colores. Jugaban bajo un arco iris indeleble, bajo la superficialidad de nuestras palabras. Y esa vidriera que siempre fuimos, repentinamente se fue espejando. Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. Y entonces, ese protón contenido de energía universal y compartida, no soportó tanta vehemencia. Big Bang. Y no solo volaron planetas; volaron plumas. Infinitas plumas blancas, marrones, con punta o sin punta. Una única que, acariciando su olfato con impertinencia amorosa, me abrió las puertas al paraíso. Y no sólo volaron planetas y plumas; volaron espejos. Espejos caleidoscópicos que introyectan las miradas y las proyectan en la belleza empática que se desnuda ante nuestro cerebro desesperado. Espejos que no dejan de ser espejos, sino para transparentarse y mostrar su alma impúdicamente. Espejos que edifican la búsqueda del espíritu. Y no sólo volaron planetas y plumas y espejos; volaron libros. Libros que contaban nuestra historia desde distintas perspectivas. Libros que encarnaban a los planetas, a las plumas, a los espejos; encaminándonos nuevamente en la altruista tarea de pacificar al ser amado. Libros que abren la mente. Porque no sólo volaron planetas y plumas y espejos y libros; volaron príncipes, desiertos, hortensias, serpientes, mariposas, panaderos, gaviotas, mares, cartas, cielos, soles, noches, música, poesía, libertad. Volo mi ser y voló su ser. Volaron, para encontrarse apasionadamente en la eternidad de los instantes. Por eso son eternos, por eso somos eternos. Por descubrirnos mágicamente en la eternidad que trasciende el tiempo. Por encontrarte siempre, infinita.

CLI

“El capitalismo es simplemente eso: la separación de la gente de su propio hacer (…). Si la revolución a través de la conquista del poder estatal se ha revelado como ilusión, eso no quiere decir que debemos abandonar la idea de revolución. Pero es necesario concebirla en otros términos: no como la toma del poder sino como la disolución del poder.”

John Holloway
Economista Escocés

miércoles, 14 de enero de 2009

CL

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.

Poema 12
Oliverio Girondo

CXLIX

No voy, porque ir es quedarme. Y quedarse es eternizar. Y cada vez que hablamos de eternizar, indefectiblemente terminamos inmortalizando. Si inmortalizamos, no morimos y sin muerte, no hay vida. Sin vida, no hay camino. Y sin camino no hay piedras con las que tropezarnos dos veces. Porque sin piedras no hay errores y sin errores, no hay aprendizaje. Si no aprendemos, no crecemos y si no crecemos no volamos. Y si no volamos nunca en nuestra vida, no conocemos la perspectiva. Y si no vemos en perspectiva nos encerramos, y si nos encerramos no vamos. ¿Y si no vamos? Nos perdemos mucho. Mejor, vayamos. Siempre.

martes, 13 de enero de 2009

CXLVIII

Ésto es finito. Todo es finito. ¿Qué eternidad puede existir en un rito tan maquiavélico como el propio? La sangre corre a ríos por una tierra que parece querer absorberla. Corre desde el cráneo mutilado hasta el fuego donde renacen las ánimas. Donde se realzan en una danza indescriptible, compareciendo ante la bruja del tiempo. La bruja del tiempo y el espacio, que pincha certera en el corazón, pero desde adentro. El fuego que nubla color naranja, el repiquetear tempestuoso en el acero o en los tamboriles. La muerte expectante, vigila. El suspiro del miedo no encuentra aire para manifestarse y se ahoga en el bajo vientre, cosquilleando sobre mi parte más ínitma, faltándome el respeto, mostrándose omnipotente. Una sonrisa piadosa, ¡vieja bruja! Te miro y te abandono. Es tan fácil... Es tan fácil caer en el letargo voluntario. ¿Pero cómo salir? ¿Cómo? Diciendo adiós. Cortando el cordón y emprendiendo un retorno calmo a este mundo ordenadito, socializado, sin brujas que hagan daño ni craneos que se desangren sobre la tierra. O al menos sin que nuestros ojos quieran verlo.

CXLVII

Y así, el puente se hace espuma en sus intrépidas y rabiosas comisuras, que se funden en un todo cada vez más parecido a la nada. Esa nada que no sabe de plagios ni fraudulencias. Que no persigue más que a su propia cola, eternizándose en un revoloteo sordo, blanco y plumífero, sobre el reflejo del sol que descansa en las aguas del Pacífico. También así, las vigas, excelentes anfitrionas, se construían mágicamente delante de ellos para llevarlos cada vez más cerca del horizonte. Un insomnio perpetuado en el firme paso de esos cuatro piecitos que dejaron sus huellas en un puente inhóspito. Suyo, como la nada de la que son parte. Esa que enciende el motor del rabo canino para su excitado bamboleo; la que detiene en el aire una gota de agua, dejando al desnudo su tímido arco iris interior, junto a toda su principesca vitalidad. La nada de los que no esperan nada. La nada de los que tienen “todo” y aún así nunca dejan de caminar. Y no lo hacen, por vivir sumergidos en la búsqueda inquebrantable de la utopía edificada, invisible, en la convergencia del cielo y el suelo, del mar y las nubes, del sol y los jazmines. Y aunque sin certeza alguna sobre lo que ese puente -el suyo- les depare para sus vidas, ellos caminan. Keep walking…

CXLVI

¿Cuánto más punk sería un punk sin cresta?
¿Cuánto más metalero sería un metalero sin tachas?
¿Cuánto más revolucionario sería un revolucionario sin todo el merchandising del Che Guevara?
¿Cuánto más hippie sería un hippie que no necesita vivir bajo largas mechas, colgantes y ropas anchas de colores, para aceptar a los demás tal cual son?
¿Cuánto más rasta sería un rasta que está en consonancia con el orden natural de la vida, y no va a fabricarse con ácidos, la religión en su cabeza?
¿Cuánto más fascista sería el fascista que aniquile a las razas que aniquilan a las demás, por ser inferiores?
¿Cuánto más tirano sería el tirano que se escude bajo el manto pasivo de la democracia y haga valer la voluntad de las corporaciones económicas de antaño, manifestando una ausente representatividad popular?
¿Cuánto más humano sería el humano que entienda que no es nada, más que otra parte de la vida; tanto como una flor, una gota de agua, una mariposa?
¿Cuánto más poeta sería el poeta que no escriba bellas palabras vacías de contenido y comprenda el espíritu inherente que cada sensación vivida transmite?
¿Cuánto más lindas serían las mujeres que no se preocupen por ser lindas?
¿Cuánto más honesta sería la mentira que se proclame como tal, persiguiendo el objeto inclaudicable de una verdad subyacente?
¿Cuánto más enfermos están quienes no padecen enfermedades, pero las irradian por doquier enfermando a sus pares?
¿Cuánta más muerte será necesaria para que alguien le preste Siddartha al genocida de turno que ande en busca de la "verdad absoluta"?
¿Cuánto más absurdo es hacerse preguntas que son absurdas, para terminar no obteniendo respuesta alguna, jamás?
¿Cuánto más?
¿Cuánto?
¿Eh?

lunes, 12 de enero de 2009

CXLV

Es como abrir los ojos entre una modorra nebulosa e inconsistente. Despertar de un letargo. Renacer de una alucinación casi tan real como lo es misma, la realidad. Las pestañas asquerosamente pegoteadas orientalizan la percepción primera del nuevo día. Buscar desenroscarse inútilmente de unas sábanas invisibles que en algún momento, quizás -de haber existido-, hayan jugado el íntimo rol de manto para su cuerpo; acariciándolo, protegiéndolo. Las articulaciones, inexistentes; los músculos, latentes; el sudor, seco y mutado a una nueva capa de piel que habrá de deslizarse en escape irremediable, algunas horas más tarde. El despilfarro de balbuceos inefables, la voluntad hecha trizas como vestigios de una guerra suscitada, de la que sólo quedan las ruinas del después. Y el muerto resucitado, sonriente. Amando la muerte, como siempre. Aprendiendo a vivir, como nunca. Levantándose entre su ciudad desvastada como un mártir condescendiente, que sólo sabe amar a su enemigo.

viernes, 9 de enero de 2009

CXLIV

Yo escribo para alcanzarte
atravesando todo el azul.
Yo escribo para mostrarte
que sangro igual que vos
y está oscuro en esta cárcel
que soy desde que tengo memoria
y está ciega mi mirada
sin tu luz.

Yo escribo para abrazarte
porque entenderte ya no me basta
yo escribo para librarme
de las cadenas negras de ideas y palabras
que trazan una línea en el agua
dividiendo lo indivisible
vos y yo.

Uno y uno y
uno en uno y
uno a uno y
todo en uno en mí.

Uno y uno y
uno en uno y
uno a uno y
todo en uno en ti.

Yo escribo para escucharte
porque tu voz es la melodía.
Yo escribo para nombrarte
en incontables nombres y rostros y señales,
la gota de agua, el pan, los trigales,
reflejando cada espiga
todo el sol.
Reflejando cada espiga
todo el sol.
Reflejando cada espiga
todo el sol.

Uno y uno y
uno en uno y
uno a uno y
todo en uno en mí.

Uno y uno y
uno en uno y
uno a uno y
todo en uno en ti.


"A cada hombre, a cada mujer"
Original: Serú Girán
Versión: Mauro Fernández

miércoles, 7 de enero de 2009

CXLIII

Dulce amargura
El oxímoron es una figura, más que literaria, solidaria. Se compadece de nuestra condición imperfecta, de nuestro lento aprendizaje, de las constantes contradicciones que se suscitan a lo largo de nuestra vida. Se compadece y además, generoso, les regala un tinte poético.

martes, 6 de enero de 2009

CXLII

"Tenía curiosidad por conocer aquella casa. Pero aquí no encuentro tejas. Ni pianito. Ni vals. Una gran pared gris y descascarada, una ventana con persiana baja, y un portón de vidrio y hierro. Sobre ella, en letras metálicas, un nombre: Lydia. Toco el timbre [...]."

Así relata Laura Giussani lo vivido por ella años atrás. Así podría relatar yo mismo, las irrepetibles percepciones que tuve en la tarde de hoy. Hoy los reyes no vinieron, hoy busqué a la reina (y la encontré). El caserón de la calle Conesa comenzó a desgarrarse de las frías hojas de un libro para comenzar a formar parte de mi vida, incluso en el momento en que leía su descripción. Hoy, definitivamente, es un jirón imborrable de mi historia.

Toco el timbre y, claramente, no es Lili quien abre la puerta. Es más bien un señor canoso, de mirada firme y temeraria, quien asoma su rostro por la ventana. Me acerco y tímidamente le hago un relato mínimo, de novela, y le confieso que estaba en busca del espíritu de Lili Massaferro. Carlos me invita a conocer a Liliana Belloni, segunda hija de Lili, hermana de "Manolín" (como el recuerdo lo evoca), masacrado por las "fuerzas del orden", allí por el año 1971 en el partido de Tigre. Liliana me pregunta desde la ventana si temo a los perros y, ante mi negativa, me invita a pasar. Las puertas de la calle Conesa se abrían para mi. El "Lydia" inscripto en el muro, quedaba fuera de mi campo visual, para adentrarme en la magia del mundo de Lili: en su familia.

Lo vivido dentro de esas paredes, quedó grabado a fuego en mi memoria. Lo inefable, son las puertas abiertas, los puentes tendidos. Tanto con Liliana como con Carlos, con Lili, Manolo, Pirí. Con Paco Urondo. Con Firmenich y el Che Guevara, con los Aymara o con el imperio incaico. El despertar del espíritu rebelde en las historias vividas y por vivir. En Cromañón y la militancia setentista. Todo se hizo uno en ese fantástico caserón, detenido en el tiempo. Porque allí hay más que muros, muebles y habitantes. Allí corren aires insurrectos e inconformistas, rebledes y vitales, solidarios y bien predispuestos, que rebalsan el ambiente con su áurea efervecencia, mágica y principesca. Pero fielmente, humilde.

Agradezco de corazón a Liliana Belloni y a Carlos Ballivián por la confianza y la gentileza con la que me regalaron una tarde irrepetible. Gracias también a Rosario Espina por haberme introducido hace un tiempo en el mundo de Lili, con la simpleza y el oportunismo de saber cuándo y qué libro prestar, a quien había perdido la sed literaria.

Una tarde muy mía, que es suya.
Un momento muy nuestro, que es de un pueblo.
Un pueblo que es Lili, o debería serlo.

lunes, 5 de enero de 2009

CXLI

Hay sentimientos que este otro trucho aprendiz de Discepolín, no puede redactar. Hay canciones que por simples que parezcan, no cualquier ejecutante hace sonar. Hay historias pre-escritas, que algunos cobardes transeúntes de este lapso encarnado, no tienen los cojones de caminar. Y perseguidos por la escuálida, maldita y siempre apurada aguja roja, los zapatos van quedando fuera de talla. Las plumas, con destino ajetreado por los vendavales urbanos. Ráfagas ajenas que no las dejan ser, ni mojarse en tinta para eternizarse en un papiro. Las oxidadas cuerdas de acero, ya no emocionan ni al más arrabalero y melancólico curda de los bares de San Telmo. Por mi alto grado de honestidad debo confesar, sin saber si hay una vida después de la muerte, que hay una muerte después de la vida. Quizás incluso dos. Y que hay que disfrutarla aunque debamos tocar guitarras viejas, escribir sobre la piedra o andar descalzos sobre un asfalto hervido.

CXL

Lo peor del amor, cuando termina, son las habitaciones ventiladas.
El solo de pijamas con sordina, la adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después, son los despojos que embalsaman los pájaros del sueño.
Los teléfonos que hablan con los ojos, el sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa, 
remendar las virtudes veniales, condenar a la hogera los archivos.
Lo atroz de la pasión, es cuando pasa. 
Cuando al punto final de los finales, no le siguen dos puntos suspensivos.

Puntos Suspensivos
Joaquín Sabina 

viernes, 2 de enero de 2009

CXXXIX

El juez dio el pitazo inicial. Tanto a fuerza de pólvora y estallidos celestiales, como de bombachitas rosas y deseos depositados en el inmediato porvenir, no queda más remedio que decir adiós y abrir los brazos a un nuevo año. Un año que, personalmente, me encontró inerme, repentinamente asaltado y desprovisto de certeras municiones absolutistas. Con una sonrisa en el rostro, por haber sabido resquebrajar la celda de cristal que enclaustraba a mi niño interior. Aprehendiendo. Mis poros abiertos sudan hacia adentro una historia antigua y entreverada, con designios símiles pero deformes que se inyectan en el presente y proyectan hacia el futuro. Un líquido fluído que corre por las venas abiertas de nuestro desinterés. Las penas son ajenas, siempre que las vaquitas sean de nosotros. De Yupanqui a Cabral, o de Rodríguez a Fernández, la impronta revolucionaria hurga como un niño inquieto, buscando constantemente el haz de luz. Alguien tuvo el coraje de espiar por la mirilla de mi armadura, desnudándome más allá de la piel y los huesos. Y entonces me vi reflejado, queriendo salir. Con una vehemencia repentina nunca antes sentida. Forjando desde hoy un destino inexorable. Engordando de experiencias ingeridas en libros, charlas familiares, búsquedas virtuales, recorridas callejeras. Vestigios de un espíritu amorfo que se siente en expansión, abriendo las alas y dispuesto a volar más allá de las limitaciones que la vida parezca imponer.